Capitulo 33 Segunda temporada

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Me encontraba en la casa de Luna, yo tenía un vestido corto de flores y a los que llegaban le entregaba algún adorno de festejo. Fueron todos los de mi salón y algunos de otros cursos. Sam me comento que Luna tenía muchas ganas de hacer una fiesta en su casa. No se lo dijo directamente, pero él se dio cuenta y quería que ella lo tuviera. Ella era una persona poco sociable que con dificultad a pesar de todos los inconvenientes yo era la única de las mujeres con la cual prácticamente charlaba. Después de lo que ella hizo por mí, yo no me podía negar y menos conociendo su estado de salud. Luego de animar a mis compañeros y otros chicos junto con Sam, para que asistieran a la fiesta me encontraba aquí, repartiendo moños, corbatas de papel sombreros, entre otras cosas. Me conto Sam que, en su intento apresurado por apartar a la gente, Luna envidiaba la idea de ser la anfitriona de la fiesta y ahora más que nunca, más que amigos que supieran de su desafortunada situación, quería sentirse rodeada de personas, me decía que se sentía muy sola y así no quería irse de este mundo.

La fiesta no fue un evento sorpresa para ella, le avisamos un día antes y aunque al principio se hizo la dura, cuando salimos a comprar las cosas parecía una persona totalmente diferente a la Luna odiosa que me hizo ver al principio. Sam al parecer también se sorprendió, pues ella compro más de las cosas presupuestadas y en su celular tenía una lista de cosas que compraría con el título de "fiesta" lo vi sin que ella se diera cuenta. Cuando estuvimos decorando, quería hacer muchas cosas ella sola, y aunque teníamos a la mano varios de sus empleados, los mando a descansar y nos quedamos nosotros decorando, yo sinceramente quería acostarme a dormir pues me sentía cansada, pero Luna parecía que le hubieran puesto una pila nueva. Estaba muy feliz.

Al principio cuando empezaron a llegar las personas, ella se encontraba muy nerviosa y reacomodaba las cosas, luego me di cuenta como trataba de sonreír frente a un espejo, yo la tomé y la puse a mi lado. Le dije que lo único que tenía que hacer era divertirse y no pensara en nada raro o incómodo.

Durante la fiesta, cruce un par de palabras con Martina, ella se disculpó y aunque yo estaba toda decidida a perdonarla y tenía muchas ganas de abrazarla, me espere hasta que me rogo un poquito, deje que pensara que me estaba perdiendo y solo cuando estuvo a punto de irse resignada, le mostré mis ganas de que volviéramos a ser las buenas amigas que hemos sido.

Yo tenía muchas ganas de ver a Flora, no había podido hablar decentemente con ella y eso me hacía sentir mal, trate de comentárselo a Martina, pero no tuve la oportunidad porque se me acercaban mucho los chicos a preguntarme donde se encontraban las cosas, las canciones que querían escuchar y demás, evitando que pudiera hablar bien del tema.

Cuando ya estaba terminando la fiesta, sentí que lo mejor era hablar con Sam, pues después de hablar con Eddie me di cuenta que me auto forcé a minimizar los sentimientos que desde hace mucho tenía por él, unas noches después de que hablé con él, solo podía pensar en sus ojos y lo doloroso que sería para mi, apartarme de él; pero primero debía hablar con Sam y terminar las cosas, no es que fuéramos novios pues no había aceptado aún, pero había algo muy especial y no quería que se rompiera.

Salimos al balcón, contemplamos las luces de los edificios y el ruido de la ciudad que había de fondo.

—Ella esta muy contenta —En su rostro se veía la satisfacción.

Asentí con la cabeza.

Vi a luna de lejos, estaba tomando una bebida en la sala, a su alrededor había varias personas y sonreía mucho.

Después de un lapso de charla sin importancia y de unos cortos momentos de silencio. Reuní la fuerza suficiente para mirarlo a los ojos.

—Sam, por mucho tiempo yo desee que tú te voltearas a mirarme y un día sucedió, mi corazón no se hallaba ¡Me sentía tan feliz! Creía que era de las mayores cosas que había logrado alcanzar, porque llegue a pensar que era imposible, pero realmente sucedió. Nos conocimos y solo era girar un poco mi cabeza para poder verte, era maravilloso y mis pensamientos muchas veces estaban tan centrados en ti que no veía a mi alrededor, todo era malo o eso creía yo, menos tu. Después de vivir varias cosas contigo me di cuenta que solo soy una niña que no tiene las respuestas de nada.

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora