C I N C O

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Después de todo su esfuerzo estaba agotado, sus exámenes eran difíciles pues casi terminaba ese año, pero no podía más.

Recargo su mejilla sobre su mano izquierda hecha puño en el mostrador, cerro sus ojos para descansar su ojos solo cinco minutos.

– ¡HyukJae despierta!

– Bienvenido a la cafetería Sun's ¿Puedo tomar su orden?

Se levanto de golpe casi tirando la silla en la qué estaba sentado, miro a sus lados, Yeri lucia molesta y un cliente frente a él fastidiado.

– Lo siento mucho.

– Solo cobrate.

– Claro, lamento su demora.

Paso la tarjeta por la terminal y se la entrego haciendo una reverencia, sentía que en cualquier momento podría cerrar sus ojos y caer dormido.

– No, HyukJae fuera de aquí.

– Noona por favor necesito el empleo.

– No te estoy despidiendo tonto, pero vete por hoy, no se ve que hayas dormido bien y estas afectando a todos.

– No es verdad, no volverá a ocurrir.

– Vete, ni siquiera quieres tomar tus días libres, Gyu no es el problema ahora, eres tú, así que iras a casa a descansar y no te quiero ver mañana hasta el próximo fin de semana y si llegas cansado te iras de nuevo ¿Entiendes?

– Entiendo noona.

– De acuerdo, ahora deja tus cosas y ve a casa.

– Si, nos veremos después noona.

Sonrió sin mucho ánimo antes de ir a los casilleros para cambiar su uniforme, salio para tomar a Gyu entre brazos pues dormitaba y no podía llevarlo así.

Se despidió de todos ahí y salió, estaba agotado, quería solo llegar rápido a casa para poder acostarse con Gyu hasta que este despertara después de al menos dos horas.

Pronto debía pagar la mensualidad de la escuela de su hermano y para colmo aquella salida a la cual estaba obligado a ir gracias a la boca de su hermano, eran demasiados gastos y no podía llevarlo él solo, pero no pediría dinero.

– Má.

– Aquí estoy Gyu, duerme tranquilo.

Aún le parecía extraño decir que era su madre, no era su deber, cada vez que pensaba en ello le daban ganas de dejar a Gyu bajo los cuidados del estado, pero solo terminaba por romper su corazón.

Era su hermano, su única familia hasta ese momento, su madre simplemente los había dejado a su suerte por un bastardo y su padre, aquel hombre que un día vio como un alguien a seguir huyó, pero cuando deseaba llorar deseaba tenerlo a su lado, como cuando era un niño pequeño, siendo abrazado dejando todo atrás, pero ya no.

Llego a casa, si es que aun podía decirle así al sitio, todo estaba en silencio, su madre no estaba intentando cocinar algo, su padre no veía algún partido en el televisor como antes, solo el pequeño niño en sus brazos murmuraba haciendo qué no se sintiera tan solo.

Dejó a Gyu sobre la cama, beso su frente y lo arropo, beso su frente antes de cerrara puerta de la habitación. Se dejo caer en el sofá mientras pasaba sus manos por su rostro, estaba desesperado.

Cada vez la idea de abandonar la escuela después de ese año era tentador, podría dedicarse a su hermano y trabajo por completo sin presiones, solo que no era ideal, nadie querría a un niño que no pudo terminar la preparatoria.

¡No soy tu mamá! -  HaeHyuk Où les histoires vivent. Découvrez maintenant