capítulo 13

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- ¿Qué es lo que hace aquí ?-pregunto ella sin levantarse del suelo y con poco ánimo.
- Quería saber cómo estaba.
- Nadie le pidió que viniera, así que salga de mí habitación.
- No me iré hasta que hablemos.
Ella sonrió con fastidio mientras lo veía de lado por la posición en que se encontraba en el suelo.
- Creo que no me ha entendido Profesor, en su aula usted es dueño y señor y por los pasillos tiene la autoridad de quitar puntos, pero éste es mi espacio y bajo ningún motivo puede entrar si yo no lo autorizo. Y yo no lo autorizo así que largo.
- No.
-Largo- he dicho- ella le lanzó un zapato que tenía cerca.
- protego.
- Deje de comportarse como una niña.
- Nadie le ha pedido venir a ver a la niña, así que mejor porque no se deja usted de estar metiéndose donde no lo llaman.

Él agachó la cabeza y sin más soltó...

- Estaba preocupado.
- ¡Oh, Merlín ahora hasta lástima me tiene!
- No es lastima, aborrezco que me la tengan por eso tampoco la doy. Es más bien ... Bueno es que la última vez que hablamos yo... -decia él mientras se acercaba a donde ella estaba.
- Granger, no la ví en el comedor y no pude dejar de pensar que si le sucedía algo pues yo...
- ella rió. -Se siente culpable. Está aquí porque se siente culpable, ¡Por Dios! Profesor ahorremonos está tan vergonzosa plática. Ya todo quedó claro, y seguiré su brillante consejo y en cuanto salga de Hogwarts me olvidaré de usted, de su rostro cínico, de sus actos crueles y de su lengua venenosa. Y me reire de todo esto. No tiene que sentirse culpable por no amarme. El amor no se mendiga, no se impone. 

-Granger...
  No soy tan malo como usted cree. Aunque no lo crea, yo deseo que usted sea felíz pero le aseguro que esa felicidad no está a mi lado.
- ¿Ahora es adivino profesor? ¿Qué sabe usted de mí? ¿Conoce acaso mis miedos? ¿Sabe lo que me gusta hacer, o mi comida o postre favorito? ¿Sabe acaso que tipo de música me gusta o él nombre de mis padres?

- No, no lo sé Granger.
- Exacto Profesor, condena una relación,
Predice  una futura infelicidad a la persona a la cual no se ha dado la tarea de conocer. No me diga que sería infeliz a su lado, usted no sabe eso. Y tampoco lo sabrá porque usted no desea conocerme, ni que yo le conozca, usted simplemente no desea nada de esto.

Él se sentó en el suelo, recostó su espalda de la pared algo frustrado. No podía decirle que la amaba. Granger no lo conocía, ni ella a él era cierto pero él se conocía así mismo. Cargaba con muchas culpas y entre ella la muerte de Lilly. Él la había lastimado con sus palabras y la condenó a muerte tras haberle contado lo de la profecía a Voldemort. Y aunque trató de expiar sus culpas protegiendo a Harry no se sentía satisfecho. No quería que por estar junto a él Hermione saliera lastimada, él no quería herirla. Tenía que mantenerla lejos de él por más difícil que fuera.

Esos minutos en silencio y en los que Snape luchaba con sus pensamientos se volvieron desgarradores .

- ¿Profesor?
Él la miró.
- ¿Puedo al menos saber porque me odia tanto?

--- Si supieras cuan enterrada te tengo en el corazón niña---
- No la odio Granger.
Ella agachó la mirada, y subió la manga de su camisa donde tenía la cicatriz que Bellatrix le hizo.
- ¿Es entonces por esto? Porque soy poca cosa, una sangre sucia? -dijo tocándose tristemente la cicatriz.
Él se acercó más y puso su mano sobre la cicatriz de ella. - No vuelva a decir eso jamás, y yo no creo en esas estupideces.
- ¿Entonces?-dijo ella con los ojos llorosos.
Él no resistió más y allí en el suelo, la abrazó con ternura mientras ella derramaba varias lágrimas.

Él no resistió más y allí en el suelo, la abrazó con ternura mientras ella derramaba varias lágrimas

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 La profecíaWhere stories live. Discover now