http://7_UN ENCUENTRO SIN ROSTROS

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Cuando se hubo comido el sándwich de atún y tomate que su madre le había preparado, Levi se conectó a Facebook y, tras pensárselo durante unos minutos, aceptó la solicitud de amistad que Hange le había enviado la noche anterior. Le sorprendió que ella reaccionara de inmediato, porque no habían transcurrido ni dos minutos cuando recibió un mensaje.

Hange, 15 de febrero de 2011 a las 08:30
¿Estás ahí?

No había duda de que la chica estaba realmente preocupada. Hange llevaba varias horas sentada frente a la computadora con los brazos cruzados, a la espera de que El chico de la habitación respondiera al mensaje que le había enviado antes de acostarse.

Puesto que en su cabeza no cabía otra cosa que no fuera la imagen de su hermano en apuros, no había conseguido dormir ni quince minutos y se había pasado las horas en estado de vigilia, dando vueltas y más vueltas a su habitación y buscando en Google páginas donde apareciera la palabra sombra.

Lógicamente, no había hecho más que perder el tiempo, pues los cientos de miles de webs que contenían ese sustantivo no le habían aportado ningún dato útil que la ayudara a esclarecer el misterio sobre la identidad de aquel extraño usuario.

Aun así, había estado tan concentrada en la búsqueda que incluso se había olvidado de darle de comer a Sunny, que ahora parecía mirarla enfurruñado desde el cristal de la pecera, con la boca en forma de «O» y las aletas en constante movimiento.

Levi, una vez que hubo despertado violentamente de la pesadilla, se había pasado el resto de la noche dándole vueltas al mensaje que Hange le había enviado.

No descartaba que se tratara de una broma, quizá lanzada por un compañero de clase, uno de los que se habían burlado de su enfermedad durante los primeros días del cautiverio, alguien que además, tras mucho investigar en la red, habría descubierto que bajo el apodo de «El chico de la habitación» se escondía su antiguo amigo.

Sin embargo, la alusión al personaje llamado «La Sombra» por parte de Hange le hizo desestimar la posibilidad de que se estuvieran burlando de él. Lo que más le intrigó del mensaje, lo que realmente hizo que se interesara por el asunto fue comprobar que, tal y como ella afirmaba, todas las personas que habían agregado a La Sombra habían dejado de actualizar su perfil en Facebook ipso facto.

No podía tratarse de una casualidad.

El chico de la habitación, 15 de febrero de 2011 a las 08:43
Sí, estoy aquí.
He leído tu mensaje.
¿Tienes novedades sobre tu hermano?

Hange, 15 de febrero de 2011 a las 08:44
Mi hermano sigue sin aparecer y estoy muy preocupada.
Es muy extraño que no dé señales de vida.

El chico de la habitación, 15 de febrero de 2011 a las 08:47
Lo siento muchísimo, pero ni siquiera sé quién es tu hermano.

Hange, 15 de febrero de 2011 a las 08:50
Ya he visto a través de Facebook que no eran amigos. Pero los dos tenían a La Sombra entre sus contactos. ¿Qué sabes de ese usuario?

El chico de la habitación, 15 de febrero de 2011 a las 08:54
Siento decepcionarte de nuevo, pero no puedo decirte gran cosa.
Recibí un mensaje de La Sombra en el que simplemente me pedía que lo agregara a mi lista de contactos.
Yo no tenía la más remota idea
de quién era, pero pensé que se trataba de un seudónimo
que pertenecía a alguien que yo conocía.
Mucha gente usa nombres falsos.

Hange, 15 de febrero de 2011 a las 08:55
Como tú...

El chico de la habitación, 15 de febrero de 2011 a las 08:57
Sí, como yo.

-Levihan- El chico que vivía encerrado en una habitación Where stories live. Discover now