CAPÍTULO 10

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El laboratorio estaba ínfimamente pulcro y eso molestaba un poco al hombre que se encontraba acostado en la camilla del cuarto de al lado. A pesar de que una puerta se interponía entre aquel mar limpieza y su nada refinado cuarto, sentía que el olor a desinfectante de lavanda serpenteaba por debajo de la misma y se arrastraba directamente entre sus fosas nasales.

Realmente el olor no debería incomodarlo mucho, sin embargo, aquel factor sumado al de tener una gran cantidad de electrodos en su cabeza y la advertencia general de mantenerse completamente quieto aun cuando le picara la nariz, lograba generar un malestar que aumentaba a medida que continuaban los minutos y la sala se mantenía en silencio.

—¿Tengo que continuar así por mucho tiempo? —gritó como si supiera que alguien estaba escuchando a través de esa puerta.

Una voz respondió a través de un parlante en la esquina de la habitación con un impecable inglés a excepción de un extraño acento:

—Así parece, Barden. No podemos dar paso al experimento hasta que todos se encuentren en el laboratorio.

—Pero, ¿En serio ellos vienen? —preguntó el hombre de la habitación.

—Será interesante tener a los principales investigadores de esta rama junto con nosotros. No sé, me da un mayor aire de tranquilidad estar trabajando directamente en este proyecto que en un spin off del MK ULTRA condenado al fracaso.

—Siento como si se hubieran librado de nosotros enviándonos a REMEMBRAINCE —hizo una pausa y luego respiró—. ¿En serio tengo que quedarme así absolutamente quieto todo este tiempo?

—No —rió el otro—. Aún no ha comenzado el experimento. Sólo quería saber cuánto tardabas en preguntar. Y la verdad que fue bastante.

Barden inmediatamente se rascó la nariz y se estiró un poco.

—Vasu, ¡Eres un imbécil!

—Igual no te puedes mover mucho porque podrías desconectarte los electrodos. Y la sensación no sería del todo agradable.

Barden refunfuñó y continuó recostado sobre la cama otro rato mientras Vasu comenzaba a encender los equipos y ordenar la mesa del laboratorio donde descansaban unas hojas.

Al poco tiempo se escucharon pasos provenientes de afuera y luego la puerta del laboratorio comenzó a abrirse poco a poco mostrando el alargado rostro de Nowell al lado del agente Hartmann y otros dos más que mostraban gestos estupefactos.

—... Y aquí —continuaba Nowell— se encuentra el laboratorio de neuroremembranza. Esta será su sede principal de ahora en adelante.

Vasu se emocionó por un instante al notar que aquel par de científicos se encontraban por fin en el laboratorio. Se incorporó de inmediato y se dirigió a saludar de mano a los recién llegados.

—¡Saludos! Soy Yadhav... ¡Hola!... ¡Hola!... —dijo mientras miraba los ojos uno a uno de sus interlocutores.

—Vasu Yadhav es uno de los mayores investigadores en el campo de la neurociencia —complementó Nowell ante el amistoso saludo del indio.

—Y este es mi compañero y sujeto de pruebas Barden Williams —dijo mientras señalaba la puerta y un grito provenía de ella.

—¡Aquí estoy!

—Bastante peculiar —murmuró Jensen mientras examinaba el laboratorio, parecía bastante pulcro y los instrumentos realmente modernos. Pero ¿Qué estaban haciendo allí?  La sensación de no tener toda la información le hacía sentir de mal humor. Sentía como si estuviera siendo excluido y que todos sus experimentos no pasaban de ser juego de niños para el resto de las personas que lo rodeaban.

REMEMBRAINCE - El flujo de los recuerdosWhere stories live. Discover now