Cap 22 Reencuentro

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Adara sintió el peso de su mirada, él ya la había visto, la reconoció.
Rogaba que sus piernas fueran lo suficientemente fuertes para sostenerla y no dejarla caer, le temblaba todo. Él tenía un gran poder sobre ella. Y si solo con una mirada la hizo sentir de esa forma no quería imaginar que pasaría si de nuevo la tocaba. No, ella no iba a permitir que él se volviera a aprovechar, esa era una promesa que en este momento se hacía a si misma. Sin embargo, la amargura le decía que sería muy fácil cumplirse dicha promesa, teniendo en cuenta que él ya no la miraba como antes, donde una vez percibió adoración ahora solo había hostilidad, una frialdad que le calaba hasta lo más profundo de su alma. Si le quedaba algo de confianza en que podría ayudar, ahora mismo se iba al mismísimo carajo.

—Sa-sácame de aquí. _Pidió Adara entre jadeos, rogando porque la diosa se compadeciera y la llevara lejos. Sin embargo, eso no sucedería y de una u otra forma ella lo sabía.

—Afrodita. _Invitó Hades con un gesto de su mano. La diosa lo entendió bien, quería que explicara la presencia de la humana.

—Hermano _Saludó ella con un leve asentimiento de cabeza, era lo que se acostumbraba, después de todo él era un rey y un dios mayor. —He venido de parte de Zeus, quien te ha enviado este obsequió, tómalo como un gesto de buena voluntad. _Agregó la diosa tratando de verse segura de lo que decía.

—Una humana. _Respondió el dios mientras sonreía de forma burlona. —Me envía una humana. _Hizo énfasis causando que el público dirigiera su mirada curiosa a la joven. —Ya que te has nombrado mensajera del Olimpo, dile a mi querido hermano que él sabe que es lo que quiero y ese es el único gesto de buena voluntad que aceptaré.

Hades estaba furioso, Afrodita lo sentía, las cosas estaban a punto de complicarse, su hermano últimamente actuaba de la forma menos esperada y la diosa le temía. Él era poderoso.

—Hermano lamento esta interrupción y el malentendido, le daré tu recado sin demora y si te parece nos retiramos. _Agregó Afrodita presa de los nervios a causa de lo que podía notar en los ojos de su hermano.

La diosa lo observaba con cautela y supo el momento exacto en que él tomo su decisión y esta no era buena o por lo menos para ella, por ello antes de que él la dejara encerrada en el inframundo miró a la chica. Esta estaba claramente en Shock por los acontecimientos y sin perder más tiempo susurró un lo siento y desapareció dejándola a merced de todo el Inframundo.

***

Adara no podía creer lo que estaba pasando, esto no podía ser real. Afrodita, ella no podía haberle hecho eso, ella, ella se había ido. La dejó allí en medio de ese gran salón bajo la atenta mirada de todos los presentes. Claramente su plan no había salido bien. Hades estaba furioso, aún no entendía del todo que fue lo que sucedió. Pero era más que claro que Afrodita había salido huyendo y eso no era bueno, no podía ser para nada bueno.

Adara se atrevió a mirarlo de nuevo, le sostuvo la mirada porque si él estaba tan fastidiado con su presencia por lo menos aceptaría ese rechazo con dignidad o por lo menos con la poca dignidad que puede quedar cuando se está en un salón lleno de dioses y otras criaturitas, medio desnuda esperando que tu suerte sea decidida por un capullo arrogante que te mira como si le fastidiaras.

—Ustedes mismos lo han visto, han sido testigos, Zeus es una burla como rey. ¿Quieren seguir bajo el gobierno de alguien sin honor? de un payaso que se atreve a insultarme enviándome una insignificante humana.

Adara no podía creer lo que escuchaba, él se estaba burlando de su hermano y no solo de él sino también de ella. Sintió como si un puñal afilado hubiera atravesado su propio corazón. Maldita sea Afrodita que la había convencido de tener esperanzas de ilusionarse de nuevo, maldito sea Hades por ser tan imbécil y mil veces maldita ella por ser tan estúpida. Todos los presentes estallaron en carcajadas y el peso de sus miradas era insoportable. Se sentía tan expuesta, tan desesperada. Miraba hacía todos lados tratando de buscar una salida, pero no lograba ver ninguna. Sentía como las lágrimas amenazaban con salir y se mordía los labios para evitar ponerse aún más en ridículo, suficiente expuesta ya estaba como para echarse a llorar delante de esos desconocidos.

Hades el Visitante del InframundoWhere stories live. Discover now