capitulo 10

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Severus besó sus labios con apenas un roce.
Ella habló dormida - Te amo Severus- Y yo a tí princesa. Él acarició su cara y se percató que comenzaba a abrir sus ojos por lo tanto se sentó rápidamente en la silla más cercana y fingió indiferencia.

Ella se sentó y parpadeo varias veces hasta acostumbrarse a la luz del lugar.  Miró a su alrededor y lo vió sentado. Se estrujo los ojos como para comprobar que estaba viendo bien .

- No soy un espejismo Granger, estoy aquí pero tampoco es un sueño hecho realidad  no se ilusione.
- ¿Entonces porque está aquí?
- Dumbledore me lo pidió, de no ser así estaría en otros menesteres más placenteros. Y no aquí cuidando un mocosa con delirio de  grandeza.
- Imagino que esos menesteres incluyen a la nueva profesora  ¿o me equivoco?
- No se equivoca y tampoco le incumbe.
- Tiene razón, más sin embargo es bueno saber ya que me gustaría estar lista a la hora de las apuestas.
- ¿De que habla?
- Bueno la mayoría de los estudiantes creen que usted es un virgen amargado, ya están apostando a que ni la profesora podrá quitarle la inocencia.

A Snape no le agradó nada lo que dijo pero disimuló muy bien. Pero le molestaba en gran manera que los estudiantes estuvieran haciendo apuestas a costillas de su vida privada y peor aún que lo consideraran virgen.

- ¿Y usted, a que apuesta Granger?
Digo, ¿Apuesta también
que la profesora me quita mi sagrada inocencia?
- No profesor, no apuesto eso, mi apuesta es personal.
- ¿Y que apuesta entonces?
- A que usted no posee inocencia, no  puede tenerla un hombre que visita el callejón nocturno. ¿Mucho tiempo solo quizás?

Snape se sintió avergonzado ante sus palabras Ella estaba insinuando que... ¿Cómo supo que de vez en cuando veía prostitutas?

Él fingió que lo dicho por ella no tenía importancia.

-¿ Entonces esa es su apuesta, no poner en duda mis experiencias sexuales?
- No, en realidad mi apuesta personal es en que usted tarde o temprano me hará perder la inocencia a mí.

/ Silencio/

El respiró- sigue con la tonta idea de que la deseo.
- Creo que es posible
-Granger no estoy enamorado de usted entiendalo.
- No he dicho nada de amor, hablo de sexo. Y usted profesor aunque lo niegue, me desea.

Él sonrió, esa niña sabía cómo jugar.- Si me quedo más tiempo perderé ésta batalla..- pensó.

- Usted es una mujer bella Granger, es posible que muchos hombres la deseen incluso el oraguntan que dice ser su amigo pero que solo quiere meterse bajo su falda. Pero a mí, nada de esto- dijo señalandola completa - me atrapa, no me despierta deseo. He tenido mujeres más hermosas y capaces en mis brazos de las cuales he perdido la cuenta pero es una lista larga a la que muy pronto se sumará la nueva profesora. Usted Granger es solo una niña. Y como veo que está bien , me retiro.

Ella tenía sus ojos cargados de lágrimas que por orgullo no derramó ante él.

Él ya iba caminando cuando de pronto volteó.
- Será mejor que se aleje del señor Krum. No le conviene.
- A usted que le importa -le gritó.

Él caminó hacia ella rápidamente y con enfado. Pegó su rostro al de ella casi hasta sentir sus alientos.

- Definitivamente usted no sabe nada de los hombres.
Aprenda otra diferencia entre un hombre y un niño Granger. - Los verdaderos hombres esperan y valoran lo que realmente desean y quieren, en cambio un niño querrá tomarlo sin permiso.
¡Buenas noches!

Ella estaba agitada y sorprendida por lo que dijo y por como lo dijo. ¿Qué significaba? No tenía idea. Lo único que sabía a ciencia cierta es que ese hombre la iba a volver loca.

 La profecíaWhere stories live. Discover now