Nuevo hogar

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—¿Qué pasa cuando el último pétalo cae?

— El joven amo se mantiene como una bestia por la eternidad. Y nosotros... En antigüedades. — respondió Lafayette.

— En decoración. — respondió Adrianne.

— En herramientas poco usadas. — respondió Mrs. Peggy.

— En basura, — respondió Hercules. — como los primeros pantalones que cosí cuando tenía 12 años.

— ¿Oh, coses? No me lo esperaba. — contestó Adrianne sorprendida, a pesar de que Lafayette y Hercules son muy unidos, Hercules no parece tener una relación similar con ella.

— Bueno sí, — empezó a contar, fijándose en Adrianne que volaba con gracia por el aire. — todo comenzó cuando me caí al intentar lavar la ropa de mi tía en mi patio, fue el peor y más magní-

— Está bien, no es el punto Herc. — interrumpió Alexander. — el punto es, — se agachó, mirándolos a todos que estaban ordenadamente en fila sobre la mesita de Mrs. Peggy. — quiero ayudarlos a romper el hechizo.

Lafayette formó su característica sonrisa.

Adrianne suspiró al ver a Lafayette y voló a limpiar más polvo del cuarto.

Mrs. Peggy tenía pintada una expresión que Alexander consideraba indescifrable.

Y Hercules, sin darse cuenta, dijo: — Bueno hay una forma pero-

— Pero no es asunto tuyo, Alexander. — el recién mencionado se vio ofendido por la respuesta. — Llevamos muchos años así, y no hay nada que puedas hacer por eso, solo enfócate en acomodarte en este castillo y encuentra algo que hacer.

Alexander tenía ya varias formas a cómo responder a esto, por lo necio que es, pero antes de que pudiera hacer algo Lafayette ya le había dedicado oficio.

— ¡Puedes dedicarte a cuidar al joven amo hasta que despierte! — sugirió, quisiera pensar Alexander, pero sonaba más como una orden.

— No me gustaría, ayer fue-

— Eres el único en todo el castillo que tiene manos para cuidar de sus heridas. — mencionó Mrs. Peggy con una sonrisa.

— ¡No tienes opción! — exclamó Hercules, que en realidad es...

Un buen punto, pero aún así...

— Vamos chicos, tenemos cosas que hacer. — dijo Hercules, y la mesita empezó a moverse para salir del cuarto.

Bien, está bien. Pensó Alexander. Con tal de que Laurens siga inconsciente en su cama no tendrá que escuchar sus quejas irritantes.

La Bella y La Bestia | LamsTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang