La profecía

capítulo 21

Él tomó un profundo aire como el boxeador que se prepara para un nuevo round. Se encaminó nuevamente hacia la residencia Weasley, definitivamente ella era otra pero él seguía siendo el mismo, bueno quizás no tanto, la profecía estaba volviendolo más cursi, poeta, artista y todo lo que en su sano juicio no sería pero aún conservaba su valentía, sus fuerzas y su sentido de perseverancia y no se iba a dejar vencer, ella iba a escucharlo como que se llamaba Severus Snape.
Entró a la estancia donde estaban la mayoría y frente a todos le dijo...
-¿Podría intercambiar unas palabras con usted señorita Granger?
Esto lo hizo sabiendo que ella no se negaría, puesto que lo había pedido formalmente y frente a todos. Acorralandola, no se iba a negar frente a todos los allí presentes.
Ella lo miró seria.
Sabía con que intención lo dijo frente  a todos pero...
- Lo siento profesor será en otra ocasión ahora...
-Deberían ir a la habitación contigua, así podrán hablar con tranquilidad - soltó Dumbledore recibiendo una mirada agradecida por parte de Snape pero una con desconcierto por parte de ella.

Él se acercó a ella y extendió la mano en señal de que ella pasara primero y así lo hizo.

Cuando hubieron abandonado el lugar Harry Potter habló.

- Está bien , quiero saber ¿Qué es lo que pasa con Hermione? ¿Porqué el profesor Snape quiere hablar con ella si hace unos momentos hablaban en el árbol más apartado del jardín? Y no digan que no es así porque los vi por la ventana.

Ginny miró a Dumbledore en busca de ayuda y Harry se percató -¿ Qué es lo que sabes Gin?

- Bueno creo que deberías sentarte Harry y te lo recomiendo a tí también Molly- dijo Dumbledore parándose en el centro del lugar como si fuese a dar un acostumbrado discurso.

Para empezar, existe una profecía.
-¿Por favor, no me diga que tiene que ver con Voldemort?- dijo Ron.
- No señor Weasley.
- Entonces prosiga- dijo Ronald metiéndose un bizcocho a la boca.
- La profecía es de Severus y para Severus.
-¿Qué con él Albus?- pregunto Arthur.
- Al parecer, existe una mujer que el destino separó para Severus.
- Pobre mujer,- bromeó George- debe ser una santa.
Ron rió por el chiste de su hermano.
- La profecía hace alusión a una mujer que lo matara de amor y otras cosas que no recuerdo bien.-dijo Dumbledore haciendose el desentendido.
- Bien ¿que con eso? - pregunto el de lentes.
- No me diga que Hermione está ayudando al profesor Snape a conseguir esa mujer. -dijo Ron.
- No señor Weasley.
- ¿Entonces? - habló Harry.
-¡ Por Dios amor! ¿no te das cuenta?
Harry abrió los ojos enormemente.- ¡Ay Merlín, no puede ser!
Molly se cubrió la boca con sus manos y Arthur no salía del asombro.
- Es como meter un bombón en un pote de ácido- dijo George.
- No entiendo nada.- volvió a hablar el pelirojo.- ¿Quién es la mujer que matará a Snape de amor?
- ¡Hermione! - le gritaron todos al mismo tiempo.
- No es posible pero como...

- Están marcados por una profecía y destinados uno al otro.- explicaba Dumbledore mientras se acomodaba en el sofá cercano para contarles toda la historia hasta ahora.

Mientras en la otra habitación...

-¿Qué cree que está haciendo?
- Solo deseo hablar civilizadamente Hermione.
- ¿Quién le ha autorizado a llamarme por mí nombre?
Él se acercó a ella bastante como para ponerla un poco nerviosa.
- Creo que después de haber tomado tu cuerpo, de haberte hecho mía, tutearte es lo de menos ¿No crees?
Ella lo empujó delicadamente sin perder los estribos.
- Usted sí que es arrogante, jura que es irresistible, que es el mejor amante que se puede tener pero la verdad profesor es que sólo está bien para una virgen ingenua pero cuando la vida da la oportunidad de probar más opciones pues...
- Insinuas... ¿ Has estado con alguien más?, me dijiste que serías solo mía.
- ¿Qué pensaba, que estaría dispuesta para usted siempre que le viniera en gana? No soy un objeto profesor y además no tengo porqué darle explicaciones.
- Bien, tiene razón Granger ,no tiene porqué darme explicaciones. Yo solo quiero que usted entienda que todo éste tiempo que ha pasado ha Sido difícil para mí, no poder verla seguido, ni que mi día se ilumine con su sonrisa, no poder oler su perfume, eso me está desquiciando.
- Es todo un poeta profesor ¿Qué ha pasado con usted? Me pareciera no estar escuchando al mismo cruel e infeliz murciélago que dejé en Hogwarts.