El obsequio. [Editado]

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Londres, Inglaterra
2010
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Un domingo lluvioso en Londres, cuyas calles estaban solitarias ya que por el clima las personas les daba pereza salir a la calle. Caminaban dos jóvenes rumbo a la tienda de muñecas más conocidas en Londres. Hermosas muñecas y muñecos hechos de yeso de calidad, entre ellos, algunos de porcelana posaban en el escaparate de aquella no tan grande tienda.

-¿No eres muy mayorcita como para tener una muñeca?- decía la más mayor.

-Siempre quise una. Mis padres nunca me regalaron nada- con aire de tristeza, respondió la que aparentaba una dolescente.

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-Ya le dije que el muñeco no está a la venta!-decía el dueño y vendedor de la tienda, un hombre de cabello largo y grisáceo con ojos verdoso y vestido de negro.

-Ya lo oiste cariño, coje otro- le decía el padre a su hija intentando calmarla.

-¡Pero yo quiero ese!- seguía insistiendo la niña la cual con sus pequeñas manos señalaba un muñeco que en un lugar de los muchos estantes yacía de pie como un guardián, que al contrario de los demás muñecos que sentados en los otros estantes con su pareja de muñeca, éste estaba solo.

-Si no está a la venta, ¿Por qué razón lo tiene aquí?- dijo aquél señor algo fastidiado y enojado por el egoísmo de su hija.

-Todos los muñecos que ve aquí tienen una historia, como se da cuenta, la mayoría tienen a su pareja- dijo haciendo un ademán con su mano hacia los estantes.
-Que Ciel no elije a su hija no es mi problema-.

-¡Babosadas!- gritó con enojo. -¡Mejor vamonos de aquí- aquél británico tomó a su hija del brazo alejándose del alvino y recibiendo una mirada de tristeza y enojo por parte de la niña, salieron de la tienda.

-No encontraremos a una candidata para ti si la rechazas a todas- le decía el ojiverdes a aquel muñeco el cual pareció fruncirle el seño. El mayor miró el reloj y aún era temprano pero como el día estaba nublado y el ambiente frio no habían muchas personas en la calle por lo que decidió apagar las luces para cerrar; antes de hacerlo la campanita que colgaba encima de la puerta, sonó indicando que había entrado alguien. Una mujer de tez morena y cabello rizado azabache junto a una chica de cabello rojo y largo de ojos azules.

-Lo siento, pero ya voy a cerrar- le decía a la señora quien junto a su sobrina observaban qué muñeca llevarse.

-¿Tan pronto?- le dijo la rubia.

-El ambiente está muy pesado hoy- le respondió mirando la calle desde el cristal del escaparate.

-Solo serán unos segundos, mañana es mi cumple y quiero escojer una muñe-. . . ¡Ay!!-la joven fue interrumpida por un muñeco de cabello y ojos azules el cual cayó en su cabeza. -¡Es hermoso!- dijo tomando el muñeco en manos.

-Y lo que tiene de hermoso lo tiene de caro- comentó la mujer llevando sus dedos a una pequeña etiqueta que señalaba el precio: "830 libras".

-¿Cómo te llamas?-.

-Lilly-.

-Bueno Lilly, él será tu regalo de mi parte- le sonrió el alvino tomando el muñeco para meterlo en una caja de regalos y entregarselo. -¡Llevatelo gratis! -

-¿Esta seguro señor?- dijo la mujer con asombro.
-Es muy caro- él asintió en respuesta.

-Es usted muy generoso señor, ¡Muchas gracias!- decía Lilly ignorando las plabras de su tía.

︎ -Lilly, serás una preciosa muñeca - susurraba el vendedor mientras observaba a la chica alejarse de la tienda.
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-Fue muy amable de su parte que te regalara ese muñeco- comentaba Evelin, su madrina mientras devoraba un trozo de pastel.

-¡Ay mira! ¡Tiene pene!- gritó Evelin de forma infantil tocándole el pantalón.

-¿De verdad?- asombrada, se le acercaba la pelirroja a verificar lo dicho.

-Claro que no.!- respondió,-¿Por qué compraste un estúpido muñeco?-. Lilly le arrebató el muñeco con cara de poker.

-Es bastante caro, más te vale cuidarlo bien - decía su tía Alice, quien observaba a la chica que con el muñeco en su pecho miraba la televisión.

Alice: -Bueno, ya es hora de dormir. Mañana tienes clases-. La alvina apagó el televisor y con el muñeco se encaminó a su habitación.
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-¿Te llamas Ciel?- le decía Lilly al muñeco.
-Bueno, Ciel hoy te bañaras conmigo-.

La chica se deshizo de la chaqueta negra que llevaba el muñeco, su chaleco azul y una camisa blanca, seguido de una mermuda negra, medias negras hasta los muslos y sus botas de tacón negras con lazos azules. Dejando la ropa encima de la cama, se desnudó y entró baño metiéndose en la tina junto al muñeco.

-¿Sabes Ciel? Hoy cumplo diecinueve años- le decía ella con una sonrisa mientras se enjabonaba el cuerpo. Después de bañarse, Lilly vistió al muñeco con la camisa y la mermuda y se metió a la cama.
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Al dia siguiente

Después de bañarse, la joven se puso su uniforme del colegio y con la mochila bajó a la cocina a desayunar sin apartarse de su preciado regalo.

-¿Quieres un trozo de chocolate? A mi también me gustan los dulces- dijo colocándole un trozo de chocolate en su enguantada mano. Alice, extrañada observaba como una ya adolencete (casi mujer) de diecinueve años le hablana a un muñeco. Antes de que dijera nada, la bocina del autobús de la escuela sonó frente a la casa.

-¡Lilly el autobús!-.

La nombrada dejó al muñeco en la silla y cojiendo su mochila salió corriendo de la casa. Alice observó a su sobrina subirse en el autobús y luego cerró la puerta. Observó por última vez al muñeco quien aún tenía el trozo de chocolate en la mano. Se dirigió a la despensa y tomó una bolsa de palomitas metiendola en el microondas; volvió su mirada hacia el muñeco quien tenia la boca sucia y el trozo de chocolate por la mitad.

-Debe de ser una broma- decía riendo la morena en voz alta. Acercó la mano a su rostro y le fue abriendo la boca observando los restros de chocolate en su lengua y dientes. Confusa y algo asustada, llevó la mano al parche que tenía en su ojo derecho dejando ver una estrella que brillaba en color rosado; a cámara lenta fue girando su cabeza hacia aquél microondas que pitaba sin cesar.

Una explosión se escuchó en aquella casa.

Continuará . ..
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Kuroshitsuji: Diabolic DollWhere stories live. Discover now