capítulo 12

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Ella disfrutaba de sus caricias sin dejar de cantar y él parecía poseído por un imperio. Su raciocinio se había ido al carajo y lo único que venía a su mente era amar a esa mujer que en ese momento se convertía en su diosa. Su cabello rubio como de un sol dorado, sus ojos azules como el cielo , su boca tan seductora y su canto, su hermoso canto, una perfecta combinación de ángel y sirena.
De un mano plazo Snape sacó todo lo que había en la mesa y recostó a su veela con delicadeza mirando hipnotizado sus ojos pidiendo permiso para amarla.
Encontró afirmación en ese mar azul y comenzó su navegación por el cuerpo de ella. Él posó tiernamente su mano en la feminidad de ella y ella tuvo que gemir.

-¡Severus! - dijo ella mientras él estaba sobre ella, sus audífonos muggles cayeron al piso y ella perdió la noción de todo por un momento.

/ La música se acabó/
/ El hechizo se esfumó/

Él la volvió a mirar a los ojos y ella devolvió la mirada con miedo a lo siguiente
- ¿Qué demonios? ¿Qué me hizo Granger?

- Nada profesor, usted fue el que vino a mí por voluntad propia.
- No mienta.
- No estoy mintiendo.

Él, que se había bajado de encima de ella en cuanto se dió cuenta de lo que estaba a punto de hacer, miró a todos lados esperanzado de que nadie los haya visto. Luego se percató de los audífonos de ella tirados en el suelo, los recogió y comenzó a atar cabos.

- Una veela, una veela dice la profecía me embrujó con su canto ¿cierto?

-¡ No! Es decir yo no sabía, solo vine a cumplir mi castigo y...
- Por supuesto que lo sabía, su amiga Weasley lo comentó en el despacho del director aquella noche.
- No, le juro que...
- No me jure nada.- dijo tomándola de la muñeca para hacerla bajar de la mesa.-¿A caso no entiende que no me interesa?

- ¿Y acaso usted no entiende que yo no puedo controlar lo que siento por usted?

Él todavía la tenía agarrada.

-¿Cree que me gusta estar rogando? Yo no pedí esto profesor, yo era feliz, toda esta mierda me ha cambiado la vida y usted es un egoísta que no piensa más que en usted y no se pone en mis malditos zapatos. ¿Cree que estoy orgullosa de haberme enamorado de usted? Por favor, usted es un arrogante, amargado e infeliz ,si por mí hubiera Sido jamás me fijaría en usted.- le gritó ella en la cara sin pensar que ésta mentira lo había lastimado.

Él la soltó suavemente como si las palabras dichas por ella le hubieran quitado todas las ganas de vivir, le habían dolido más que la mordedura de esa serpiente.

Pero no dejaría que ella lo viera así, su orgullo antes que todo.

- Pues si le causo tanta repugnancia porque no lucha contra esto y así estamos los dos en paz.

- Señor yo...no quise... Usted no me causa repugnancia es solo que...
- Cállese Granger y por favor márchese.
- Pero... Necesito aclararle que...
- No tiene que aclararme nada, estoy acostumbrado a ser despreciado por todo el mundo, usted no es la excepción y lo tengo claro. Ahora largo.

Ella con valentía lo halo por el hombro para hacerlo voltear ya que en un momento el le dió la espalda.
- ¿La profesora Brithjet es la excepción entonces?
- No meta a la profesora en esto Granger.
Usted no sabe nada.
- Usted piensa que no se nada profesor pero sí sé muchas cosas.
- A sí ¿Cómo cuales?
- Como que usted estuvo dos semanas de vacaciones fuera de Hogwarts con esa mujer.- le gritó.
-Granger, Granger usted definitivamente es una niña tonta. De verdad pensé que era más inteligente. Pero solo es una niña hormonada.
Y solo para aclarar, lo que haya entre Brit y yo no le incumbe.
-¿Brit?- pregunto ella- Hermione estaba.
rabiosa.
- Asi la llamo de cariño.
- ¿Sabes que Snape? ¡Te odio!
El sonrió.

 La profecíaWhere stories live. Discover now