# cuarenta y cinco

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Jungkook habría podido llamar a taehyung y avisarle que ya estaba en la entrada del cine. Pero prefirió buscarlo y darle una agradable sorpresa.

Seguramente su plan hubiera funcionado, si taehyung no hubiera aparecido antes.

—¡Jungkook!—grita el pelirrojo, que venía corriendo con una sonrisa en los labios, de oreja a oreja.

tae, hola. jungkook sonríe de regreso y saluda con un ligero movimiento de manos al chico pecoso.

☆★

—el final estuvo bien, pero hubiera sido mejor que no muriera, hubiera ahorrado algunas de mis lágrimas.— taehyung camina al lado Jungkook, con pasos sincronizados y firmes.

o no, tal vez y fue así para una mejora en el futuro, ve el lado bueno de la situación.

Taehyung ríe.

dudo que haya una mejora en el futuro.

Si bien, no le había gustado mucho el filme (más bien, no le había entendido), sabía que el pelinegro había esperado y contado los días para que la dichosa película se estrenara, y decirle que escogieran otra, sería muy grosero de su parte.

—siempre hay sorpresas en todas partes, simplemente tenemos que esperar por ellas.— dice y vuelve su vista al frente, taehyung se inclina un poco y choca su brazo en el del pelinegro, ocasionando que algunas palomitas (del envase que acababan de comprar apenas salieron del cine) cayeran al piso.

o no.

☆★

Estar con jungkook era una de sus cosas favoritas, aquel chico de sonrisa bonita hacía que se sintiera cómodo, tranquilo. El pelinegro era alguien importante para taehyung, y aunque llevasen poco tiempo conociéndose, el pelirrojo sabía que jeon se había ganado un pedacito de su corazón, y si este seguía siendo así de lindo con el, terminaría ganándoselo por completo.

Ambos chicos estaba tan entretenidos hablando, que no se dieron cuenta cuando el celular de taehyung comenzó a sonar.

Era su madre.

Los ojos de taehyung y jungkook se encontraron. Y ambos rieron.

☆★

Después de unas cuantas súplicas, taehyung había logrado convencer a jungkook para que lo acompañara a su casa. Este dio como condición que le enseñara al cachorro, taehyung aceptó.

Al llegar, se llevaron una gran sorpresa. Yeontan dormido en medio del sillón de la sala, con algunas revistas, libros y zapatos mordisqueados y llenos de baba al rededor suyo. Taehyung le tapó los ojos al más alto con sus dos manos, para después llevarlo a su habitación.

Terrible. Eduquemos a yeontan

El pelirrojo estaba muerto de vergüenza, su perro había arruinado la sala de su mamá, y ahora jungkoook no pararía de burlarse de él.

Taehyung suspira.

—que vergüenza, mira, tú quédate en el piso de arriba, yo limpiaré todo el desastre.— el piel morena cierra los ojos con fuerza, y jungkook ríe por lo adorable que se ve así .

momo. kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora