Cap 16 Salir de la Fosa

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Adara, Reino Mortal

Él se había ido, solo cuatro palabras fueron suficientes para terminar de romper lo que quedaba de su corazón. Su amiga Samy se lo confirmó por teléfono hacía apenas un par de horas. Ese era el nuevo chisme de la ciudad, ellos se habían marchado tan solo hace una semana y con ellos todas sus ilusiones, todos esos tontos planes que sola se creo en su cabeza, porque el para siempre no existe, el amor verdadero mucho menos y esa lección la aprendió de la peor manera.

Una semana fue lo que Adara tardó en regresar al instituto, fingió estar enferma para quedarse en casa, no se sentía lo suficientemente fuerte para enfrentar a Hades. Temía que solo al verlo su determinación flaqueara y terminara rogando por su atención, no quería que la pisoteara aun más de lo que ya había hecho o que por el contrario estuviera luciendo su verdadera relación ante todo el mundo haciéndola quedar como una patética. Durante esos días su mente fue su peor enemiga, no pudo descansar lo suficiente, ya que, cuando dormía reproducía una y otra vez el amargo momento y cuando estaba despierta la desesperación era insoportable. No, ella no podía pasar por más humillaciones, se negaba a seguir siendo la chica patética que pierde la dignidad por un chico que la usó de todas las maneras posibles. Es que le dio su virginidad, le entregó absolutamente todo ¿De qué había valido? ¿Qué quedaba para ella? Nada, absolutamente nada, esa era la respuesta.

Samy le llamó para conocer las razones que tuvieron los dos hermanos para abandonar la ciudad tan repentinamente, también deseaba conocer en qué términos quedaron y si su relación seguiría siendo la misma en la distancia. Pero Adara no tenía nada que decir al respecto y le colgó el móvil sin darle mayor explicación. Luego de salir del shock que le produjo enterarse de la súbita partida de Hades, corrió a su casa sin importarle nada. Ella solo quería comprobar si lo que dijo Samy era cierto.

Llegó al lugar y tomó el pomo de la puerta con manos temblorosas. Como se lo temía estaba abierto, ingresó y la sensación de vacío que tanto miedo le causaba se instaló en su pecho. Él se fue sin despedirse, sin explicarse.
Todos los muebles estaban cubiertos en plástico de embalar. Subió las escaleras rápidamente, el corazón le latía tan fuerte que estaba a punto de salírsele del pecho. Ingresó en la habitación y la oscuridad la recibió nuevamente, la sensación de vació dolió como si de una bofetada se tratara. Revisó el armario, los cajones, el baño y otra vez nada. Lo único que había en la habitación eran los mismos pocos muebles de siempre, pero tan cargados de su ausencia que se hacía difícil respirar.

La cama en la que una vez le demostró sus sentimientos estaba deshecha y cubierta con plástico transparente, aquí ya no había nada más que hacer, solo aceptar que lo que un día sintió tan suyo, tan propio, se trató tan solo de una ilusión pasajera. Lagrimas rodaron por sus mejillas y no las detuvo, no quiso detenerlas. Se permitió llorar una vez más, quería por fin sacar todo el dolor de su alma.

¿Cómo te preparas para enterarte que no significaste nada para el amor se tu vida? ¿Cómo haces para que no duela como el infierno el saber que jamás vas a volver a ver al dueño de tu corazón? La traición dolía menos que su ausencia, en todo el tiempo que estuvo encerrada en su casa escondiéndose del mundo pensó que si él le daba una buena explicación, si le dijera que esa mujer no significaba nada y que la dejó por ella, sería capaz incluso de perdonarlo, porque a veces si el amor es verdadero es más fuerte que el orgullo. Sin embargo, ahora mientras lloraba recostada sobre la cama en la que una vez fue suya se dio cuenta que en esa relación solo una persona amó y solo una perdió. No supo exactamente cuando tiempo pasó en el lugar, solo que cuando al fin decidió que era suficiente, se levantó de la cama y encima de esta dejó el presente que no alcanzó a entregar. Con este acto se despidió diciendo adiós para siempre.

Hades el Visitante del InframundoWhere stories live. Discover now