To the Lovely Backspace 《ASTRO》 [editando]

Thinking out Loud

- ¡Moon Bin!

- ¿Ah? ¿Qué?

- El siguiente paso era salto y vuelta hacia la derecha, no abajo y con las manos en el suelo. - Jinwoo empezó a reír. - ¿Por qué tan pensativo?

Moonbin había conocido a este niño, Jinwoo, en la clase seleccionada de fútbol, un encuentro casual. Más grande fue su sorpresa al toparse con este mismo niño en su academia de baile esa misma tarde. Ahora, tres semanas después de conocerse, ambos se encontraban en el receso de su escuela practicando lo que habían aprendido en la última clase de hiphop. O eso se suponía que estaban haciendo, al menos para Jinwoo.

- Nada, solo es que... hyung, ¿alguna vez has escuchado una voz tan hermosa y melodiosa que no puedes quitártela de la cabeza?

- Sí... - Jinwoo trató de reprimir una sonrisa, sí que había alguien, hasta que notó que el menor lo miraba atentamente. Tosió fuertemente para desviar el momento. – Pues sí, ¿Por qué la pregunta?

- Es que escuché una hermosa voz, pero no sé de quién era. Quien haya estado cantado se fue para cuando salí del trance en que... – se sonrojó violentamente deteniendo sus palabras. - ¡El caso es que no pude alcanzar a ver de quién era la voz!

- Ya habrán otras oportunidades Bin, ya habrán. Ahora, ¿quieres hacerme el favor de levantar tu trasero del suelo y seguir practicando conmigo? – dijo cruzando sus brazos y mirándolo divertido.

- Usted siempre tan delicado, hyung. - dijo riendo Moonbin y extendiendo sus brazos para que Jinwoo pudiera ayudarlo.

- Así soy yo. – tiró del menor poniéndolo en pie.

Los alumnos ya caminaban rápido por los pasillos. Estaba por empezar la primera hora de clases. Eunwoo estaba muy emocionado, le tocaba una de sus clases favoritas.

- ¡Hey abran paso!

Eunwoo giró su cabeza, pero apenas lo hizo sintió un golpe cerca de su nuca.

- Buenos días y adiós, estorbo.

Yugyeom empezó a reírse muy bajo mientras se alejaba corriendo junto a su sarta de matones, dejando a Eunwoo confundido y sin comprender qué acababa de pasar. Llevó su mano hacia la zona donde había sentido el pequeño golpe, rápidamente uniendo cabos, lo comprendió todo.
Titubeó un poco, no sabía qué hacer, hasta que sintió cómo alguien se acercaba hacia él. Al mover la cabeza se encontró con un para nada feliz Myungjoon, quien había presenciado la huida de los brabucones; no tenía un buen presentimiento por el rostro triste de su dongsaeng.

- ¡Eunwoo! ¿Qué te...

- Pues tuve un p-pequeño accidente... ehmmm... – empezó a cubrirse la parte trasera de su cabeza con la palma de su mano.

El mayor agarró de un hombro a Eunwoo y lo giró un poco, lo suficiente como para ver una de esas bolitas llenas de pintura explotada y ahora embarrando los cabellos de su preciado dongsaeng.

- Fueron ellos, ¿verdad? - Myungjoon estaba empezándose a enojarse. Y mucho.

- No..., b-bueno sí pero...

- ¡Maldita sea! ¡Si hubiese llegado un poco antes...! ¡Les hubiera pateado el trasero a todos y yo...

- N-no te preocupes h-hyung, n-no es nad-da. - el pequeño Eunwoo parecía a punto de romper a llorar.