O N C E

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Tuvo que pedir permiso para faltar, no podía simplemente no ir a clase, aunque su padre le decía que no era necesario, lo era, necesitaba saber que su hermano se quedaría en casa a su lado.

Jamás podía entender un juicio, para él solo era una platica más llena de legalidades absurdas, nada era lo que parecía, pues una palabra equivocada y era el error más grande del mundo, tonterías.

Su madre aprovecho todo lo que pudo para poder hacerse pasar por una mártir, su padre me había explicado claramente qué ella haría qué lo fuese por hacerse pasar por la víctima y vaya qué lo estaba haciendo.

– ¿Esperaba mucho de mi? Me embarazo a los dieciséis, era un niña en ese entonces.

– Objeción, ambos en ese momento tenían una relación romántica, poco después de enterarse de su embarazo se casaron y los abuelos de mi cliente le dieron su casa para que vivieran en ella.

– A lugar, señora Lee si vuelve a sacar un tema sin importancia tendrá que retirarse.

– Si señor juez.

– Abogado puede continuar.

Aveces tantas preguntas lo abrumaban demasiado, durante esas horas Gyu estaba en otra sala donde intentaban hacerlo hablar, ¡Era imposible!, si presionaban mucho a su hermano terminaría llorando y durmiendo después de eso, ¿Acaso nadie planeaba escucharlo?.

Cuando fue llamado al estrado sus nervios se alejaron, solo quería que eso terminará de forma rápida para abrazar al pequeño e irse a casa.

– ¿Cuantos años tienes HyukJae?

– Diecisiete, faltan tres meses para mi cumpleaños.

– Bien, dime, ¿Tú madre hace cuanto los dejo?

– Objeción, ese no es el punto, esta manipulando al chico.

– Señor juez solo quiero saber que tan buena madre es si quiere quedarse con los niños.

– Objeción denegada, puedes contestar chico.

– Hace... No lo se, casi un año o algo así.

– Un año, un año donde ni siquiera se atrevió a llamar o mandar dinero a sus hijos, ella solo tomó sus cosas y se fue del país.

– Objeción nadie tiene prueba de eso.

– Señor Juez el citatorio fue enviado a Francia, creo que es más que claro que ella no ah estado presente en mucho tiempo.

– A lugar, dime, ¿Cuándo se fue qué te dijo?

– Ese día llamo por la noche, pidió que la disculpara por no poder cuidar a Gyu, alego qué no podría llevarnos aunque quería, pero no es cierto, parecía feliz hablando con aquel hombre cuando se iban, ni siquiera se despidió como debía ser, fue una simple llamada.

– ¡Mocoso malagradecido!

– Basta, abogado controle su cliente o ambos saldrán.

– ¡Lee HyukJae hice lo mejor para ti! ¡Él imbécil de tú padre huyó maldito insolente! ¡Yo cuide de ti y ese mocoso todo lo que pude!

– Mientes, jamás lo cuidaste, MinGyu ni siquiera sabe que eres su madre.

– ¡Basta! Tomaremos un receso de cinco minutos, si la señora Lee sigue alterada no podrá entrar, es todo.

El juez golpeó con su mazo y todos se quedaron en silencio, salio del estrado para ir con su padre el cual lo abrazo y beso su cabeza.

– Que desgraciado eres Lee, eres un maldi-

¡No soy tu mamá! -  HaeHyuk Where stories live. Discover now