Gravity of you

Cuando Reiji abrió los ojos lo primero que vio fue el cielo oscurecido, los relámpagos atravesando las nubes, los truenos retumbando en todo el lugar, los elementos embravecidos estaban listos para desatar su furia, o más bien, la furia de Zarc, en toda la dimensión.

Con dificultad se sentó, en realidad estaba un poco sorprendido de seguir con vida, la batalla con el hombre de ojos dorados no había sido más que un juego para Zarc, los había manipulado como quería y golpeado cuanto quiso. Muy frustrante en realidad.

Miró a su alrededor y fue capaz de ver a los demás. Jack, Crow, Sora, Johan, todos estaban esparcidos por el campo de batalla, nadie además de él había despertado. Como sea, si la dimensión aún existía debía de averiguar pronto lo que había pasado.

Ponerse de pie le costó mucho más de lo que había pensado, sin embargo, logró mantenerse y respirar profundo antes de salir del edificio medio destruido en el que estaba para ir a buscar señales de vida. Por supuesto, el primero en el que pensó fue en su compañero, Shun, así que se dirigió hacía allá, solo para tener que detenerse cuando un brillo blanco emergió de un lugar a su derecha.

Sorprendido se cubrió con su brazo para evitar que la luz, que brillaba intensamente, lo cegara ¿qué en el infierno estaba pasando? Activó el visor de su casco y se acercó con cautela.

Cuando llegó lo suficientemente cerca no pudo ver bien en un principio lo que sucedía, sin embargo, cuando su vista se acostumbró, fue capaz de ver a Yuya, siendo sujetado a un edificio, Zarc frente a él ¿eso que atravesaba su pecho era una de las katanas del chico de ojos carmesí?

Muy pronto el brillo fue demasiado y no fue capaz de ver nada. No supo cuánto tiempo pasó hasta que sintió una onda expansiva y la energía blanca estalló en millones de partículas de luz.

Parpadeó, intentando recuperar la visión cuando algo pasó a toda velocidad a su lado, desconcertado solo vio el brillo rubio antes de que el polvo en el edificio donde había estado Yuya y Zarc se levantara.

-¡Yuya!- gritó lanzándose hacia adelante, debía de saber que en el infierno acababa de pasar.

Pronto se dio cuenta de que el polvo se dispersaba muy lentamente ¿no había estado rugiendo el viento hacía tan solo unos segundos? Fue entonces que se dio cuenta de que, de hecho, las nubes en los cielos se estaban despejando poco a poco, permitiendo el paso de pequeños haces de luz del sol.

Sorprendido miró al edificio ¿acaso... Zarc había sido vencido? Yuya... ¿había sido Yuya el responsable? ¿cómo?

Había tantas preguntas y tan pocas respuestas, sin embargo, ese momento no parecía el apropiado para contestarlas todas, no cuando por fin el polvo de escombro se disipó y se encontró con una escena por demás surrealista.

Kaito... ¿¡porqué en el infierno estaba Kaito besando a Zarc?!

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Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Yuya cuando su mano hizo contacto con la de Zarc, era bastante más grande en comparación con la suya. Levantó la mirada y se encontró con esos bellos ojos dorados que lo miraban con inquietud.

-Ahora estoy seguro, tu puedes ser amado, Zarc- se atrevió a asegurar mientras el péndulo encima de ellos se balanceaba, pequeñas partículas de energía blanca surgieron por todo alrededor -me voy a asegurar de ello- declaró antes de darle una suave sonrisa al hombre de ojos dorados.

Zarc no lo entendió ¿qué significaba aquello? Sin embargo, conforme más partículas de energía blancas se reunían alrededor del péndulo una sensación extraña empezó a apoderarse de su ser.