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—¿Me estás jugando una broma, muchacho? — Preguntó Robards con los ojos inyectados en sangre. 

Frente a él estaba Harry Potter, cruzado de brazos en toda su maldita gloria, envuelto en el uniforme de auror que medio departamento, no, medio ministerio concordaba en que parecía hecho por completo para él. 

—No, no es ninguna broma, Señor. — Dijo de forma respetuosa el auror, pero con aquel tono demandante que usaba en el trabajo. — Necesito ir a Ámsterdam, y no es necesario que todo el escuadrón vaya conmigo, puedo ir solo con Malfoy. Es algo más como...el seguimiento de unos actos sospechosos. 

—Pero ¿Cuáles actos sospechosos? Hasta el momento no se han reportado accidentes en Holanda. ¡Te necesito aquí! —Replicó el jefe del departamento de aurores. 

—¿Alguna vez le he fallado, señor? — El tono del héroe pasó a uno más lastímero, y justo como el chico previó, la cara de arrepentimiento de Robards no se hizo esperar. Bingo. 

A veces entendía por qué los Slytherin manipulaban tanto, era muchísimo mejor que andar enfrentándose a lo idiota en ciertas situaciones. SÓLO en ciertas situaciones y porque la urgencia del asunto lo merecía. 

—No, Harry. — Suspiró y pasó su regordeta mano por su frente, un tanto exasperado. —¿Por qué con Malfoy? ¿No es peligroso? 

—¿Está preocupado por su seguridad? — El tono lleno de incredibilidad de Harry fue totalmente obvio para el jefe. 

—Me ofendes, Harry. El chico está trabajando bajo mi supuesto mando, porque debo aclarar que creo que trabaja más para ti que para mi — En ese momento, Harry Sonrió levemente sin interrumpir la plática del mayor. — Pero si algo le pasa habrán consecuencias, no digo que se armará un revuelo, pero sí tendré algunos problemas. 

—¿Qué hay de la posibilidad de devolverle su varita? 

—¿Qué? 

—Sí, el que esté imposibilitado para defenderse es un jodido problema para mi. — Harry trató de hacer ver que el asunto era más por molestia, que por el propio interés que tenía de devolverle la magia al rubio. 

—Harry, él tiene unas condiciones de libertad y la varita está predestinada a ser devuelta hasta que haya cumplido un año de servicio funcional en la comunidad mágica. —Robards lo miró un tanto contraríado. 

—Sí, esa condena se estableció ya que nadie creyó que el mortífago acabaría ayudando en ciertas misiones a los aurores, y no a cualquier escuadrón, sino al mío Robards. Y dime ¿acaso yo asisto las misiones de pobres borrachos que iniciaron un duelo por alguna nimiedad en su reunión de copas? — Harry avanzó y se apoyó sobre el escritorio del hombre mayor, apoyando las manos abiertas en este, inclinándose un poco para que sus ojos pudiesen ser vistos más claramente por Robards, el cual empezaba a tener una pequeña capa de sudor en la frente. — ¿Es así, jefe? Yo no lo creo, y no creo que a Kingsley le agrade tener la noticia de que Malfoy murió porque se le permitió ir a misiones peligrosas desarmado. 

—Estás jugando muy sucio, Harry. Muy sucio. Esto es un tema que tiene que tratar el  Wizengamot, no depende completamente de mi.  — Robards se echó hacia atrás, apoyándose sin cuidado en su silla reclinable, cansado. 

—¿Estoy jugando si quiera, señor? —Harry colocó su mejor cara de inocencia. — Sólo estoy preocupado, Malfoy es la mente que necesitamos para entender a estos  magos oscuros. Hay cosas que se nos escapan a nosotros pero a él no, porque entiende cómo operan. 

En ese momento, Harry notó que el bombillo de las ideas de Robards se encendió, haciendo que subiera la mirada para verle con interés, casi como si hubiese entendido una epifanía bastante compleja. 

After All This Time / HarcoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt