Capítulo 23

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  Tom también dijo que se iba a dormir y entonces Joel le puso de pretexto, para no subir con él, que lavaría los platos, él quiso darle un beso y él lo esquivó alegrándome. Cuando se escuchó que cerró la puerta, me acerqué le agradecí su ocurrencia, lo besé y luego caminamos a la cocina tomados de la mano. Empezó a lavar los platos y le pedí que me contara sobre él, estaba seguro que aún ignoraba muchas cosas de su vida, entonces me pidió que primero le contestara una pregunta y acepté, me cuestionó la razón por la que tenía esos encuentros en lugar de ligarme a alguien de forma tradicional, cosa que sí había hecho alguna vez y le expliqué brevemente que un amigo me había involucrado en esa sociedad secreta y que me había gustado el rollo de los desconocidos, así que aproveché para preguntarle quién le había dado mi teléfono, eso me había inquietado desde un principio y me contó que fue una chica en un bar a la que casi ni recordaba, yo no tenía idea de quien pudiera tratarse, pero, le agradecía su imprudencia porque eso me había llevado a conocer a Joel. También le pregunté el por qué me había llamado la primera noche y me respondió lo que ya sabía, que era su cumpleaños y estaba solo, otra razón para odiar a Tom, aunque a la vez debía agradecérselo, porque su abandono fue lo que hizo que él me buscara. Se molestó cuando le comenté que no imaginaba quiénes estaban involucrados en la sociedad y me dijo que se le revolvía el estómago de imaginar con cuantos había estado, así que lo abracé por detrás.

– ¿Ahora entiendes lo que yo siento al pensar que Tom pueda tocarte?
– No es lo mismo, él es mi novio.
– A eso precisamente me refiero, ustedes han hecho el amor, sé que suena trillado, pero es la verdad, yo sólo he tenido sexo con esas personas, ninguna había significado nada – Joel me había hecho conocer esa diferencia – hasta que tú apareciste una noche y me cambiaste la perspectiva de todo – agregué.
– ¿Entonces no soy uno más?
– ¿Y todavía lo preguntas?, jamás había roto las reglas bebé, sabía perfectamente que esas personas estaban con otras de la misma forma que conmigo, así que ninguna valía la pena, pero contigo fue muy diferente, por eso no te dije la última regla, desde un principio supe que no le darías mi teléfono a nadie, así que no era necesario decirla.
– ¿Y ahora qué va a pasar?
– Lo que tenga que pasar, lo único que debes saber es que no dejaré que salgas de mi vida – lo quería para mí – y espero que el que salga y pronto de la tuya sea él, no quiero compartirte con nadie – guardé silencio unos segundos – y menos con él – que era un bastardo mentiroso.
– ¿Por qué lo dices de esa forma?, ¿tú sabes algo de Tom que yo desconozca?
– No, me gustaría para que de una vez por todas lo dejaras, pero no sé nada, mejor olvidémonos de él y aprovechemos estas horas juntos.

Por supuesto que le conocía el historial al tipo, pero no consideré que fuera buena idea el que precisamente fuera yo quien se lo dijera, los unía una amistad de años y aunque me doliera, Joel le tenía un gran cariño y no sabía si me creería, tal vez pensaría que lo estaba inventando por mis celos, lo único que me quedaba era esperar a que él se diera cuenta, Tom no era demasiado discreto que digamos y estaba seguro que en cualquier momento cometería un error.
Comenzó la seducción a través de los platos, el jabón y nuestras manos rozándose, yo pegaba mi cuerpo al de Joel que reaccionaba de la misma manera provocando que la excitación se hiciera presente y aumentara vertiginosamente. Lo acaricié con las manos mojadas y sentí como se estremeció, me fascinaban todas y cada una de sus reacciones, que se dejara llevar, que nos permitiera experimentar otras formas de entregarnos, sin importar la hora ni el lugar.
Lo llevé a la mesa y le hice el amor por segunda vez en ese día, es que jamás me cansaría de su cuerpo, al contrario, con cada ocasión lo deseaba con mayor fuerza, sus besos me embriagaban, su aroma me enloquecía, la textura de su piel me encantaba y sus gemidos era una deliciosa melodía, yo se los provocaba y sabía que era el único que podía hacerlo sentir así, en las nubes, en el paraíso mismo donde ambos nos elevábamos cada vez que nuestros cuerpos se fundían. Alcancé a taparle la boca para apagar un poco su grito al alcanzar el éxtasis total que logramos juntos. Volví a besarlo mientras él me acariciaba, luego lo abracé con fuerza, como si quisiera que nos volviéramos uno solo y después le acaricié sus mejillas al tiempo que frotaba mi nariz con la suya, algo que jamás había hecho con nadie.

