CAPÍTULO 2

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Por la mente de Jensen pasaron muchas cosas en muy poco tiempo, primero la luz de la luna que en ese momento abarcaba gran parte del cielo despejado, luego un gran estruendo provocado por lo que parecía ser algún animal escarbando la basura y tercero por una luz que se acercaba a toda velocidad hacía donde se encontraba.

Instintivamente dio un salto de espaldas hacía el andén golpeándose con las canecas de basura que se encontraban atrás suyo. Antes de que su mente se ordenara con todo lo que estaba pasando, un Mustang pasó a toda velocidad en trayectoria hacía donde segundos antes se encontraba Jensen. El mapache que se encontraba en ese momento escarbando la basura saltó sobresaltado ante el agudo sonido de las llantas del auto al frenar sobre el pavimento.

Jensen aún confundido por el golpe intentó incorporarse sin éxito haciendo girar las canecas que regaban toda la basura por la calle.

Las luces del Mustang se apagaron y durante unos instantes, Jensen contó veinte segundos, hubo silencio total en el que la tensión fue en aumento. Luego la puerta del coche se abrió y un hombre bastante alto y de contextura fornida bajó del vehículo. Con la escasa luz Jensen solo pudo distinguir su silueta, era joven y usaba un sombrero 20 años atrasado para la época.

—Disculpe, señor —dijo con un formal acento—. ¿Se encuentra usted bien?­

Jensen aún no se encontraba del todo bien con todo lo que había ocurrido y su cabeza aún le daba vueltas. Con la poca luz que había observó de nuevo el carro, adentro había otro pasajero que miraba en el sentido opuesto de la ventana, tal vez vigilando por si habían alertado a policía. Sus ojos recorrieron el contorno del auto. Se encontraba bastante deteriorado, aunque comprendió que era un modelo antiguo. Sin duda en su mejor momento hubiera sido un buen Mustang, pero con todo eso, aún mantenía su porte.

—¡Responda! ¿Se encuentra bien, necesita una ambulancia? —exclamó el hombre que lo interrogaba, Jensen comprendió que pudo haber estado un par de minutos perdido en el auto.

Inmediatamente se incorporó y se organizó su traje. ¿Por qué llevaba un traje? La ropa que utilizaba usualmente en el laboratorio era mucho más cómoda, recordó su fiesta y su cumpleaños. Tenía que volver al club, echarlos a todos, acabar con la fiesta y volver a su casa para poder descansar. Su proyecto no iba del todo bien y sabía que el gobierno se encontraba presionando en busca de resultados. Pero ¿Qué era el proyecto REMEMBRAINCE? Ni siquiera él sabía exactamente que buscaba el gobierno.

—¿Se encuentra bien? —reiteró el hombre mientras se  acercaba y le tendía la mano a Jensen—. Nos disculpamos, era una noche muy oscura y mi compañero y yo no lo vimos.

Jensen titubeó.

—Me presento —volvió el hombre a insistir en darle la mano, esta vez Jensen tuvo que estrecharla—. Mi nombre es Peter Jonhson, periodista. ¿Y usted?

—Jensen —dijo Norman aún un poco conmocionado —Norman Jensen.

Si la luz lo hubiera permitido, por la cara del hombre se hubiera dibujado una sonrisa de satisfacción. Aprovechándose de la sombra tendió su mano al hombro de Jensen.

—Íbamos bastante rápido, cuando lo vimos ya era demasiado tarde. Le suplico que nos disculpe. ¿Le hemos hecho daño?

—En absoluto —respondió Jensen aún sin apartar la mirada del auto—. Sólo un poco en shock, eso es todo. Creo que no ha habido ningún incidente. Por lo que pueden seguir con su camino y agradecería que me dejaran seguir el mío.

El hombre retiró su mano del hombro de Jensen y por unos instantes arqueó su mano apretando con fuerza el aire como si de un vaso se tratase. Luego se la llevó a su bolsillo como si tanteara algo, la dejó allí por un instante y luego se rascó la cabeza.

REMEMBRAINCE - El flujo de los recuerdosWhere stories live. Discover now