-Necesito asegurarme de que estarás bien, no te puedo enviar así... a punto de romperte, yo... - dijo uniendo nuestras frentes. Su aliento golpeando mi rostro, cálido y reconfortante.

No quería alejarme de él hasta que escuché que me llamaban, en unos minutos comenzaría mi batalla.

Kaled se aferró más a mí, no me quería soltar.

-Kaled... - lo llamé pero no quería escuchar.

-¡Shh! Sólo un poco más.. - me dijo al intentar alejarme, mi corazón se ablando y acariciando su rostro me acerqué a sus labios.

Sus labios recibieron a los míos, una sola caricia de nuestros labios y se desató el profundo mar de pasiones entre nosotros. Pasé mis manos por su cabello mientras el me abrazaba fuertemente, no queríamos que nos detengan, no queríamos estar lejos del otro. Éste era nuestro momento.

-¡Acérquese a la arena! - se escuchó y nos alejamos lentamente, sus ojos brillaban como diamantes cuándo me miró. Sonreí para soltarlo y obligarlo a hacerlo conmigo, respire hondo para caminar pero el pasó su chaqueta por mis hombros antes de dejarme ir a la arena dónde un demonio tres veces más grande a mí, me esperaba.

Estábamos uno frente a otro esperando a que comenzará esto de una vez.

-Por primera vez vista en batalla ¡Eleanor hija del gran Asmodeo! - gritó un demonio y todos aullaron en el público presente.

Presentó al otro y nos dio estrictas órdenes.

Matar a tu oponente.

No tener compasión o tu morirás.

Escuché atenta a todo lo que decía y al ver al demonio tomar armas que le ofrecían me acerqué al que nos explicó todo.

-¿Dónde están mis armas? - pregunté y el se rió a carcajadas.

-¿Acaso tu papi no te mandó armas? - se burló alejándose de mí, iba a matar a mi padre. Y él lo sabía, estaba en sus ojos mientras Kaled le protestaba.

Estaba sola en esto, sin armas.

Moriré.

¡Tú puedes! No te dejes vencer, no necesitas una estúpida arma para acabar con el.

Sus palabras de ánimo me ayudaron mucho y decidí confiar en mí y en lo que podía hacer. Y todo ocurrió en cámara lenta, la señal de que lucháramos y como corría hacía mí. Al dar el primer golpe me deslice en el suelo y le di una patada en la espalda, pero no se movió ni un centímetro.

Se giró y me mandó a volar de un golpe, adolorida me levanté pero volvió a golpearme dejándome sin aire. Me agarró del cabello y me levantó, estaba gritando del dolor cuando me golpeó con el puño varias veces. Me soltó y sentí como la sangre recorría mi cuerpo inerte, intenté arrastrarme lejos pero me pisó dejándome inmovilizada.

-¡Para! - grite cuando movió su pie como si estuviera matando una cucaracha.

Se alejó y me dejó escupiendo sangre, me puse de rodillas y miré lo que sucedía a mi alrededor. Demonios gritando y celebrando por todo lados que veía, mi padre mirando la escena molesto y Kaled... lo tienen cuatro demonios detenido para que no entre a la arena.

Al parecer no estaba lista ¿eh?

Sonreí y al escuchar sus pasos acercarse quise morir, los golpes parecían no afectarle. Tenía que ir por mi segunda opción.

Levanté mis brazos y creé una barrera para mantener alejado al demonio, me levanté y apreté la espada en mi mano derecha. Quite la barrera y le comencé atacar sin piedad, como él lo hizo conmigo. Me tiró varias veces, estaba muy herida y me atrevo a decir que si estuviera viva ya hubiera muerto con lo lastimada que estoy.

DemonioWhere stories live. Discover now