capítulo diecisiete.

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Omnisciente:

Por más lejos que se hubiera ido no se alejaba de la vista de Justin, sabía donde encontrarla sin saber él mismo el por qué. Sus instintos sobre protectores y su amor enfermizo formó un lazo con ella.

Sus pies se habían dirigido en una dirección desconocida, la vio en un parque vacío por la hora del día, en una rueda giratoria de colores, dando vueltas con un pie ida en su mundo, sus ojos rojos aún manteniendo las lágrimas de todo lo que pasa y pasó.

En ese momento quiso volver a ver a sus padres, a ver como estaban, si resultaron más felices sin ella y sin ningún rasguño, o sus sangres fueron derramadas sin piedad alguna. 

Justin no se acerca demasiado, no quiere abrumarla más con su presencia. Sin embargo, no toma otro camino, se sienta en una banca alejada y la observa como se destruye lentamente; sus ojos derraman lágrimas y su boca se tuerce en una mueca de dolor. 

Empuja con fuerza la rueda, sube su pierna pegándola a su pecho y sollozando se deja envolver por el aire que la jala hacia afuera pero no la mueve de su lugar. 

Llega a pasar una hora donde ambas almas están situadas donde mismo sintiendo diversas emociones, la que comparten es la de tristeza.

Justin se arrepiente de haberle dicho su secreto, se siente triste de que la hirió.

Issis Moon POV:

La desgracia me perseguirá siempre, sin haberla llamado o mencionado estará tras de mí olfateando mi terror, mi felicidad y cualquier sentimiento que yo pueda expresar en mi vida.

¿Por qué no se presentó como un hombre cualquiera y me enamoró? 

¿Por qué mejor no me mintió acerca de sus fechorías?

¿Por qué hizo todas esas barbaridades por mí?

Preferiría mil veces que se hubiera presentado como un desconocido a como el asesino del señor Fletcher. 

Debió conquistarme desde que era una niña, una adolescente, para así mejor cuidarme de todos los males sin cometer pecados capitales. Muchas personas con problemas similares a los que tuve han sido rescatadas por ayuda psicológica. No rescatadas por un vengador que arrebata almas. Incluso me causó más problemas psicológicos de los que ya almacenaban en mi mente.

Cansada de darle vuelta a la rueda me levanto, camino viendo mis pies por donde vine, dando un suspiro y pensando a profundo las cosas decido aceptar mi futuro. Podría denunciarlo pero realmente tengo miedo, siento un retén invisible que me impide muchas cosas que son buenas ideas para estas situaciones.  

Alzo mi mirada a él, le hago una seña de que es hora de irnos. Sorprendido de que supiera que estaba observándome, asiente lento, se levanta y corre tras de mí que iba en dirección contraria a la que estaba.

—Tengo ganas de ir a tomar un trago. ¿Me acompañas o prefieres seguirme de lejos? —pregunto con la voz ronca, sin mucha expresión, ni siquiera lo veo a la cara. Tengo mi mirada enfocada en el horizonte del color rojizo del atardecer.

—Me encantaría tomar uno.—contesta sin verme. Caminamos hasta el bar más cercano, en cuanto divisamos al Golden Blue, un bar de mala muerte el cual nunca he entrado, pero sí que he escuchado que ha muerto mucha gente por peleas que acaban mal. Ahora la muerte creo que se ha unido en una caricia muy lenta y desapercibida.

Entro primero, me dirijo hasta la barra donde pido el trago más fuerte que tengan, en camarero luce algo desconcertado al ver a una pequeña mujer vestida elegantemente en un lugar tan horrible, sonríe poco después con galantería y pone su codo frente a mí. Justin carraspea pero ni le pone atención, ruedo los ojos y con cara de pocos a amigos decido entrometerme en su destino.

—Mejor quita esa cara de idiota y por tu bien más vale que me sirvas antes de que te lamentes.—me expreso molesta. Pone el trago frente a mí y con mala cara se tira a perder del otro lado de la barra a atender a una prostituta 

Justin no alcanzó a pedir su trago pero se sienta a mi lado, se extiende por la botella que el muchacho dejó en la orillas y se la empina. Con necesidad se la arrebato dejándole mi vaso.

Lo necesito más yo que él. 

Al voltear la botella en mi boca arde como la mierda, sin embargo, no me detengo porque pronto comienza a relajar mi cuerpo. De un solo y profundo trago me acabo la botella. Bajo la cabeza y la sacudo para que suba más rápido de la mierda que parece fuego líquido.

Me mareo fuertemente, pongo mi frente en la barra y comienzo a reír por la estupidez que he hecho. 

Estiro mi mano a él aún con la cabeza abajo. Susurro débilmente: "Mis cosas". Pone mi cartera y mi celular en mano. Saco un billete de veinte dólares de mi cartera, lo dejo sobre la barra cobrándome la botella. 

—No debiste tomártela así, si te desmayas iremos con urgencia al hospital, podría darte una congestión.—me regaña suavemente tomando mi antebrazo con delicadeza. Río.

—Si bien me conoces deberás saber que soy muy dura para las bebidas. Puedo tomarme hasta tres y no caer.—susurro sonriendo, lo veo fijamente con los ojos entrecerrados sintiendo como me gobierna el alcohol un poco. 

—Lamento lo que hice.—susurra avergonzado, sabiendo que no es cierto respondo con naturalidad.

—No lamentas eso, lamentas habérmelo dicho.

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Whisper → Justin BieberWhere stories live. Discover now