Risk

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-¡BUENOS DÍAS!-

Yuya sintió como si su corazón fuera a salir de su pecho cuando escuchó esas palabras ser gritadas de repente cerca suyo, llevó su mano a su pecho por el susto mientras veía al chico de cabello y ojos azules con el fleco rubio colocarse delante suyo.

-Buen día Yugo- saludó Yuya intentando calmar su corazón.

Por toda respuesta el chico le dio una brillante sonrisa antes de sentarse en el asiento de adelante -¿trabajas en las tardes Yuya?- preguntó curioso.

-Ah, no- contestó el chico de ojos carmesí apartando la mirada, desde que Yugo había llegado, como un estudiante transferido de otra escuela, había estado intentando ser su amigo, eso estaba bien, en opinión de Yuya, sin embargo no le tenía la confianza suficiente para decirle que estaba tomando parte en un grupo de personas con habilidades especiales que defendían la ciudad de amenazas de otra dimensión, no, hasta para él eso sonaba demasiado loco... aunque fuera verdad.

-Entonces ¿crees que podríamos salir más tarde a pasar el rato?- preguntó Yugo, su voz y sus llamativos ojos azules llenos de emoción, Yuya casi se sintió el ser más ruin de la existencia por tener que rechazar la invitación.

-Lo siento, tengo asuntos que atender- contestó Yuya apenado.

-Moooo- se quejó Yugo haciendo un puchero mientras se tiraba sobre la mesa de Yuya -no es justo, mi amigo no quiere pasar tiempo conmigo, prefiere pasar tiempo con ese tipo de aspecto sombrío que lo sigue a todas partes-

Yuya abrió la boca para decir algo pero las palabras de su compañero llamaron su atención -¿te refieres a Shun?- no pudo evitar sonreír un poco, parecía que Kurosaki siempre evocaba la imagen equivocada en las personas que lo veían, si no fuera un tipo tan serio todo el tiempo.

-Oh, con que ese es su nombre- dijo Yugo levantando la mirada antes de que una idea llegara a su mente, se puso de pie de golpe y luego se acercó de golpe hasta estar a solo unos centímetros del rostro de Yuya -oye no te está acosando o intimidando ¿verdad?-

-¿Eh?- solo pudo atinar a decir Yuya, parecía que, efectivamente, Shun lograba darle a todos la impresión equivocada siempre -N-No, él es un buen sujeto-

-¿De verdad?- preguntó Yugo algo escéptico, parecía totalmente inconsciente de que estaba invadiendo el espacio personal del chico de ojos carmesí -porque con lo bonito que eres no lo culpo- Yuya no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas cuando escuchó esas palabras.

La sonrisa de Yugo le hizo saber a Yuya que, sin lugar a dudas, el chico de ojos azules estaba totalmente consciente del poco espacio que había entre ellos y que, desde un principio, había sido su plan aprovecharse de ello. Pues, de un momento a otro se encontró con unos cálidos labios posados sobre los suyos.

-¡¡AHHH!!- Yuya gritó mientras retrocedía por el sorpresivo movimiento y porque, al estar sentado, la fuerza de su reacción instintiva hizo que cayera de espaldas con todo y silla.

-¡Yuya!- gritó Yuzu quien acababa de entrar al salón de clases y se apresuró a ir con su amigo quien parecía haberse golpeado la cabeza y se encontraba, en esos momentos, muy mareado -no te quedes así, ayúdame a llevarlo a la enfermería-

Yugo, quien había estado sonriendo felizmente por sus travesuras tardó en darse cuenta de que la chica le hablaba a él.

-Ah... si- contestó antes de dar la vuelta a la mesita y, con ayuda de la chica colocar en su espalda a Yuya para cargarlo a la enfermería. No pudo evitar notar entonces lo bien que se sentía el tocar al chico de ojos carmesí, la calidez de su cuerpo, su tacto, la suavidad de su piel, eran tan parecidos a los de Yuto y Yuri pero a la vez muy distintos.

Gravity of youWhere stories live. Discover now