Capítulo 12: Hogar.

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Dentro del lugar, un pasillo color violeta se alargaba frente a ellos. Al final de este, había una escalera. Subieron, y se encontraron en... ¿Una casa? Parecía una sala de estar con un pasillo, bibliotecas, sillones, una mesa con cuatro sillas, alfombra...

-¿Alguien vive aquí?- preguntó Frisk.

-Nope, pero solía ser la casa de los reyes. Los primeros años de estar aquí dentro, los monstruos vivían lo más lejos de la barrera posible; en las ruinas. Ahora voy a preparar la cena, puedes recorrer la casa.

-¡Pero si acabamos de almorzar!

-...almorzamos hace 8 horas.

-¿¡Tanto tiempo estuvimos en Snowdin!?

-Ajá.

-Últimamente pierdo la noción del tiempo sin ver la noche o el día. Déjame cocinar a mí.

-Mientras no quemes la cocina... Es allí a la derecha. 

Frisk siguió los comandos y se encontró con una cocina antigüa con un horno de fuego, sin heladera y con una mesada y estantes de madera. Ni siquiera había agua corriente.

-¡Saaaaaans, no hay agua!

-¡Debe haber una cubeta, afuera hay una fuente! ¡Llénalo!

Frisk refunfuñó, pero tomó la cubeta de madera y metal y salió por una puerta grande en la sala. Fuera, todo era tan morado como el pasillo. En el centro había un árbol de hojas rojizas, majestuoso, y una fuente al costado. Frisk se dio cuenta de lo agradable del clima, y se quitó las botas de nieve, el abrigo, la bufanda y el gorro. Las dejó en el suelo mientras juntaba agua. Al tener la cubeta llena, oyó un ruido detrás de ella, al girarse, vio a un pequeño monstruo alado en el suelo. Era idéntico al de su sueño.

Entonces se dio cuenta de que ese era el mismo lugar de su pesadilla, donde lo había matado.

Era real.

Era real.

-¡Era real!- gritó, cayendo al suelo y derramando toda el agua encima suyo. Estaba mareada, tenía la vista nublada. Se sentía desconectada, en otro mundo, asfixiada. ¿Qué era eso? El monstruito huyó asustado por el golpe. Sans la oyó gritar y corrió hacia ella. La vio tirada de rodillas en el suelo, mojada, hiperventilándose. Se acercó y la sacudió. 

-¡Frisk! ¿¡Qué te ocurre!?

Ella no respondió, pero se tranquilizó un poco al verlo. Él la abrazó, la tomó en brazos y la llevó adentro. Frisk no se negó. La llevó a una habitación con dos camas individuales, una en cada punta de la habitación.  Había más cosas, pero no las miró con atención, tenía miedo. Sans la acostó con gentileza en una de las camas. 

-Escucha. Creo que tuviste un ataque de pánico. ¿Son comunes en ti?

Negó con la cabeza.

-Mmm, veo. Estarás bien, tranquila. Ponte algo seco, y recuest- cierto, no tienes nada seco.

-...

-Tengo una idea.- Sans se quitó la sudadera negra y se la dio. Debajo tenía una camiseta gris. -Quítate lo mojado y ponte esto. Duerme un poco, yo lavaré tu camisón e intentaré arreglar tu suéter. Soy el mejor cosiendo.- dijo con un orgullo exagerado. Ella rió suavemente.

-Esa es la Friak que conozco. Ahora voy a cocinar. Te despierto para comer. ¿Está bien?

-Si. Gracias, Sans.

-No me agradezcas.- le revolvió el cabello. -No te atrevas a dormirte toda mojada.

Apenas Sans se fue la fantasma apareció su forma física y comenzó a preguntarle todo tipo de cosas, principalmente sobre lo que acababa de pasar. Frisk le pidió silencio, porque se sentía mal. Dijo que después le contaría. Se quitó toda la ropa y la dejó en el suelo. Se puso lo que le había dado su amigo y se recostó. Era una cama muy cómoda, sentía que podría dormir toda la vida en ella.

...

El bosque de Snowdin era más silencioso que nunca. No caía nieve. No había ningún monstruo cerca.

"Todos se han ido. Continuemos."

No había mucha más diferencia que el color entre la nieve y el polvo.

El muñeco de nieve había desaparecido.

No había nadie en el pueblo. 

"Casi llegamos al final de esta zona."

Al final del pueblo, donde la nieve y la arena de Waterfall se confundían, había un Papyrus demacrado. Sin su armadura o su mirada seria. Su cara no mostraba emociones.

"Olvidable".

"Es sólo una pila de polvo".

...

Despertó sobresaltada, cubierta de sudor y con Sans sentado en la cama observándola con preocupación. Un plato de sopa y un vaso de agua yacian en una bandeja en el suelo.

-¿Ahora vas contarme que ocurre?

Frisk suspiró.

-Desde que llegué al Subsuelo tengo pesadillas en las que asesino monstruos. El ataque de pánico de hoy fué porque noté que ese lugar es el mismo de uno de mis sueños, aunque nunca lo había visto. Y el monstruo que estaba ahí, y-yo lo había... Asesinado.

Sans suspiró. Tomó una de sus manos y la acarició.

-Tranquila. Está bien. Lo del cuarto es raro, pero estoy seguro de que no eres capaz de matar una mosca. No literalmente, claro, eres muy fuerte. Pero como te dije en el bosque, eres una persona amorosa y sensible. Te conozco. ¿Okey? Ya pasó. Ahora te traje sopa, toma un poco.

Pero Frisk no estaba tan convencida. Igualmente le agradeció y se tomó la sopa casi sin respirar.

-Bueno, es hora de dormir. Ahora tenemos dos camas, así que no te molestaré más.

-No me molesta, es lindo dormir junto a tí. Luces tierna dormida, y tus abrazos son súper confortantes. 

-¿Dormimos juntos esta noche entonces?

-Si me haces espacio en la cama...

Frisk se apartó todo lo que pudo, hasta dejarle lugar para acostarse. Lo tapó con las sábanas verdes y se acurrucó junto a él.

-Me gusta tu sudadera.

-¿Por qué?

-Huele a tí, se siente como si me estuvieras abrazando.

-Aww, pero no necesitas una sudadera para sentir eso.- dijo, y la atrajo hacia él con sus brazos, envolviendola en un abrazo. Los dos sonreían y estaban sonrojados, pero no de vergüenza; estaban perfectamente cómodos el uno con el otro. Sans fué el primero en dormirse esta vez. Frisk sabía que si dormía tendría otra pesadilla. La fantasma apareció sobre ella.

-¿Pesadillas, eh? Cuando yo caí aquí no las tenía.

-Espera. ¿¡Eres el fantasma de un humano caído!?

-¿¡Qué!? ¡No dije eso!

-¿Lo niegas?

La fantasma hizo una mueca y desapareció su forma física, pero Frisk sabía que seguía ahí.

-¿Cuando me dirás tu nombre? Estoy cansada de llamarte "compañera" o "fantasma".

-Nunca. Llámame como quieras.

-¡Quiero llamarte por tu nombre!

-No.

-Mmm... Te inventaré uno entonces. Tienes cara de llamarte...

-No. No lo hagas. Duérmete.

Frisk rió por lo bajo, y la dejó en paz. Ahora se concentró en su amigo dormido. Acarició sus mejillas con cariño. Realmente era adorable.

Se resignó a que debía dormir de una buena vez. Se cubrió con las sabanas hasta la cabeza y escondió su cabeza en el pecho de Sans, como si eso fuera a protegerla de las pesadillas.

Underpromise - Undertale Alternative Universe [EN PROCESO].Where stories live. Discover now