Capítulo 25

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Nos besamos nuevamente, tan ávidos y frenéticos como minutos antes para culminar haciendo el amor de una forma presurosa, pero no por eso menos satisfactoria. Después que terminamos tomé su rostro con mis manos y bromeé con él, diciéndole que lo haría enojar más seguido sólo para poder reconciliarnos de esta manera, él me advirtió que quizás la próxima vez no sería así.

- Te amo Joel, te amo - le dije finalmente, ya no podía callarlo más.
- Yo también te amo bebé- respondió haciéndome sumamente feliz.

Otra vez nos fundimos en un beso, pero esta vez sin segundas intenciones, cargado de emoción, de ternura y porque no decirlo, de amor, ambos nos queríamos y esa era una manera de demostrarlo, después nos abrazamos fuertemente y de pronto él se separó y me miró señalando el hecho de que no había usado condón esta vez, bromeé con la situación diciendo que no habría peligro de que quede embarazado y le afirmé que seguiría usando si eso lo tranquilizaba.
Me preguntó cuando regresaba a Londres y no me gustó para nada su comentario ni el tono de su voz cuando le expliqué los motivos por los cuales estaría sólo un par de días en Nueva Jersey.

- Joel, yo no te voy a dejar solo, ¿Sabes?, siempre he sabido administrar mi tiempo y debes creerme cuando te digo que nada es más importante que tú, nunca, grábatelo bien, nunca mis negocios han estado por encima de las personas que quiero, tengo todo planeado y organizado para poder pasar el fin de semana entero en Miami para la boda de Loren, a la que tú me vas a acompañar, por cierto.

Le expliqué y una traviesa sonrisa se dibujó en su rostro y me respondió que no sabía si iría, así que le comuniqué que estaría ahí sin importar como, entonces aceptó acompañarme, pero agregó que lo dejara trabajar. Yo aproveché para llamar a Londres y revisar mis mails en el móvil, había algunos urgentes y los respondí. Como hora y media después salimos de su oficina, él me tomó una foto cargando al oso mientras se reía, me encantaba verlo así de contento, adoraba su sonrisa.
Le pregunté si podía quedarme en su departamento, ya que Julieta me había enviado un mail pidiéndome permiso para quedarse en el mío porque habían fumigado el suyo, así que no era opción ir ahí porque no quería que nada nos interrumpiera estos días que estaríamos juntos, sabía que sería poco el tiempo que compartiríamos porque Joel estaba trabajando y yo quería que esos momentos fueran perfectos.

Al llegar al departamento dejé el oso en su habitación y después me dijo que no tenía nada para cenar, así que le sugerí que pidiera una pizza, mientras lo hacía yo le besaba el hombro por encima de la blusa, pero él me hacía gestos para que me detuviera porque no se podía concentrar en hablar por teléfono. Cuando me dijo que llegaba en media hora le indiqué que era tiempo suficiente.

- Eres insaciable Christopher, ¿te tomas algo?
- Tú eres mi mejor estimulante y esta noche lo único que quiero es hacerte feliz, amarte como mereces - respondí, a decir verdad me tomaba unas vitaminas, que aunque no fueran estimulantes sexuales, me ayudaban.

Lo despojé de su blusa, mi lengua impaciente recorrió uno de sus pezones y jugueteé, mordiéndolo y succionándolo, después hice lo mismo con su otro pezón en tanto mis dedos se abrían paso por su torso que se humedecía poco a poco y sus gemidos se dejaban escuchar. Bajé lamiendo por su abdomen, me entretuve en su ombligo y luego le quité el resto de la ropa, dejándolo completamente desnudo.
Le abrí las piernas para sumergir mi cabeza y mi lengua fue recorriendo su miembro, que lamí y saboreé como el mejor de los dulces. Mi mano subía y bajaba al mismo tiempo que lo hacía mi boca y Joel estallaba en placer.

