# veinticinco

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La tentación es demasiada. quiere hacerlo. Debe hacerlo, pero los nervios le ganan.

Solo contesta.

Sin embargo su nerviosismo no es nada comparado a la necesidad de escuchar la voz de taehyung. Toma el aparato, el cual había estado sonando por un largo rato, y contesta.

Siendo los dos, que, prácticamente hablan al mismo tiempo.

—¡hasta que contestas!

¡lo siento!

—eres un tonto.

Jungkook suspira. Porque, Dios, La voz de taehyung es tan armoniosa, tan suave, tan pacifica podría escucharla todo el día sin cansarse. Y Está exagerando, lo sabe.

—en mi defensa, estoy muy nervioso.— jungkook rueda los ojos con diversión, taehyung no borra la sonrisa de su rostro.

—será por algo, ¿no?

—¿siempre eres así de gracioso?—jungkook juega con las agujetas de sus converse y, con su mejilla, apoya el teléfono en su hombro.

claro, ¿quien seria yo sin mi gran sentido del humor?

Los nervios se van, oir a taehyung es como escuchar una linda canción, la escuchas y la escuchas. La repites mucho antes de que empiece porque piensas que no la estás disfrutando como se merece.

—alguien menos molesto.— susurra Jungkook tratando de sonar grosero. Sabe que no es así cuando escucha la suave risa del chico que comenzó la llamada.

haré como que no escuche eso— taehyung carraspea.

claramente lo escuchaste.

—¿escuchar que, jungkook?

Ambos ríen.

☆★

—¿y ellos están bien?

—lo estarán. En unos dos meses.

—están dementes, ¿de quien fue la idea de subirse a un árbol los cuatros juntos?— taehyung piensa su respuesta antes de contestar, luego suelta una carcajada.

—estás hablando con él en este momento.

Jungkook muerde su labio para no saltar una risa, el pelirrojo sigue carcajeándose por el otro lado de la línea hasta llegar al punto de que sus ojos se cristalicen. No le importa, sigue riendo.

—pero, intentaron escalar el árbol solamente porque se los sugerí.—taehyung trata de calmarse, su cara esta roja y sus mejillas calientes. Jungkook sonríe.

—y se cayeron.

—es una historia graciosa, porque después de que salí corriendo por ayuda, ellos estuvieron como diez minutos tirados en el piso. Diciéndose: "en cualquier momento alguien vendrá".

—¿alguien llegó?

—no, eso es lo gracioso. Cuando iba de regreso no recordaba cual lugar era exactamente donde se habían caído. Ya te imaginarás lo qué pasó después.

—claramente no murieron.

Taehyung asiente, casi como un reflejo. Se da cuenta de su error y suelta un "si" acompañado de una risita.

—bueno, Niño árbol, tu historia fue divertida. Espero que se recuperen tus amigos...

—también lo espero.—lo interrumpe.

—tengo que irme, ¿hablamos luego?

un bostezo sale de los sabios de pelirrojo, contagiando a jungkook. Habían estado hablando más de tres horas, calculaba que serían aproximadamente las tres de la madrugada.

—claro, hablemos luego.

Jungkook cuelga.

momo. kooktae Où les histoires vivent. Découvrez maintenant