"Podrás borrar los recuerdos de mi mente pero jamás los sentimientos de mi corazón"
Durante el sexto año de Hermione Granger en Hogwarts una serie de acontecimientos la llevan a sentirse cada vez más unida a su profesor Severus Snape, a pesar del od...
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Las luces navideñas adornaban las desangeladas calles de Cokeworth. Gracias a esa colorida iluminación los barrios obreros dejaban de tener un aspecto tan depauperado aunque sólo fuese durante las fiestas. La nieve que cubría el lugar tenía un tono grisáceo debido a las pequeñas partículas de contaminación que la fábrica de la ciudad expulsaba al ambiente día y noche. Aunque los niños acababan de empezar su período vacacional a esas horas ninguno se encontraba ya jugando en las calles, al caer la noche todos habían vuelto a refugiarse en la calidez de sus hogares.
El joven Severus dejó su casa para ir al encuentro de Lily, su mejor amiga. Al salir no pudo evitar fijarse en el muñeco de nieve que los hijos de sus vecinos habían hecho durante el día, él mismo había observado a los niños jugar desde su ventana mientras repasaba el libro de "Elaboración de pociones avanzadas" horas antes. Dicho muñeco tenía un tono gris sucio que desmerecía la obra de los pequeños. A pesar de que se habían esforzado en decorarlo acorde al ambiente festivo de esas fechas era palpable la tristeza que realmente reflejaba, la misma que tenían las gentes que vivían en la calle de La Hilandera, una de las zonas más desfavorecidas de la ciudad.
Mientras andaba el frío comenzaba a calarle así que se levantó las solapas de su viejo abrigo para evitar que la gélida brisa le congelase la piel. Su boca permanecía tapada por la bufanda color esmeralda que su amiga le había regalado la navidad anterior, eligiendo ese color para confeccionarla ella misma como claro guiño a la casa de su amigo Slytherin. Aunque él siempre le decía que las festividades navideñas eran una tontería Lily no dejaba pasar la ocasión para obsequiarle con algún pequeño detalle. Apretó el paso para volver a encontrarse con ella, desde que se despidieron en la estación de tren a su regreso de Hogwarts no se habían vuelto a ver. Los dos muchachos estaban cursando el quinto año en dicha escuela mágica, ambos con excelentes calificaciones. Y aunque Severus prefería pasar las vacaciones en el castillo el empeoramiento del estado de salud de su madre había hecho que esas navidades volviese con su familia. Al despedirse de Lily en la estación de King's Cross ésta le hizo prometer que la acompañaría al mercado navideño de la ciudad la tarde antes de Nochebuena. Snape, que era incapaz de negarle nada a la pelirroja, aceptó a regañadientes. El plan de pasar una tarde rodeado de muggles rebosantes de espíritu navideño le horrorizaba pero con tal de contentarla estaba dispuesto a soportar tal tortura.
Poco a poco llegó a la zona donde se situaba el mercado navideño de la ciudad. El flujo de gente era cada vez mayor conforme se aproximaba, algo que incomodó a Severus ya que nunca le habían gustado las multitudes. Al llegar al principio del paseo vio las hileras de puestos con gran cantidad de artículos, desde decoraciones navideñas hasta artesanía y antigüedades. El ambiente era claramente festivo, mucho más que en su barrio. También la iluminación era más ostentosa que la que adornaba su calle, algo lógico pues se encontraba en el centro de la ciudad. Miró a su alrededor preguntándose donde estaría su amiga. La imposibilidad de usar magia en ese lugar le complicaba la tarea de encontrarla así que decidió ir hasta el gran árbol que presidía el lugar, por lo que había visto parecía un sitio de reunión para las gentes que allí se congregaban. No podía evitar sentirse un mero espectador entre todas esas personas, no compartía nada con ellas y odiaba toda la parafernalia que envolvía las festividades muggles. Solamente estaba allí por Lily, por ella solía hacer muchas cosas que no le agradaban. Nunca se había celebrado la navidad en su hogar y el comportamiento de los muggles en esas fechas le parecía extremadamente hipócrita. El sentimiento de redención que tenían las personas que fingían ser de corazón puro y sincero solamente por encontrarse en el periodo navideño le asqueaba de manera soberana. Conocedor de cuanta maldad podía haber dentro de ellas durante el resto del año no encontraba sentido a fingir ser caritativo durante unos días al año.
