27. Vuelta al pasado?

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(narra Natalia)
*Rabia. Dolor. Impotencia. Al leer la carta, sentí que se me caía el mundo encima. María empezó a llorar desconsoladamente, y yo la intenté consolar. Realmente tengo mucho miedo de lo que le pueda pasar, Alba es mi vida, y me muero si le hacen algo esos cabrones*
-María, te juro que la vamos a encontrar. Ahora llama a Pablo y dile que venga a mi casa, ahora le pasamos la dirección. No nos podemos quedar aquí, en mi casa estaréis seguros. Hazte una maleta con ropa; llévate bastante ñor que no sabemos lo que puede durar
María: es que tú no sabes lo que no hacen Natalia... *seguía llorando* tengo que entregarme, o Alba pagará por las dos
-no te vas a entregar, te necesitamos María. Tienes que quedarte con nosotros por favor. Hazte la maleta y llama a Pablo. Vamos a mi casa y allí hablamos tranquilamente.
*yo intentaba mantener la calma, pero me era muy complicado. No sabía dónde estaba Alba, cómo estaba, si le habían hecho algo, si estaba viva... Me iba a reventar el cerebro. Ayudé a María a hacer su maleta, y nos fuimos a mi casa. Ya allí llamamos a Pablo, que vino a los 10 minutos. Cuando llegó, fue a abrazar a María, que se derrumbó en sus brazos. Yo intentaba contener mis lágrimas, pero la situación me sobrepasaba. Cuando se calmó un poco, nos sentamos en el sofá, y empezamos a hablar sobre lo que debíamos hacer*
-tenemos que avisar a Damion chicos, necesitamos su ayuda
María: ya pero y si van a por Pablo?
-no van a ir a por Pablo, por que se va a quedar aquí contigo
Pablo: de acuerdo
María: vale, pero tienes que llevar esto con dis-discreción *lloraba y le costaba hablar* no-no sabes lo inteligentes que s-son, y si cometemos él mínimo fa-fallo nos encontrarán
-no te preocupes, llamaré a Damion y le diré que venga
*eso hice. A los 10 minutos estaba Damion en casa. Le enseñamos la carta y se puso a leerla en silencio. Mientras tanto yo pensaba en cómo estaría ella.*
(narra Alba)
*me desperté de golpe y estaba atada con una cuerda al cabecero de una cama. No sabía dónde estaba, me dolía la cabeza y me toqué y tenía un bulto, que al apretar dolía. Al principio no recordaba nada, pero luego sólo recordé un golpe en la cabeza y una caída, al intentar entrar en mi casa. Me intenté reincorporar en la cama, y miré a mi al rededor. Jamás podría olvidar lo que viví en esta habitación. Nunca. El pánico se apoderó de mi, no sabía que hacer. Estaba en la casa, en el cuarto, en la cama. Recuerdo perfectamente todos los rincones de esta habitación, he estado en ella durante unos dos años. Esta habitación en la que tanto he llorado, sufrido. Me empecé a agobiar y me estaba costando respirar. De repente oí unos pasos, sus pasos.*
X: parece que ya te has despertado bonita
*se acercó a mi y se sentó a mi lado en la cama. Yo intenté alejarme de él, pero estaba atada*
X: me has echado de menos? por qué yo a ti si...
*me puso un mechón del pelo por detrás de la oreja, yo simplemente cerré los ojos con fuerza para intentar pensar en otra cosa y que pasara rápido, como hacía antes*
X: qué tal está tu amiguita María?
*abrí los ojos de repente*
-yo y-ya no me llevo con ella *intente parecer segura con mi tono de voz*
X: eres una mentirosa Albita. Os hemos estado rastreando, y sabemos que vive contigo. También sabemos que tiene un novio que se llama Pablo, y no creo que tu amiga tarde en venir, por el bien de él, le quiere mucho, no?
*no respondí. Sabían lo de Natalia?Por favor, espero que no, si le hacen algo a Natalia me da algo, me muero. Y encima por mi culpa iba a tener que venir María.*
-por qué tiene que venir también María? conmigo os basta
X: por qué nos lo pasamos mejor con las dos, además , así tienes una amiga que te haga compañía, no?
-no, dejadla en paz por favor, conmigo tendréis suficiente
*oí otros pasos, y vi como otro entraba en la habitación. A este también le conocía, era el que se encargaba de María.*
X: has oído Víctor? como quiere defender a su amiguita?
Víctor: entonces yo no me puedo divertir, y no queremos eso verdad?
*puso una sonrisa cínica que me dio muy miedo. Realmente estos dos hombres nos habían hecho la vida imposible a María y a mi, y yo pensaba haber superado esta pesadilla. Pero por lo visto no. No quería que María tuviera que volver a esto, así que estaba dispuesta a cobrar por lo suyo también. Ella merecía ser feliz*
X: bueno, Albita. Ahora te vamos a soltar, y tienes que ir al salón. Allí conocerás a las compañeras que han cobrado por lo vuestro desde que os fuisteis. Seguro que os lleváis muy bien. Nos lo pasábamos mucho mejor con vosotras la verdad, pero, qué se le va a hacer? teníamos que buscar a otras...
*me soltaron y me llevaron al salón. Allí había otras dos chicas, que tenía ojeras y cara triste, la mirada apagada. Exactamente como cuando estábamos allí María y yo*

Antes de tí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora