8. La Gala. :):

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Ana caminaba por las calles de Nueva York, llevaba a su perro caminando de la nueva correa azul que compró unas calles antes. Ella caminó hasta lo más profundo de la gran ciudad que se veía bastante transcurrida a esas horas de la tarde.
Cuando llegó a el Centro Comercial buscó tienda por tienda perdida hasta encontrar la que buscaba, muy feliz se adentró en ella.
El sonido de la campanilla que se vio opacado por el disturbio dentro de la tienda, docenas de mujeres eran atendidas y otras docenas esperaban impacientes su turno.
Su amiga Katherine salió a su encuentro con una sonrisa deslumbrante, ambas amigas se abrazaron y saludaron en medio de todo ese caos.
Finalmente cuando se separaron Kate preguntó

-¿Qué te trae por aquí, Annie? Hace tiempo que no sé nada de ti y de tu hermano ¡Eh! -Kate pico su estómago

Ana soltó una risita divertida por el comportamiento alocado de su amiga. Kate era su única amiga mundana, la conoció una noche cuando ella salió con su hermano a pasear en noche buena. Ese día Kate estaba siendo asaltada en un callejón cerca del Central Park afortunadamente ellos pudieron ayudarla y desde ese momento se formó una amistad entre las chicas.

-Tengo una gala esta noche y no tengo nada que ponerme, lamento mucho no poder venir a visitarte, Jon y yo estuvimos muy ocupados estas última semanas.

Kate se alarmó y su cabello castaño se sacudió

-¿Esta noche dices? ¡Querida! ¡Sólo faltan tres horas para que caiga la noche! ¡Ven, ven!

La castaña tomó las muñecas de la chica y la arrastró hacia los vestidores empujando a las demás mujeres gritando que esa era una emergencia.

-Dime Ana ¿Quieres algo en particular? Tu sólo dime y te lo traeré en segundos.

Ana ya tenía una idea de lo que quería para la ocasión y no dudo un segundo en responderle a Kate.

-Yo quiero algo elegante pero sexy, que sea sobrio e inspire misterio y peligro, me gustaría algo que resalte mis atributos ¿Puedes con eso amiga?

La chica asintió repetidas veces y mandó a traer varios pares de vestidos una más hermoso que otro con sus respectivos zapatos.

Vestidos fueron y vinieron hasta que uno robó toda la atención de Ana, no había duda, ese era el perfecto.

Entró a el cambiador y se lo probó. La tela era suave y ligera, tenía unas cuantas transparencias pero nada alarmante, el color oscuro del vestido hacía a su cabello brillar y sus ojos adquirir un tono gatuno. La falda no era tan vaporosa y eso le encantó al igual la forma en la que el vestido se ajustaba a su cintura.

- ¡Princesa ese es el último vestido! ¡Sal así podemos verte! -gritó su amiga del otro lado de la puerta y se escuchó también un ladrido de Tommy

Ana se calzó los zapatos de tacón y salió del vestidor moviendo su vestido de lado a lado dando una vuelta presumiendo su vestido como una niña de 5 años. Ella se sentía como una niña de 5 años...

La chicas que estaban fuera quedaron fasinadas. Todas las mujeres que se encontraban en la tienda (incluida ella) afirmaron que ese sin duda era el vestido perfecto.

Media hora después salía de la tienda con un vestido y zapatos. Sólo le faltaba el peinado y una que otra joya para complementar toda la vestimenta.

Como no tenía mucho tiempo decidió no ir y  volver a casa a alistarse para la gala, alzó a Tommy y se teletransportó en segundos a su casa.

En la puerta de la mansión se encontró con su hermano llevando consigo bolsas de ropa también.

Al ver a su hermana resopló

-No digas nada, mi traje fue devorando por unas poliyas.

Ana levantó las manos en un gesto de paz y se apresuró a cruzar el umbral de la puerta para llegar lo más rápido posible a su habitación. No tenía tiempo que perder.

Cazadores De Sombras: Anastasia Morgenstern Donde viven las historias. Descúbrelo ahora