三十六: 口诀

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Tenía ganas de avergonzarlo, darle en donde más le dolía: su ego y masculinidad. Quería destruirlo, porque él era el causante de que ese rumor se haya generado por sus maldita envidia. Si tan solo hubiera tenido paciencia, quizá él sería con quien haya follado por segunda vez, pero no, su pene pensaba por él y me había roto para irse con otra que si le abría las piernas, porque para él era más importante su reputación de: puedo ser un mujeriego, pero nunca infiel.

Era la misma escoria, ambos tipos eran de lo peor.

Sé que me contradecía al aborrecer a un tipo de persona así, pues Hoseok había sido infiel, pero me repetía: La culpa no es de uno solo, es de dos, de la persona infiel y la que se mete en la relación. En este caso, la culpa había sido de Hoseok y mía por estar en una relación oculta por unos días. Sin embargo, Hoseok no se acercaba a la persona que era Jimin, aun si haya sido bueno en un principio, ese concepto ya no existía más. Las personas siempre tienen defectos, tienen virtudes, sí, todo el mundo es así, pero siempre un lado predominaba más, y mientras viera ese lado malo en Jimin, lo despreciaría con gran fuerza.

Él había sido un idiota también por todo lo que me dijo cuando rompimos, y aunque no haya reaccionado en ese momento, pues me retiré de allí, ahora era más brusca, más directa y creo que ese lado había nacido con Hoseok. Ahora no me importaba si me suspendían, no dejaría que alguien me intimidara así. No sería más una maldita pasiva para eso, así que cuando estuve frente a Jimin le había golpeado tan duro en el rostro que me empezó a gritar.

—¿¡Qué mierda te sucede, perra loca!?

—Vuelves a hablar mal de mi y de mi novio, y te juro que amaneces castrado, Park Jimin. Ve y di que tus perras son las prostitutas, no yo, imbecil de mierda.— Le solté y no me importó si le llegaba a escupir saliva. Estaba tan molesta con él, pero él solo me empujó hasta caer al suelo, donde inevitablemente me quedé porque no había visto venir su ataque, más eso no fue razón para que Seokjin no hiciera nada, él mismo agarró de su abrigo y lo zarandeó como si fuera un maldito costal de papas. Me sorprendí de su fuerza y una vez más de su comportamiento. 

—Ni siquiera se te ocurra volver a tocarla, o te irá mal. Es una primera advertencia, Park. 

Pude ver el horror en el rostro de Jimin ante las palabras de Seokjin. Podría decir que yo había dicho palabras más amanezadoras, pero no era la misma reacción. Jimin había temido de Seokjin y ni siquiera dijo algo cuando este le soltó tan bruscamente que nadie al lado de Jimin pudo prevenir su caída. Seokjin me había ayudado después a levantarme y me había sacado de la universidad poco después.

Afortunadamente, ningun incidente pasó después, y no veía a Jimin ni siquiera en las pocas fiestas a las cuales acompañé a Hoseok después. El ultimo ni siquiera se había enterado de lo que había pasado con Jimin, ni tampoco supe si hizo algo por los rumores que corrieron de mí, tal vez ni siquiera se había enterado de ellos. No le di importancia, realmente. Tampoco ya no le molestaba la presencia de Seokjin, pero eso lo asumí a que se acostumbró a que Seokjin pasara más tiempo conmigo por las clases y el trabajo que yo con él. Al menos la comunicación se mantenía y estabamos bien sin pelear por estúpideces.

Seokjin estacionó el auto frente a mi casa con bastante dificultad, y le miré una vez más, agradecida. -Gracias por traerme.

-No hay de qué, Hye. Por cierto ¿tienes planes ya para las vacaciones del año nuevo lunar?- preguntó, puesto que faltaba solo un mes para ello. Normalmente daban un par de semanas gracias a ello y también por fin de semestre. No tenía planes de viaje, solo trabajar y ver a Hoseok. Sin embargo temí que él dijera que se fuera de viaje, eso significaba que no tendría tanto trabajo como solía tenerlo, por ende no más dinero para ahorrar. Hoseok estaba pidiendome de ir de viaje junto con él a Daegu para su cumpleaños, solo unos días antes de volver a clases, y pues quería ir con él ya que no pudimos a Nasam aquella vez, y pues, yo nunca había estado allí. 

—No, planeo quedarme en Seúl ¿Por qué, viajarás?

-Sí, tengo que viajar a Japón. Unas cosas con el negocio de mi padre.- me explicó. Los padres de Seokjin eran adinerados, pues tenían una compañía mediana que cada vez más iba incrementando sus activos. No sabía que una compañía de seguros podría poseer tanto dinero.— pero, quería decirte que no debes preocuparte. Podré ayudarte igual, solo quiero que lo sepas desde ya.

—¿Cómo me ayudarías?

—Skype.  Nos conectamos a ciertas horas cuando me desocupe y ya, solo estaré una semana en Japón así que no hay de qué preocuparse tanto.

Asentí. Luego apreté mi bolso. —Está bien, y otra vez: Gracias Seokjin.

—Por cierto, Hye. — dijo él. —Como habrás visto... Vivo solo casi todo el tiempo y quería ver si podías dormir esa semana en mi casa, te puedo acomodar todo, pero no quiero dejar a mi perra sola. Mi tía vive en otra ciudad...

—Dejamelo a mí, puedes contar conmigo, después de todo siempre me has ayudado.

Él sonrió suavemente y asintió diciendo un gracias. Asentí y pronto me despedí de él para caminar hasta el portal de mi casa, que pronto me cubrió un poco el cabello de la nieve. Volteé de reojo para ver el auto de Seokjin mientras maniobraba con la llave, sin embargo mi vista volvió hacia el frente cuando la puerta se abrió sin siquiera yo voltear la llave.  Hoseok estaba ahí, con ropa deportiva, quién inmediatamente se encogió por la ventisca que entró.

—Bienvenida, Hye.

Lamió sus labios mientras se quejaba y yo entraba, sin volver a mirar a Seokjin, que de seguro ya había emprendido su viaje a casa una vez más.

¿Por qué siempre no nos damos cuenta de las cosas más obvias hasta que es tarde?

Yes girl + Jhs  + Ksj ✔️Where stories live. Discover now