- Oh, Christopher, ah, - exclamaba mi bebé estimulándome a seguir.

Era tan fascinante escucharlo decir mi nombre con la voz entrecortada, así que continué dándole placer hasta que sentí que llegaba al orgasmo y bebí sus líquidos como si se tratara de una ofrenda de su parte mientras lo escuchaba chillar por el intenso momento que estaba experimentando.

Llegó la pizza y cenamos mientras veíamos televisión, después él se fue a lavar los platos y al regresar se sentó en mi regazo y fue besándome el cuello, excitándome, entonces lo cargué y lo llevé a la habitación. Nos hicimos el amor luego de recorrer su cuerpo con besos y caricias, al terminar me acosté a su lado y quedamos profundamente dormidos.

Al día siguiente, después de que Joel subió al taxi para ir a trabajar, regresé al departamento y me dormí, necesitaba recuperar las energías que había gastado de manera exquisita la noche anterior con él. Desperté justo a tiempo para ponerme de acuerdo con mi bebé y encontrarlo para almorzar juntos. Me di una rápida ducha y me dirigí al restaurante que me indicó. Otra cosa se agregaba a la lista de lo que nunca antes había hecho, pedí una mesa sobre la acera, por lo regular pedía en un discreto rincón, pero ahora no tenía nada de que ocultarme, por el contrario, quería que todo el mundo se diera cuenta de lo feliz que era con mi Joel.

- ¡Christopher! - escuché una voz femenina exclamar y levanté la vista que tenía clavada en el menú - no lo puedo creer, ¿qué haces aquí? - agregó y me levanté para saludarla al reconocerla.
- Esperando a mi novio - respondí extendiéndole la mano y nos dimos un beso en la mejilla.
- Es una broma, ¿verdad? - exclamó incrédula riéndose.
- No, hace un par de meses que tengo novio... formal.
- ¿En serio ha sido cazado el irresistible Christopher Vélez? - dijo subiendo sus manos por mi pecho - es una verdadera lástima, aunque - se lamió los labios - eso no es impedimento para que tú y yo algún día volvamos a divertirnos, como en los viejos tiempos - añadió acercándose peligrosamente a mí y giré la cara para evitar que me besara en los labios.
- Buenas tardes - escuché la voz seria de Joel decir.
- Corazón, al fin llegas - dije feliz y lo tomé de la mano para luego besarlo en los labios, quería que quedara muy clara mi relación con él - mira, te presento a una vieja amiga, Amanda ella es Joel, mi novio.
- Mucho gusto - respondió Amanda sin extenderle la mano.
- Igualmente.

Amanda agregó un comentario bastante desagradable y después me dio un beso en la mejilla de despedida, en seguida noté como Joel se enfureció más y tuvo toda la intensión de, ¿golpearla?, ¿sus celos podrían llegar a tanto?, quizás era tan psicópata como yo. Traté de tranquilizarlo, pero seguía reclamándome, a pesar de mis explicaciones.

- Joel, hace mucho que dejé de estar con otras personas - mi cuerpo ni siquiera respondía a otras - grábate esto muy bien aquí - señalé su sien con mi dedo - y aquí - señalé su corazón - el único que me importa eres tú, al único que quiero es a ti, con el único que me interesa compartir mi cama es contigo - musité en su oído y lo abracé - aunque para serte sincero, me da gusto que esto haya pasado, porque tus celos me demuestran cuanto me quieres.
- ¿Y todavía te atreves a dudarlo?
- No, pero me encanta confirmarlo - aclaré y lo besé.
- ¿De verdad no ibas a dejar que te besara?
- Por supuesto que no, te lo juro, entiendo tu desconfianza, pero si de algo debes estar seguro es que jamás te engañaría, no tengo ninguna necesidad de hacerlo, ya vamos a comer, anda.

Tentación - Virgato 🔥 Segunda Parte (Adaptación)Where stories live. Discover now