– ¿Qué me hiciste Joel?, que me tienes todo hipnotizado.
– Lo mismo que tú me hiciste a mí, porque yo estoy igual que tú.

Esa frase me confirmaba que él sentía lo mismo que yo y era lo mejor que me había pasado en la vida, él había sido el único en abrirse paso en mi corazón y yo también había logrado entrar al de él, sin lugar a dudas nos pertenecíamos y era algo realmente supremo.
El momento mágico se rompió cuando alguien encendió la luz de la sala, rápidamente me subí el bóxer y el pantalón, mi corazón se aceleró, pero esta vez de nervios y pánico, si era Tom definitivamente se desencadenaría una tremenda riña, su orgullo de macho estaría completamente herido al descubrir que su novio hacía el amor con alguien más, alguien que fingía ser su amigo. Afortunadamente fue Julieta la que entró a la cocina y entonces volví a respirar tranquilo, tomó la situación con humor y le aclaró que no tenía de que preocuparse y le confirmó que entre ella y yo sólo había una gran amistad. Joel estaba sumamente avergonzado, pero le expliqué que no habría ningún problema con Julieta, entonces decidió ir a acostarse, le rogué que se quedara conmigo, pero no aceptó, sus argumentos eran válidos y corroboré lo que ya había pensado, él no quería que su reputación quedara manchada ni quería herirlo tampoco, entonces le hice prometerme que lo dejaría lo más pronto que pudiera y lo dejé ir, aunque el hueco que sentí en el pecho fue inmenso. Al día siguiente no tuvimos oportunidad de estar a solas, muy temprano fui a entregar el auto y al regresar pedimos un taxi para que nos llevara al aeropuerto, ahí nos despedimos y sentí una gran tristeza al separarme de Joel, pasarían muchos días hasta volver a verlo y tenerlo conmigo. Le acaricié su mano y le di un pequeño beso en la mejilla, en verdad esperaba que la próxima vez que estuviéramos juntos fuera sólo mío.
Mientras Julieta y yo esperábamos para abordar el avión entramos a una joyería porque ella quería ver los relojes, yo empecé a mirar, sólo por curiosidad y de pronto me topé con el regalo perfecto para Joel, así que no dudé en comprarlo, se lo daría como regalo de cumpleaños atrasado.

Cuando llegamos a Nueva York tomamos un taxi para que nos llevara a Nueva Jersey y nos dejó en el departamento de Julieta, le pedí una hoja y una pluma, le escribí una nota a Joel y la coloqué dentro de la caja del presente.

– Por favor, ¿puedes envolver esto y mandárselo a Joel? – le pedí entregándole la caja.
– Claro, pero, ¿por qué no se lo das tú?
– Mañana me voy temprano a Londres y no regreso hasta la boda de Loren, así que mándaselo el miércoles, pero, sin remitente, quiero sorprenderlo.
– Ok, yo se lo mando ese día.
– Muchas gracias, te quiero amiga – dije y la abracé.
– Yo también te quiero Christopher y en serio estoy muy feliz por ti, hacen una bonita pareja y se ve que él también te adora, espero que pronto deje a Tom.
– Me aseguró que en estos días terminaría con él.
– Es lo mejor para todos, ¿sabes?, ahora que tuve la oportunidad de platicar con él me di cuenta que tenemos muchas cosas en común.
– No me digas que te gusta ese idiota.
– No lo llames así, el que ande con el hombre que quieres no significa que sea un idiota.
– Vaya, veo que sí te gusta, pero, no creo que te convenga.
– Basta, yo he respetado tu relación con Joel, no tienes porque hablar mal de él, ¿ok?.
– ¿Tan pronto ya lo estás defendiendo?
– Estoy cansada y me quiero bañar, suerte en tu viaje, seguimos en contacto.
– Ok, luego nos vemos – no quise decirle lo que sabía de él, seguro no volvería a verlo.

Llegué a Londres y me instalé en el hotel, le envié un correo electrónico a Diana para que me diera el de Joel ya que en la investigación no venía. Al día siguiente fui al terreno donde ya estaban construyendo el nuevo hotel de mi empresa y estuve ahí la mayor parte del día, supervisando.
Diana seguía sin contestarme el mail pero finalmente me respondió el miércoles por la noche y de inmediato le escribí a Joel y le pregunté si tenía web cam, para, al menos, jugar un poco mientras estábamos separados. El viernes me sentí inquieto todo el día, como si tuviera un mal presentimiento de que Joel la estaba pasando mal, así que le llamé y no me contestó, eso me preocupó demasiado, no podría resistir que algo malo le sucediera, esta vez no encontraría la fuerza suficiente para sobrellevarlo, definitivamente no podría vivir sin él.

Tentación - Virgato 🔥 Segunda Parte (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora