esclavo de la espera ¦ ksj

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Escrito con la bella canción de arriba como fondo
Soft, angst
Leer con fondo amarillo (opcional)













Releía la carta arrugada que con delicadeza sostenía incesante, mostrando inquietud en sus iris ocre pardo. Incluso sin sus gafas graduadas era capaz de distinguir cada letra del papel, pues incontables veces la había recitado como si de un cuento para dormir se tratase. La promesa final escrita en cursiva, “te veré en la salida de mi hogar, al lado de la oficina postal”, era realmente lo único de la correspondencia que Seokjin consideraba importante, y lo que le mantenía quieto cual soldado justo en el lugar acordado cada mañana.

Él no era estúpido, puede que algo infantil sí, pero continuaba poseyendo razocinio: sabía que su pareja no iba a aparecer, y que la espera que mantenía como rutina era una vaga escusa para no aceptarlo. ¿Qué más, si no? Admitir la mentira, el final de una gran etapa, simplemente era un imposible para su corazón. O al menos eso pensaba, eso pensó durante meses atado a la misma calle y al mismo árbol.

Los amigos del castaño en un inicio comprendieron el rechazo que mostraba hacia la situación, hasta le dejaron de insistir en no perder el tiempo aguardando, mas cuando vieron que el autoengaño se propagaba en su alma decidieron actuar. Porque todos necesitaban al escandaloso, glotón y animado Seokjin de vuelta.

Ese día acordaron verse en frente de la oficina postal que tan obsesionado traía al dolido chico. Allí, el primero en hacer aparición fue Taehyung —de los más menores—. Este se acercó a su amigo, y no necesitando ser reconocido al instante le sacó una foto nada discreta sin comentar el por qué. Tras ello le tendió el objeto fotográfico a Seokjin, quien oyendo el click de la cámara había caído en su presencia. Él no comprendió el regalo, si bien adoraba las instantáneas ya apenas les dedicaba atención.

—¿Por...?

Una persona a sus espaldas interrumpió su pregunta abalanzandose a sus hombros. Jungkook, pensó antes de girarse y recibir un leve golpe en el codo, descubriendo que había acertado al imaginar a su travieso y más joven dongsaeng como el descarado invasor de su espacio personal.

Pronto tuvo también la compañía de Yoongi —que estuvo a escasos segundos de soltarle un drástico regaño, claro que fue frenado, ya que deprimir al castaño no iba a aportar buenos resultados, y que al final se dedicó a murmurar un pequeño “tonto”— de Namjoon, Jimin y Hoseok.

—Podemos vernos luego, la estoy esperando. —Comentó levemente irritado.

Exceptuando a Seokjin, todos se miraron entre ellos y asintieron, poniendo su plan de escape en marcha.

—Nos vamos, y tú te vienes.

Cogiendo al mayor de los brazos lo arrastraron hasta una furgoneta, que utilizaban en sus largos viajes grupales. El esclavo de la espera se mantuvo serio, enfadado, desde que fue obligado a sentarse en los asientos traseros para marcharse. Tal molestia aumento, además, cuando le quitaron la carta que tan apegada mantenía a su mente y cuerpo. No obstante, a pesar de que no se disipó, el nivel de enojo bajó al percibir el dulce abrazo que Jimin le otorgó como señal de compasión.

Frenaron su travesía en una playa, desierta debido a las temperaturas. Namjoon le ofreció una cerveza a Seokjin junto a una tierna sonrisa que no pudo ser rechazada. Y Hoseok le puso la guinda al pastel cuando contó un chiste malísimo solamente porque sabía que haría reír a su amigo. Así, poco a poco el progresivo olvido fue desacreditando a la dolencia, volviéndola nula.

Entonces, en algún momento de la noche, tras hablar seriamente con los seis chicos más maravillosos que conocía, Seokjin se encontró aceptando el abandono y quemando el papel que le había sido arrebatado. A lo mejor el amor no iba a extinguirse de su memoria tan rápido como las cenizas en el aire, pero con el cariño que había obtenido y la experiencia que se había llevado no quiso perder la fe en hallar un nuevo comienzo.

Drabbles • BTSWhere stories live. Discover now