Ella es mía

Capitulo 18 Segunda temporada

Mi estudio no era el mejor, solía olvidarme de los trabajos y no presentaba casi nada. Lo que me pasaba me absorbiá tanto que no rendía como se debía. Alguno de los exámenes los aprobé, pero los otros no. Y creo que perdería por no presentar trabajos, así que estaba resignada. Mi estudio se iba a pique y no sabía que hacer.

Hable con algunos de los profesores y la única solución para auxiliarme entre todos ellos,  fue al acordar colocarme un "tutor" un compañero de clase dispuesto a ayudarme.

Mientras decidían quién podría ser, yo debía esperar.

Me la pasaba ensayando con el grupo y cuando no estaban, charlaba infinidades con Flora y Martina. Solo evitaba lo inevitable, trataba de quemar todas las horas posibles con tal de no llegar a casa.

Eddie últimamente, mantenía más cercano a mí que de costumbre, era como si volviésemos a ser los de hace un año atrás, solo que ahora con dos amigas más. Antes Eddie solo se limitaba a observar cómo mi vida amorosa era, y me aconsejaba que dejara en paz a Sam, sin embargo nunca le hice caso, ahora no me lo aconseja sino que he podido darme cuenta como él nos aparta.

Sabía que me quería proteger, así que no le decía nada, supongo que sería igual si alguna chica le hiciera daño. No dejaría que nadie lo lastimara.

Mientras ensayábamos con emoción  y nervios al saber que pronto sería el día de la competencia, quisimos experimentar unas alzadas que vimos en un video de porras, todo iba bien hasta que uno de los que debía sostenerme no pudo. Vi mi cara y mi cuerpo en el piso. Cerré los ojos, esperando aguantar el golpe del concreto en mi cuerpo, más sorprendentemente no fue así.
Salió un «Auuch» pero no fue de mí boca.

Cuando abrí los ojos, había alguien debajo de mí, obviamente sabía quien era, él único que me protegía, Eddie.

Cuando levante un poco la mirada con una gran sonrisa de agradecimiento, vi su cara y sus ojos y para mi sorpresa era Sam, que sin dejarlo de espichar, me sonrió por un momento.

Luego sentí que me levantaban y me llevaban a una silla. Solo hasta que me senté me di cuenta que era Eddie él que me llevo hasta allí.

Observe cómo lo ayudaban a levantarse, se veía a dolorido y por un momento me sentí mal.

Yo no era como una flor delicada cayendo sobre él, era más bien como una bolsa de ladrillos que lo noquearía.

Martina le entrego una botella de agua y luego se dirigió a mí y me entregó otra.

—Cuanto hubiera pagado porque lo hubiese visto la loca de Luna—comentó con una sonrisa maliciosa.

Eddie la miro muy mal, pero no le dijo nada y Flora le pego con el codo, pero Martina me seguía sonriendo y no pude evitar sonreírle, ella era demasiado agradable conmigo.

Ya habiendo terminado el ensayo, salí del colegio, pero uno de mis profesores me llamo y me aviso que ya habían encontrado la persona ideal para ayudarme con mis estudios.

Sentí mucha alegría y me fui para mi casa muy ilusionada.

Por el camino vi que más adelante estaba Sam con Luna, no había forma tomar algún atajo, así que decidí esperar que se adelantaran lo suficiente para caminar sin que pensarán que los seguía. Eventualmente, me di cuenta que Eddie la llevo a su casa.

Pero yo ya no era su novia, no me tenía porque importar.

Entre en silencio a mi casa, esperando que mi hermano no me viera, pero fue inútil apenas llegue estaba en la cocina y con un nada sutil grito me saludo.

Me acerqué a él y me senté, el olor de la comida no me dejaría encerrarme en mi cuarto.

—¡Tienes hambre! —afirmo mirándome mientras colocaba unos cubiertos en mí lado de la mesa.

Me sirvió rápidamente y se sentó a comer justo en frente de mí.

—¡Y bien! ¿cómo te ha ido en clase? —pregunto, cómo queriendo poner un tema de conversación.
—Bien, perfectamente—respondí y seguí comiendo como si nada.
—Que bien y ... ¿Eddie es tu novio?

Lo voltee a mirar y le torcí los ojos y seguí comiendo.

—Son como entre amigos y novios. Sé lo que se siente créeme, con derechos pero sin obligaciones.

Por un momento soltaba algunas risas. Yo me limité a comer tratando de ignorarlo.

—¿Lo has llevado a tu cuarto? —pregunto ya un poco serio.

Le pegué con la mano en la frente.

—¿Estás bien? Por qué parece que tu cabeza está funcionando mal —le dije fastidiada.

—¡A tu edad nos alborotamos, ten cuidado! Hacemos locuras por diversión —dijo sonriendo.

—¿Por eso te fuiste? —le pregunte de repente.

Se quedó en silencio,

—Gracias, estaba rico.

Él aún no era capaz de contarme ese tipo de cosas, por lo que decidí subir al cuarto a descansar.

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Hola a todos lo que lleguen a este capítulo!!!👋
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Hasta el próximo capítulo!! 😄