Hades el Visitante del Inframundo

Cap 15 Despedida Silenciosa

**Nota: Porfa escuchen la canción que le agregué al Cap, de verdad describe perfectamente lo sucedido, parece escrita para ellos. Abrazos Lili.**

Adara, Reino Mortal,

Adara se sentía destrozada él se burló de ella y aunque en principio nunca le dieron un título a su relación, si hubo un pactó de exclusividad. Él estuvo de acuerdo, incluso en una de esas conversaciones dejó en claro que nadie, absolutamente nadie tenía permitido tocarla. En ese momento se le antojo algo posesivo, pero después se dio cuenta que ella pensaba exactamente igual. Entonces, ¿Qué fue toda esa mierda? ¿Qué significó para él todo lo vivido? Una apuesta, el deseo de tenerla y demostrarse lo machito que era. ¡Por Dios, era una completa idiota! Cayó antes el cliché de todas las novelas románticas, un imbécil guapo que se anda burlando de cuanta chica se encuentra.

Por ello tanta insistencia en que lo que tenían debía tener fecha de caducidad, por ello a cada nada le restregaba en la cara que su relación no podría ir más allá ¿Cómo pudo ser tan ciega? ¿Cómo pudo no dudar de sus constantes advertencias? Ella fue su pasatiempo eso era claro. Ella estúpidamente creyó que la naturaleza de la relación había cambiado, que los lazos que los unían eran sólidos. Incluso hasta llegó a sentir que era amor lo que estaban experimentado. Pero que idiota fue, él la usó. Permitió que desahogara sus ganas con su cuerpo, que la usara como quisiese porque se enamoró y dolía como la mierda.

Le dolía todo, pero sobre todo el alma y el orgullo. Una parte de su ser la reñía a ponerse de pie y darle la cara al mundo. Pero no podía, era como si las fuerzas hubiesen abandonado su ser. Y ahí estaba, tirada en su cama llorando desconsoladamente recordando como se besaba con la que era su verdadera compañera, ¿Es que tan poco significó para él? No le importó hacerlo delante de ella, eso comprobaba lo insignificante que fue su efímera relación, porque ni una simple disculpa, ni una puta explicación le dio.

Adara quería gritar, nunca en lo que llevaba de vida sintió tanto dolor, ahora la profunda tristeza mudaba de piel a una insondable rabia y deseo de vengarse, de devolverle con la misma moneda toda la ofensa. La joven no conocía el odio, pero al parecer tanto amor, tanta adoración estaba a un simple paso de transformarse en algo amargo y eso en el fondo le causaba mucho temor.

Afrodita, Reino Mortal

Afrodita llegó en el preciso instante en que la joven humana salía, el dolor que vio reflejado en los ojos de la joven se le instauró en lo más profundo de su ser. Ella lo sabía, tenía claro que en esa relación solo quedarían victimas con heridas supurantes que jamás podrían ser sanadas. Era sencillo, en el mundo pocos seres tienen la oportunidad de hallar la otra esencia que le complemente y mientras no la encuentras puedes vivir bien pues no extrañas lo que no conoces. Encajas en el mundo pensando que lo que conoces es suficiente, es plenitud ¿pero si la encuentras? si eres bendecido y te unes a aquel que te complemente, vas a experimentar la plenitud, la felicidad en su máxima expresión. Sin embargo, si luego por alguna razón la pierdes y debes regresar a la falta ¡es como morir en vida! andarás en el Cosmos siendo un cascaron vacío que por más que lo intente jamás logrará sentirse a gusto de nuevo.

Y ese sería el destino de la joven, ella trataría de razonar, pensará en algún momento que esta fue una experiencia más de la vida, aparentará que todo va bien, que ese profundo amor fue superado. Sin embargo, Afrodita lo sabía, ella lo sintió, ellos nunca estarían completos de nuevo. No después de haberse pertenecido y por ello derramó varias lagrimas que al contracto con el suelo se convirtieron en joyas rojas. Dolor, ella sentía dolor por los amantes rotos.

Qué precio tan caro pagaba Adara por enamorarse de alguien prohibido, por fijar sus ojos en quien jamás debió, el eco del dolor de esa humana era casi insoportable no entendía como no decidía el fin antes de sentir tal flagelo y que no lo hiciera la hacía admirarla aún más.