𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐀 [sin editar]

[03] La Voluntad de Fuego

Una vez que las actividades con Danzo terminaron, Mina se despidió saliendo de la guarida de una forma tranquila, de la manera usual para que el hombre no sospechara, pero una vez que estuvo lejos echo a correr para llegar veloz a la villa, encontrándose en la entrada de esta a Shisui que al parecer la esperaba.

Acercándose, tomo su rostro con cuidado y pidió que le mostrara la lengua viendo sus labios, pero la chica se alejo golpeando su mano.

—¡Tu fuiste! —dijo indignada y molesta—. ¡No quería la marca!

—Si no lo hacías sospecharía —se excuso, pero ella gruño—. Ademas ya no necesito que seas mi espía, sé todo lo que necesito y pronto podrás dejarlo.

—Mi padre no me dejara —contradijo de inmediato, queriendo descargarse de alguna manera por hacer que oliera su propia carne ser quemada.

—Eso cambiara.

—¿Como? —frunció el ceño sin entender.

¿De que forma cambiaría de idea a su padre?

Shisui le sonrió y puso una mano en su cabeza guiñando un ojo mientras la acariciaba.

—¿No le prometiste a Itachi de ir a verlo cuando terminaras? —enarco una ceja—. Ve —animo dando la vuelta alrededor de ella pasando a empujarla un poco por su espalda.

—Te seguiré interrogando mañana —advirtió con la cabeza volteada y señalándolo, ya no era la niña de antes que dejaba las cosas pasar.

Shisui asintio y Mine echo a correr entrando a la villa.

—¡Itachi! —llamo viendo al chico de pie fuera de su casa viendo desinteresado a un lado hasta que dio con ella por el grito.

—Bien, te esperaba —dijo con una sonrisa indicando que la invitaba a pasar.

—Es algo tarde, debería volver a... —empezó a decir considerando que la noche anterior no se había quedado en su casa.

—Solo tomara un momento —aseguro empezando a subir las escaleras viendo hacia atrás con una de sus amables y bella sonrisa.

Mina inspiro y suspiro asintiendo para seguirlo a su habitación, en donde se sentó en la cama viéndolo ir a la ventana y ubicarse en el marco de esta viendo un poco a la villa.

De repente el aire estaba tenso e Itachi serio.

—¿Consideras a Konoha como tu hogar? —pregunto en seco sin verla.

—Por supuesto —contesto extrañada, pero no preguntaría cuando todo estaba tan... extraño.

—¿Odias a las demás personas de esta aldea? —giro lentamente el rostro a ella—. Me refiero a cualquiera que no sea un Uchiha —aclaro ante de que alguna palabra saliera de la menor.

—No, claro que no —negó de inmediato con el ceño fruncido—. ¿Por que debería? No me han hecho nada.

—Si alguien atacara esta aldea, ¿la protegerías?, ¿harías lo que fuera para proteger tu hogar? —siguió de inmediato.

—Si, definitivamente —asintio, ahora sintiéndose algo nerviosa.

—Ese sentimiento de querer proteger tu hogar se le llama "La Voluntad de Fuego", trasmitida a todos sus sucesores por el primer Hokage, el que fundo esta aldea junto a un Uchiha, Uchiha Madara, al cual venció creando que se transmitiera en este clan "La Maldición del Odio" —dijo notando que tenía la completa atención de Mina—. Hace tiempo, el segundo Hokage una vez dijo que los Uchiha teníamos una gran capacidad de amor, pero que al perder una persona importante todo ese amor se convierte en odio, y así comenzamos a ganar el poder con el sharingan. Cuando mas odio y enojo tenemos, mas poder conseguimos, teniendo que adentrarnos en la oscuridad y terminando queriendo demostrar el poder de nuestro clan a toda costa, perdiendo así lo que es importante.