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Especial 1/4 


—¿Y por dónde se supone vamos a empezar? —Preguntó con algo de fastidio el rubio, tratando de ocultar la propia ansiedad que le generaba estar ya en Ámsterdam. 

—No lo sé, estamos en ceros. —Respondió el cara rajada. 

Malfoy miró de mala gana a Harry y luego volvió a cruzarse de brazos. No habían tardado mucho en llegar, sin embargo, la aparición conjunta seguía generándole algo de nauseas. La varita que le habían dado estaba hecha de madera de nogal, a base de fibra de corazón de dragón y muy para su sorpresa - debido a que esa era la base de la varita de su padre - la varita era completamente reacia a servirle; podía sentir su repudio cuando la tomaba, pero, como un mago que cumple su trabajo, acababa por obedecer...a medias, sin mucho poder. 

—¿Dónde dijo la comadreja que la vio? 

—Malfoy. 

Harry miró con un gesto reprobatorio al rubio y este se limitó a rodar los ojos con algo de fastidio. 

—Ella me dice hurón ¿por qué sólo me reprendes a mi y no a ellos? 

—También lo hago con ellos Malfoy. 

—No lo suficiente. Pero claro, como yo soy escoria mágica no importa lo que yo...— No terminó de hablar, porque ya tenía al auror frente suyo con una mirada iracunda. Aquella poderosa magia le envolvió a la vez que las anchas manos de Potter le tomaban por el saco, atrayéndolo con fuerza para ponerlos cara a cara. 

—¿Cuándo te he tratado de esa maldita forma desde que te encontré? Te he dado mi propia casa, te he dado mi protección, te he cuidado y he estado al pendiente para ayudarte. Incluso estoy aquí, en medio de Holanda sólo para seguir la pista de tu madre. ¿De dónde demonios sacas que no importas? 

—Suéltame ahora mismo. 

Ambos magos se observaron fijamente, enojados y contrariados por distintas emociones a la vez. Sin embargo, ninguno de los dos retrocedió, se mantuvieron así, observándose fijamente hasta que la mirada de color esmeralda empezó a ablandarse un poco al notar que aquellos impenetrables ojos grises no se iban a rendir. 

—¿Por qué tienes que ser tan difícil, Malfoy? 

El rubio iba a contestar, sin embargo, no tuvo tiempo. Los labios de Harry ya se encontraban asaltando los suyos, en un beso dominante y a la vez gentil; sólo un Gryffindor podía dar un beso de ese tipo, tan patéticamente considerados con todo y todos. 
La serpiente contestó aquel beso también de forma dominante, pero en vez de gentil, fue brusco...egoísta. Malfoy necesitaba de Harry, necesitaba de esa paz que le brindaba, necesitaba la calma que le proporcionaba su aura. 

Lo necesitaba. 

Un par de segundos más y tuvieron que separarse para que sus pulmones volvieran a recuperarse por la falta de aire. Se miraron a los ojos nuevamente, un poco sonrojados y con los labios algo hinchados debido a la intensidad de sus actos. 

—Todo estará bien. ¿Va? Vamos a averiguar qué fue lo que sucedió. 

El Sly no apuntó más, pero el efecto fue relajante. Seguía muy nervioso, ansioso y lleno de preguntas, pero sabía que todo estaría bien, de alguna manera aquel soquete siempre lograba lo que se proponía. 

Era su amuleto. 

Estuvieron recorriendo varios lugares del Ámsterdam Mágico. Harry había vuelto a aplicarles un glamour para pasar desapercibidos, aunque Malfoy estaba más que seguro que el único que lo necesitaba era el héroe, no él. 
Potter era hábil, hablaba con fluidez y hacía preguntas amables que posiblemente le daban tiempo al niño que vivió para detectar auras sospechosas. 

After All This Time / Harcoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن