11. Casi muerta

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-Voy a morir.

-No vas a morir.

-Voy a morir ahogada y muy joven. Voy a morir ahogada y muy joven. VOY QUE MORIR AHOGADA Y MUY JOVEN!
-se repetía aterrada y al borde de la histeria

Por más de que haya puesto miles de excusas para no ir al barco, allí estaba, en un bote de camino al barco donde estaba su padre.
Trató de justificarse más de una vez que no era seguro que ella estuviera allí, alegó que el apartamento era más seguro que un barco lleno de demonios.
Pero claro, eran órdenes estrictas de su padre y no había forma de evadirlas.

-Podrías ayudarme hermanita? -dijo Jonathan remando el bote que los llevaba al barco.

Negó con la cabeza tenía náuseas y estaba segura que en el momento en que usara los remos todo el desayuno que comió hace menos de media hora terminaría sobre la costosa camisa blanca de su hermano.

Era curioso, de alguna manera se las arreglaban para vestir similares, era como un don de gemelos.
Jonathan llevaba una camisa blanca de lino arremangada y un pantalón gris claro.
Y Ana llevaba un vestido blanco con un látigo de plata enroscado en su cintura simulando un cinturón.

-Que me miras tanto princesa mía?-preguntó burlón usando el apodo por el cual su padre la llamaba.

-Te has dado cuenta que siempre coincidimos al vestir? Ahora ambos vestimos de blanco - dijo Ana señalado su camisa y su vestido.

El sonrío divertido, al parecer había buen humor esa mañana.

-Es porque tú me copias.

Ja ja ja. Chiste viejo no? Gemelos duuuhh

La chica revoleo los ojos divertida, ese sería un buen recuerdo si no se encontraran en el agua.

El bote chocó contra el barco y sentía que se iba a morir allí mismo, ese sería su fin. Cerró sus ojos esperando que el barco se hundiera.

《Bueno es mi fin. Alguien que cuide a mi bebito Tommy》

Unos hombres lanzaron una escalera para que subieran, hasta ahí llegó su viaje en bote.
《Casi》
La hija de Valentine Morgenstern colgó el bolso con un par de mudas de ropas a su espalda mientras subía hacia la embarcación.
Definitivamente se sentía aún más mareada dentro del barco.

-Por aquí señorita Anastasia.

Dijo lo que pensó que era un hombre, al parecer era un demonio cambia formas que ahora actuaba de sirviente y se disponía a guiar a Ana hasta su padre.
Hoy había encontrado dos cosas curiosas, el hecho de que vestían similares con su hermano y el hecho de que su Padre a pesar de odiar a los demonios los tenía de sirvientes sirviendo su comida.

Ya casi habían llegado a la proa del barco cuando lo vio.

-Padre. - saludó

El hombre que se encontraba apoyado en la barandilla volteó a verla con una sonrisa en el rostro.
Vestía un traje gris perla que brillaba bajo la luz mañanera de ese día.
Se acercó hasta la joven.

-Tiempo sin verte hija mía, princesa mía ¿Como estás? -Dijo Valentine acariciando su rostro con el dorso de su mano.

Mareada, con nauseas y a punto de vomitar en tu elegante traje gris.

La muchacha se dispuso a sonreír y tomar las manos de su padre entre las suyas.

-Padre. -saludo Jonathan

Su padre soltó las manos de Ana.

Se reunió con su hijo y justo cuando ella pensaba que se abrazarían fue cuando Valentine extendió su mano hacia Jonathan para estrecharla en un frío saludo.

Cazadores De Sombras: Anastasia Morgenstern Donde viven las historias. Descúbrelo ahora