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«Un peso menos»

Yoongi

Estaba un poco aterrado acerca de como el tiempo estaba transcurriendo tan rápido.

Era lo mismo de siempre, trabajo y más trabajo, resultaba un viaje para promocionar y ahí estábamos al día siguiente, teniamos una práctica más ardua todavia y, nuevamente, ahí estábamos dando todo de nosotros para que quedara perfecto.

La única cosa que habia cambiado, al menos para mi, era que habia alguien metiéndose en mi cabeza; Athena.

Aquel día hace semanas ya, estaba increíblemente nervioso, pero no por confesar que estaba empezando a gustar de ella, más bien, me dominaba la angustia por tal vez llegar a asustarla, no quería eso, quería hacerle saber que tenía pequeños sentimientos de atracción hacia ella que con el tiempo aumentaban, no era mi culpa en absoluto y no me estaba obligando a sentir aquello, es sólo que cuando tienes a una persona constantemente a tu lado, sonriendote , con la mejor de las intenciones y además con la única idea de ayudarte... empieza a encajarse lentamente mientras se hace un pedacito de ti, eso había hecho Athena y aún seguía haciéndolo.

Ella es tan bonita, tiene unos ojos que brillan con intensidad haciendote perder en ellos, su piel es pálida y aquel toque rosado que tiene en sus mejillas es tan natural que la hace ver viva y desbordante de alegría, es amable, creativa, bondadosa y tiene un carisma atrayente.

Y no solo eso, nos tiene a todos en la palma de su mano, no en un mal sentido cabe aclarar, pero verla trabajar y envuelta en ese aire profesional haciendo notar que sabe muy bien lo que hace resulta bastante sensual.

Estimulante.

Es que, tampoco puedo evitar pensar en que lo posee todo, es tierna pero com carácter fuerte, es preciosa pero también muestra su faceta sexy con naturalidad, creo que esa es la palabra perfecta para describirla; ella es tan natural que te sientes en calma, pero al mismo tiempo emocionado.

No se si me hago a entender, pero todo esto lo pienso mientras la veo allí hablando con el coreógrafo de quien sabe que, y mientras suelto un suspiro enorme, es Namjoon quien se hace presente a mi lado tomando asiento y brindandome una botella de agua que acepto con gusto.

—¿Ya te ha respondido algo?— ciertamente el es el único junto con Seokjin que conoce mi situación, niego con la cabeza— y estás tan tranquilo... sorprendente.

—Estoy tranquilo, de hecho. Siento que me he quitado un peso de encima, no sabía que el ser consciente de que te gusta alguien era el doble de abrumador si dicha persona no lo sabe— el asiente— y ahora que lo sabe... puedo respirar con calma.

—Supongo que es porque una cosa nuy distinta es gustar, y otra estar enamorado. Tu llevas poco tiempo gustando de Athena, es decir, no es algo en extremo intenso y aquello se lo hiciste saber, podemos decir que de cierta manera tu pecho se siente libre.

Esta vez soy yo quien asiente dándole la razón, pero entonces, una nueva duda surge y aprieto la botella entre mis dedos un poco incómodo.

—Namjoon— le llamó— tu crees que cuando ella acepte conocerme más... yo...

—¿Que todo se vuelva tan intenso como te acabo decir?— esta vez el me mira fijo, sonrie un poco, solo un poco mientras se mueve de su lugar para encararme totalmente— puede pasar.

—¿De verdad puede o sólo me estoy adelantando mucho a los hechos?

—No, hyung— hace un gesto con la mano, pidiéndome callar— si puede pasar, si al empezar con todo esto de conocerse más, saber más el uno del otro, lo que les gusta y lo que no... ahondar más en sus personalidades; puede pasar, realmente puede.

—Y si-

—Los sentimientos, a mi punto de vista, son evolutivos— me interrumpe— a ti te gusta Athena, solo te gusta por lo poco que has visto y conocido de ella, ves que es tierna, amable y linda, entonces sientes atracción y te gusta eso ¿Verdad?— asiento— quien sabe, más adelante cuando empieces a conocer más lados de ella, aquel sentimiento de gustar puede intensificarse poco a poco para ambos lados, aunque conociéndote seguro dudarás que ella sienta la misma intensidad que empiezas a desarrollar tu— blanqueo los ojos y el ríe— a lo que quiero llegar es; no tienes que asustarte en absoluto si llegas a sentir muchísimo ¿Me entiendes?

—Sé que no tengo que asustarme, pero aún así me asusta.

— No lo pienses mucho, si todo resulta como sabemos que resultará... date la oportunidad de encariñarte y querer poquito a poco.

Y la charla no se pudo alargar más puesto que el deber llamaba... pero en toda la práctica, las palabras del líder se estancaron en mi cerebro analizandolas.

Si todo resultaba y ella me daba una mínima oportunidad... yo estaría dispuesto a sentir todo.