Capítulo once: Mariposas

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"Nunca fui la chica popular en la escuela, ni mucho menos la reina de la graduación, pero no me tomes como una tonta, se que tengo mi propio encanto"













Me alegra mucho que hayas aceptado venir - Exclamó la castañam ya que la música que reproducían los grandes bafles en todo el salón, no la dejaban escuchar del todo bien.

Eunha se encontraba en la fiesta de Hwang Eunbi, Yerin le Había insistido muchísimo para que fuese, aunque desde que había llegado no le había encontrado por ningún lado de la gran sala de la casa.

Se quedó sentada en el pequeño sofá. Habían algunas personas, y no era para menos, Sinb era muy famosa en toda la facultad. El 90% de los estudiantes sabían hasta la fecha de su nacimiento.

Recorrió con su mirada todo el lugar, las luces eran muy tenues así que mucho quedaba a la imaginación. No le agradaba el ambiente en el que se encontraba. A Medida que pasaban los segundos, mas aburrida se sentía.

No sabía si sowon iría. Hablaron en la mañana, pero no quedaron en nada, ninguna de las dos dijo si realmente asistiría a la fiesta.

La vocecita en su cabeza insistía en querer verla, y no iba negarlo. Estaba segura que de verla allí su corazón se comenzaría acelerar como una completa tonta.

¿Dónde diablos estás Yerin? - Se cuestionó a si misma, chocando la hora en su celular.

Ya eran las nueve y la rubia no colocaba un pie en aquella gran casa.

Si no asistía le dejaría de hablar por una semana completa. Así es.

Se colocó en pie y se dirigió a la mesa donde se encontraban algunos aperitivos.

Habían Diablitos, Chicles y unas que otras patatas con picante.

Bueno, al parecer la comida será mi única compañera está noche - pensó la pequeña llevándose un aperitivo a la boca.

Sabían muy a rico. No tanto como los besos de Sowon. Pero eran aceptables para el paladar de Eunha.

Los probó absolutamente todos, sin vergüenza tomo unos cuantos en su mano y comenzó a devorarlos sin importarle una mierda el chico que le miraba con su seño fruncido desde el otro lado de la mesa.

-Si sigues así, no dejarás nada para los demás. Un poco egoísta, ¿No crees?

Le observó por unos cortos segundos, y restandole importancia subió sus hombros rodando los ojos

Que mal educada señorita - volvió a decir el tipo de abrigo negro.

La pequeña sacudió sus manos, y tomo una bebida de la bandeja.

-¿Te molesta verme comer?

El chico no contestó. Sólo se quedó mirándole sin siquiera mostrar emoción alguna en su rostro.

-Bien, tomaré eso como un no. Puedes irte si te incómoda verme disfrutar de estas delicias.

-No me molesta que te estés comiendo toda la comida de la bandeja, me molesta que no la compartas conmigo

¿Compartir?, a Eunha no le agradaba la idea. Para nada

Bueno, puedes tomar lo que quieras, nadie te detiene - Con su mano señaló la comida y sonrió

El chico no contestó, sólo tomo un poco de los aperitivos y comenzó a probarlos sin quitar la mirada de la pequeña.

Bonito pelo. Pareces un hongo - Dijo el chico rompiendo la tensión que se había creado tiempo atrás.

I'm not lesbian, ¿ok? |wonнa|Where stories live. Discover now