Cap 19 ¡Que Demonios!

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Adara Muriel


Tan agradable, tan suave...el colchón era blando, pero no tanto y la cobija mmm podría quedarse allí para siempre. Adara se sentía tan cómoda en su cama que golpearía a cualquiera que se atreviera a sacarla de allí. Sin embargo, como todo en la vida, nada podría durar para siempre y un atisbo de dolor de cabeza estaba por dañar lo cómoda que se sentía. ¡Un momento! ¿Qué mierda? Pero si...

Algo andaba mal, algo estaba muy pero muy mal, ya que, su cama individual de la residencia nunca se sintió de esa forma, las sábanas comunes y corrientes nunca se concibieron tan suaves en su piel. Entonces si ella se encontraba en un sitio tan cómodo, de ninguna manera podría ser su cama.
Los engranajes de la cabeza de Adara empezaron a trabajar rápidamente colocando cada pieza en su lugar, recordó la visita de Afrodita, lo extraña que se estaba comportando y por supuesto el hecho de que algo sucedió. Sin embargo, aún no se encontraba del todo preparada para abrir los ojos y se concentró en los susurros que se lograban escuchar alrededor, debido a que no entendía del todo lo sucedido y el que Hades estuviera involucrado la tenia a punto de perder los nervios.

—¿La trajiste aquí? Estas loca, ahora si te pasaste Afrodita, nos van a patear el culo por tus estúpidas ideas. _Acusó una voz masculina.

—Que querías que hiciera, creo que ella puede ayudarnos. _Contestó una voz que si conocía, pero, aunque quisiera escucharse segura en el fondo el tono era tembloroso y Adara se contrajo con ello, algo si andaba mal.

—¡Ayudarnos! a que nos destruya, si no nos mata uno nos mata el otro, pero de aquí no salimos vivos. ¡No seas estúpida! Una humana aquí, ¡mierda! nos van a cortar la cabeza...nos van a...

—No seas un marica y ayúdame a pensar la mejor forma de...

Adara abrió los ojos, tenía que enfrentar de una vez por todas lo que sea que estuviese sucediendo, no entendía a que se referían en su conversación, pero la urgencia y el temor que denotaba el hombre que acompañaba a la rubia la tenía muy temerosa.

—Cállate de una vez por todas, creo que se está despertando. _Dijo la voz masculina, aquella que Adara no lograba reconocer.

Después de abrir los ojos empezó a examinar el sitio en el que se encontraba. Era una habitación eso era claro. Sin embargo, no era una habitación cualquiera, el techo o mejor dicho la ausencia de él parecía que estuviera dominado por miles de lucecillas parpadeantes similares a las estrellas, pero obviamente no podían ser estrellas, aunque reconocía que era hermoso, hipnótico, espectacular. Se preguntaba cómo era posible esa clase de efectos, tal vez eran pantallas instaladas, un muy buen trabajo por cierto, ya que, se veía bastante real.

Tenía que dejar de pensar de una vez por todas en estupideces y concentrarse en lo que realmente era importante, el saber dónde estaba y como diablos llegó allí, pues no recordaba haberse movilizado a ningún lado y eso solo dejaba pocas opciones una de ellas era que posiblemente se desmayó, pero lo dudaba y la otra esperaba que no, porque si la loca de su ex - amiga se atrevió a drogarla le patearía el trasero, claro que lo haría.

Adara se fue sentando lentamente, teniendo en cuenta que cuando lo intento de un todo un extraño mareo se apoderó de ella y la hizo recular, no lograba coordinar sus movimientos, pero siguió insistiendo y cuando al fin lo logró, enfocó su mirada en la única persona de la habitación que conocía, Afrodita.

La diosa miraba a Adara entre divertida y nerviosa, ya que, debía explicarle todo y no tenía ni idea por dónde empezar, las cosas se iban a poner muy feas y ella no quería mandar a la chica a los lobos sin antes contarle por lo menos la razón de su estadía en el Olimpo.

Hades el Visitante del InframundoWhere stories live. Discover now