43.- Esperando un milagro

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Me lo pregunté mil veces, pero si esto era lo mejor, haría cualquier cosa.

...........

Meneo sus caderas intentando seducirme, no tenía cabeza para nada. Hace ya dos meses que no me importaba nada, el pensar en ella sufriendo y yo sin poder hacer nada nublaba mis pensamientos. como ahora.

-Señor Abaddon. - dijo y abrí los ojos de par en par, tiro a la sirvienta y abro la puerta para salir corriendo. ¿Cuándo me volví tan vulnerable? Tanto como para no intimidar a nadie.

Al otro lado del pasillo veo que Alala conversa con alguien, me voy acercar cuando me agarran del brazo.

- ¿Qué sucede? ¿Acaso no soy de su agrado mi señor? - pregunto la sirvienta con su ropa en las manos, dejándome al descubierto.

Vuelvo a mirar al frente con indiferencia, pero sus protestas me sacan de mis casillas, no tenía genio para nadie. Los ojos almendrados de Alala me regresan al tiempo en que Eleanor estaba bien, el tiempo que estaba conmigo.

-Alala... - la agarró del brazo alejando a la otra tipa, no quiero que malinterprete las cosa... aunque no sé porque siento la necesidad de disculparme. Solo la arrastro a un pasillo solitario en el que hablemos. - No es lo que piensas que...

-Lo que hagas o dejes de hacer no es asunto mío. - me dijo mientras se soltaba de un tirón de mi agarre. - Si me disculpas. - la detuve de nuevo.

No entiendo el porqué de mis actos, solo siento que la chica que tengo ante mis ojos es lo más cercano que tengo de Eleanor, su mirada y su forma de ser es tan diferente, pero a la vez la vuelven la misma persona.

La acerco a mi pecho de manera inconsciente, al notar lo que hago intenta alejarse.

- ¿Qué crees que haces Abaddon? - pregunto con voz temblorosa.

Necesitaba un momento así, un abrazo con su calor para saber que todo estaría bien. Sus ojos pasaban fijos en el suelo por lo que levante su barbilla con mi mano que no sostenía su cintura, su aliento choco con mis labios y mis ganas de mandar al diablo todo por ella me consumieron. La quería a ella.

Me acerque a sus labios lentamente con los ojos cerrados para imaginar que todo está bien a pesar de no ser así, en un mundo en el que solo estamos los dos.

- ¿A-Abaddon? - pregunto, pero la ignore. - Hey... yo... - y mis labios amortiguaron sus palabras. Los moví de inmediato pero las constantes luchas de la chica en mis brazos aumentaron. Murmuraba algo que no entendía, pero el tono de súplica me hizo alejar. - ¿Qué te está pasando? - sus sollozos junto la mirada de asco y decepción me hicieron preguntarme lo mismo.

¿Qué me está pasando?

Sin ella no soy nadie... y ahora lo entiendo.

Muchos años me pase en su cuidado y oculto en su sombra cuidándola, no estoy listo para dejarla ir. Alejo el cuerpo de Alala que no tiene nada que ver en mi batalla con mis emociones en torbellino, camino a mi habitación y me vuelvo a encerrar y tirar en la cama boca arriba mirando el techo, como todos estos días hice.

¿Hubiera sido diferente si no le hubiera mentido?

No... ¿Hubiera cambiado todo si nunca hubiera aceptado ir aquel día...?

Sí, todo hubiera cambiado si no la hubiera conocido. Pero ya a estas alturas no puedo culparla, solo tengo miedo de me abandone justo en el final, de que logre ganar a su oscuridad... de no volverla a ver.

La amo, y lo que más quiero es su felicidad a pesar de arriesgar la mía.

Si tan solo ella estuviera aquí ¿Sabría que hacer? Quizás no, o quizás salga con un plan absurdo, uno que escucharía sin importar nada.

DemonioWhere stories live. Discover now