After All This Time / Harco

21

Había sido toda una odisea llevar a Draco inconsciente en la escoba hasta el lugar donde estaba el traslador de vuelta al ministerio, con él tan mareado y aturdido como estaba justo en ese momento, era imposible que pudiese conjurar la aparición conjunta a menos de que se quisiera arriesgar a que alguno de los dos no llegase completo por culpa de la despartición. 

Potter se había visto obligado a hechizar a Malfoy para hacerlo perder el conocimiento, el rubio había entrado en un estado de shock y pánico increíble una vez se había dado cuenta de que podía hablar. 

El héroe realmente no entendía por qué, no lo sabía y no le importaba. 

Malfoy había recuperado el habla, de algún modo lo había hecho y ni si quiera el rubio se había percatado de ese hecho hasta que el mismo Harry se lo dijo. 

No habían llegado hace mucho al ministerio y de allí, Ron se había ido a notificar a Robards, mientras él había tomado vía red flu con el rubio hasta San Mungo. 

Allí, fue rápidamente atendido al llegar a una zona preferencial donde usualmente llevaban a los aurores heridos. Sin embargo, las enfermeras al reconocer al rubio - Por el simple hecho de portar esa maldita marca en su brazo - mostraron su poco entusiasmo en atenderlo. 

— ¿Tengo que indicarles qué es lo que se supone deben hacer como enfermeras? —  Dijo al borde del colapso, permitiendo que su magia se regara por el lugar a causa de la rabia que sentía. Las enfermeras retrocedieron. 

— Señor Potter...por favor cálmese...usted...

—¿Cálmese? ¡Si llego aquí es por una urgencia! —  Bramó el enfurecido León, haciendo que las farolas del lugar empezaran a parpadear, erráticas.   

 — ¡Suficiente! —  Se escuchó una voz masculina detrás de las enfermeras. —  Enfermera Blumer, hágame el favor de llevar al paciente a una sala, Ahora. —   enfatizó el doctor. 

El furioso Harry, volteó a ver con ojos encendidos al doctor, reconociéndolo como el medimago que había atendido a Malfoy un par de meses atrás. Scott Price. 

Las incompetentes enfermeras se dignaron a tomar a Draco, colocándolo en una camilla mientras miraban entre recelosas y temerosas al auror estrella del mundo mágico. 
El héroe mantuvo una mirada aireada hasta que las perdió de vista y luego sus ojos color esmeralda se encontraron con los oscuros ojos del doctor. 

— Lo lamento, señor Potter. —  Suspiró, pasando las manos por sus cabellos negros. A pesar de su tez oscura, Harry podía notar las gruesas ojeras que tenía en el rostro. — Este tipo de incidentes con mortífagos sólo dan una muy mala imagen del hospital. —  el medimago volvió a mirar a Harry. —  Usted tampoco se ve nada bien ¿qué ha sucedido? Debo revisarlo. 

— Olvídese de mi ¿si? Doctor Price, necesito que revise a Malfoy, entró en shock luego de darse cuenta de que habló. —  Gesticuló el auror, moviendo sus manos con desespero para culminar con sus manos en la cintura, con los hombros caídos y la cabeza colgando hacia atrás, mientras cerraba los ojos. — No entiendo por qué, pero necesito que lo revise. Tuve que aturdirlo.  

 — Lo haré, señor Potter, pero usted debe descansar un poco. —  El hombre alto tiró del brazo del auror y lo hizo sentar en una de las sillas del hospital. —  Ya me explicará mejor cómo sucedió, iré a ver al señor Malfoy. Beba agua, está deshidratado Señor Potter, puedo notarlo a metros de usted.  

Harry no se dio cuenta en qué momento el hombre había aparecido un vaso desechable con agua, tendiéndoselo con amabilidad. 

El auror lo recibió con algo de incomodidad y finalmente el doctor desapareció rumbo a la habitación en la que habían llevado a Malfoy.