capítulo dieciocho.

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Con la cabeza hundida en la taza de mi baño vomito ácido, no tenía casi nada en el estómago y las dos botellas de alcohol que me tomé, las malas noticias, su presencia. . . Me han hecho vomitar la bilis.

Sostiene mi pelo mientras da masajes en mi espalda, susurrando cosas dulces para que me sienta mejor, ignoro su presencia aunque sea muy difícil de aplacar, al terminar de vomitar alzo mi cabeza con fuerza, me retuerzo en mi lugar al sentir el terrible mareo. 

— ¿Según tú aguantabas más de tres? —pregunta retórico con diversión.

—Según yo iba a tener una vida mejor fuera de la casa de mis padres. Creo que vivo para las desgracias y equivocaciones. —musito bajo sonriéndole falsamente, trato de levantarme, pero mi cuerpo no aporta mucho, la mayoría de fuerza la hace él. 

—Perdóname. 

—No. —respondo con simpleza a su pedido, dejo que me lleve hacia la cama.

—Por favor, tratemos de llevarla tranquila, que no me iré nunca más. —pide con ruego. 

—No, viviré odiándote. —río burlesca, suspira con enojo, me tira a la cama con violencia haciéndome caer en mi brazo, gimo adolorida y me volteo, todo da vueltas y siento náuseas de nuevo, sé que no vomitaré, no hay qué vomitar. 

Se sube encima de mí, toma mis hombros con mucha fuerza y me mueve de arriba a abajo, mueve más mi entorno y me desmayo. Gracias a dios se detiene antes de eso, mete su mano en el pantalón y saca una navaja enorme, la pone en mi garganta mientras tiembla en rabia. 

Ni una pizca de miedo logra usurpar mi calma, incluso me llego a sentir deseosa de que la entierre; no hay más para mí, estoy condenada a vivir en la desgracia, perseguida por el pasado y mi mala de suerte de nacer. Río, tomo su muñeca y presiono más.

—Destaja mi garganta, lo más profundo si quieres, pero hazlo ya. Antes de que te arrepientas. —susurro lentamente, relamo mis labios y cierro los ojos, presiona un poco más y un pequeño ardor crece en mi piel, sin embargo, la navaja es retirada violentamente junto a su cuerpo, se levantó.

Se agarra fuertemente el cabello, lo jala mientras maldice, no le presto atención y veo mi techo con estrellas fluorescentes en él. Toco con delicadeza la herida y brota una cantidad de sangre considerada, ni una vena rota, simplemente lastimada mi piel. Tomo la sangre en mis dedos y la embarro en mi rostro haciendo dibujos abstractos. 

—¡¿Por qué me haces delirar?! ¡Me dan ganas de matarte, pero no puedo hacerte esto, ángel! —grita histérico, dirijo mi mirada a él, ve lo que hago y se acerca a mí preocupado, ve la herida y el torrente lento de sangre. —Per-perdón. 

—¿Está todo bien allá adentro? —pregunta Zery desde el otro lado de la puerta, se escucha preocupada, tal vez por lo que me dijo.

—¡Sí, mi hombre simplemente llora y hace berrinches, gracias por preocuparte! —digo en voz alta y calmada, se ríe un poco con más alivio.

—¡Pensé que era algo grave! ¡Está bien, iré con Rubén! ¡También te quería decir que Dylan los espero casi dos horas, ¿Dónde estabas?! —pregunta aún del otro lado.

—¡Surgió un inconveniente, mañana te cuento, descansa! —doy por cerrada la conversación, se va despidiéndose con un okey, mientras tanto Justin trata de curar mi herida con un calcetín, postrado encima de mí, con los ojos aguados y susurrando disculpas, patético. 

Eres un asesino sin escrúpulos y te preocupas por una cortadita, sigue practicando para que ya me mates. 

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Cortito lo sé, pero no he tenido tiempo, ahora me estaré ocupando con unos proyectos finales que debí empezar en enero, los empezaré apenas ahora porque #hueva, tengo un mes o menos para hacerlo, denme suerte para que saque diez. 

Yo y mis ganas de hacerlo a última hora, adiós amores.

all love eva xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Whisper → Justin BieberOnde histórias criam vida. Descubra agora