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Todo a su alrededor olía diferente, se sentía desorientado y los sonidos algo nulos se escuchaban totalmente distantes. El fuerte olor a humedad y moho invadían sus sensibles fosas nasales y el frío le hacía temblar todo el cuerpo adolorido.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba?

Trató de abrir sus ojos poco a poco, encontrándose con una aplastante oscuridad - no podía ver ni si quiera, más allá de un par de centímetros - La cabeza le dolía un poco y podía sentir tanta suciedad y cierto dolor adormecedor en sus rodillas. Se sentía tan débil.
No recordaba muy bien ¿no había estado en la calle? ¿Y Potter? Todo era tan confuso.

De repente, el miedo le invadió.

-Hasta que despiertas, escoria.

Escuchó el rubio, esa voz tan conocida y gutural, tan grave y a la vez tan incómoda. El auror que le había infringido una y otra vez algunas imperdonables en Azkaban. Por Dios ¿Estaba en la cárcel? el cuerpo empezó a temblarle a la vez que su respiración empezaba a ser irregular debido a que sus pulsaciones se habían acelerado a causa del pánico. Todo debía ser un sueño.

-Haz estado durmiendo mucho tiempo ¿qué se siente andar metido en tantas fantasías? Malfoy.

Frente a él, pudo ver a ese auror, no sabía su nombre, pero siempre acudía para deshacerse en maldiciones con los pobres diablos como él.
La cabeza se le iba a reventar y ya había empezado a hiperventilar. ¿Todo había sido una ilusión? ¿Él seguía encarcelado? ¿Jamás había estado con Potter?

Un sollozo lastímero salió de sus labios.

-Oh, pero mira nada más. Tan patético y lamentable, al igual que tu padre. ¿Sabes? Disfruté ver cómo moría, en los brazos del dementor.

-¡Cállate! - Vociferó con rabia el chico mientras se arrepentía al instante debido a la insuficiencia de aire en sus pulmones, no podía pensar, no podía concentrarse.

Se negaba a creer que todo había sido una jodida mentira.

-Maldita escoria, será mejor empezar con tu debido tratamiento.

-¡No!

- Crucio.

Draco gritó y empezó a retorcerse, sintiendo el peor de los dolores mientras notaba que toda su caja torácica se contraía con violencia.
En su cabeza, podía sentir como si miles de agujas se clavaran en su cerebro y la opresión en su cuerpo le hacía retorcerse, aún cuando sentía que las esposas a las que estaba encadenado empezaban a lastimar con violencia sus muñecas.

No le importaba.

-¡Para! ¡Detente! ¡Te lo suplico!

Esos eran algunos de los gritos que podían oírse en aquel lugar, mientras que poco a poco Malfoy se daba cuenta de su realidad.

Él jamás había salido de Azkaban.



- ¡Mamá!

El grito de Scorp sólo funcionó para que Harry entendiera que no estaba alucinando o algo por el estilo. Narcisa Malfoy...o lo que lograba aún asociar con ella, estaba en su puerta agachándose para abrazar al pequeño rubio con una devoción digna de una madre.
Harry tardó un poco en reaccionar pero inmediatamente y en un hechizo no verbal, sin varita, la puerta en esa habitación se cerró, dejando a la visitante adentro junto al niño que había dado un pequeño brinco debido al portazo.

El auror de inmediato se puso alerta, nadie podía violar sus protecciones por lo que la única posibilidad era que se entrara por esa puerta, sin embargo, no lograba captar la esencia de ningún ser oscuro y el aura de Narcisa era apenas perceptible. Ella estaba muy débil.

After All This Time / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora