Reencuentro

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Cuando Mabel despertó se encontró así misma rodeada de calidez y comodidad, normalmente eso abría sido tranquilizador, pero si te secuestran es lo ultimo en lo que reparas la verdad, quiero decir.

Aquella nube en la que estuvo reposando era en realidad un sillón como se dio cuenta después, examinando más el lugar vio una pequeña mesa de centro azul, en ella un plato repleto de lo que identifico como galletas, por el olor claro. 

Cercana a una esquina había una chimenea con fuego, a sus costados una percha con dos abrigos, luego en el otro lado de la habitación dos puertas, separadas entre si, y un mueble grande. En el suelo una alfombra azul que se veía suave, se paró en dicha y camino hacia una de las puertas, se fijó en el hecho de que estaba descalza, por consiguiente es obvio que la tocaron, y que su varita no estaba en el lugar donde solía dejarla, en otras palabras estaba indefensa. 

Se acerco y abrió una de las puertas muy delicadamente; era un cuarto normal, una cama grande para solo una persona, varias estanterías repletas de libros y una ventana que mostraba un hermoso paisaje, montañas y laderas en todas partes, además noto como el sol se escondía a lo lejos. 

Cerró la puerta con el mismo cuidado y camino hacia la otra entonces escucho-Si ella sigue durmiendo otra noche con mis mantas tú te quedas afuera de la cama- Era un hombre, con una voz un tanto chillona pero a su vez muy masculina, tenía un acento británico muy notorio, además estaba algo molesto, se notaba en su tono. -Sabes perfectamente porque la traje, después de todo, ¿de quién es la culpa?- La voz que hablo esta vez era un poco más grave, más tranquila y familiar, Mabel podía inferir de que este sujeto estaba cansado debido a su forma de hablar, él no tenía el acento que poseía su compañero. 

Con temor asomo su ojo a la separación que creo entre la puerta abierta y el marco de la misma, adentro pudo observar dos figuras, debido a su escasa visión solo pudo notar cosas pequeñas de cada uno, el primer tipo era más alto y delgado, con un cabello rubio, usaba una camisa verde y unos pantalones plateados, estaba de espaldas a ella así que no pudo verle la cara. Cuando se enfoco en el otro tipo casi se desmaya, era imposible, pero ahí estaba, ni siquiera tuvo que verlo muy claramente, ella lo supo en cuanto vio su cara. Dipper estaba ahí, se parecía a como ella lo imaginaba en sus sueños, donde el nunca desapareció, donde crecieron juntos y ella era una mejor hermana. Ahí estaba un joven castaño, con una pequeña y poco notable barba, más alto que antes, con un chaleco azul y unos pantalones negros. 

Mabel no pudo frenarse, ante ella, el hermano que creía prácticamente muerto, sus ojos se llenaron de lagrimas al verlo otra vez y las dejo correr libremente, sus manos temblorosas empujaron rápidamente la puerta que la mantenía oculta, ambos hombres la miraron uno notablemente más feliz que el otro, ella ignoro completamente al rubio, y se acerco a su hermano prácticamente corriendo y lo abrazo. Se aferro a él, pero algo se sentía mal, esto no era como lo había imaginado, en sus fantasías ella encontraría a Dipper y lo abrazaría y él, justo como antes, le abrazaría de vuelta llorarían juntos y la paz le inundaría, le prometería mejorar y él le prometería no volver a abandonarla. Lo que ocurrió no se parecía en nada a lo que ella deseaba, Dipper no la abrazó, de hecho la tomo por los brazos y la obligo a separarse.

No entendía, no podía entender ¡era su hermano! ¿por qué no la abrazaba?, Dipper la miro, serio pero luego su mirada se suavizo, Mabel no podía parar de llorar, entonces Dipper le hablo, tranquilo y pausado, pero aun manteniendo esa horrible distancia.-Mabel, tiempo sin verte- escuchó un resoplido del rubio de fondo, ella le respondió con la voz temblorosa, -Eres tú, Mason, eres tú...- las lagrimas volvieron a ella, le costaba respirar debido al llanto, Dipper le tomo de la mano y la llevo de vuelta al lugar donde despertó; el sillón. La obligo a sentarse y le paso un vaso de agua, ella temblaba tanto que no pudo tomarlo, así que él gentilmente le dio agua, le acaricio los hombros y le sonrió, de una manera que solía hacer cuando había mucha gente, le sonreía a ella nerviosamente, incómodamente, esto solo le trajo dolor a Mabel, pero no lloró esta vez.

Ya más tranquila lo admiro, el ahora casi adulto a su lado es su hermano, hubo un tiempo en el que siempre pudo adivinar con certeza el flujo de pensamientos de su hermano, ahora no podía ni siquiera atreverse a hacer eso. Físicamente era más alto y un poco más fornido, su cabello era también más largo, logrando tener una pequeña coleta que al principio no noto, su mirada era más fría e inexpresiva. Él había cambiado bastante, pero ella también lo había hecho, ella ya no era tan ingenua y creía ser menos egoísta, más madura, aun así no supo iniciar una conversación con su gemelo.

Afortunadamente Dipper habló, de nuevo como si fuese un tempano de hielo, se alejo de su contacto y evito su mirada. -Quizás te preguntes donde estuve, las cosas que hice y el porque estas aquí- ella asintió en respuesta, sin poder hablar aún. Mason la miro, y exhalo profundamente, -Mabel, aunque me gustaría aclararte todo de inmediato, no puedo... Por ahora puedo decirte que estas a salvo, estas en mi casa- Ella volvió a asentir y pensó que debía decir algo, insegura dijo, -tengo hambre...- bueno eso no era lo mejor pero, logro sacarle una pequeña sonrisa a su gemelo. Él se levanto y le extendió una mano guiándola a la habitación de antes, que era en realidad la cocina y el comedor. 

Así sentados frente a frente los gemelos misterio comieron un estofado en completo silencio.





Familia /au de gravity falls ilvermornyWhere stories live. Discover now