34. Pétalos de Flores

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Corro a la habitación de Will y toco la puerta con insistencias.

—¿creí que nos comunicaríamos por aquí? —señala al comunicador de mi mano. Entro a su habitación sin ser invitada y corro hacia la ventana y sin detenerme a observar cierro las cortinas.

—¿Qué te sucede ahora?

—Esto es lo que me sucede—le doy el teléfono.

—¿Qué mierda? —mientras observa las fotos.

En total son unas cinco fotos. Una donde estaba concentrada jugando en el suelo y Will está en su cama. Otra donde se centra en mí. La siguiente se centra en Will y una donde Will está hablando conmigo y yo estoy jugando y la ultima es donde estoy dando la espalda a la cámara y Will parece dormido.

Escucho que llega otro mensaje, me levanto pero Will no me deja leer el mensaje.

—¿Qué dice?

—Nada, solo confirma que es "M"—contesta pero el sigue leyendo. Y su semblante se va endureciendo mientras lee.

—Yo quiero ver. Will déjame ver—entre jaleos me da el teléfono

Mensaje eliminado, se muestra en la pantalla.

—Ya viste, ya lo borraste—se queja Will. Estoy por replicar pero opto por callarme mejor. No es momento de que discutamos.

—Tendremos que ser más precavidos—dice al fin Will. —¿segura que quieres seguir con la investigación?

—Sí, lo que tenga que pasar que pase—afirmo segura.

***

—¿aquí es? —muevo mi cabeza en respuesta. Dejo escapar un pequeño suspiro de pesar.

—Vamos hay que entrar—digo bajando del auto.

Frente de nosotros se alza una inmensa reja negra que protege a las tumbas del mundo exterior. El lugar es inmenso y no hay ningún carro a parte del nuestro en el estacionamiento. Antes de entrar nos registramos y le quitan el seguro a la puerta.
Un terreno lleno de flores y césped muy bien cuidado se deja ver. Las lapidas están en filas y es aterrador las cientos de lapidas que se dejan ver. Hay una que otra persona adentro no son muchos y algunos de ellos son cuidadores del cementerio. Regando el césped, poniendo flores a las tumbas y escapando para uno nuevo.

—¿ahora dónde vamos? —me detengo y giro a ver a Will.

—podemos ir a ver dentro de la capilla—señala con su dedo a lo lejos detrás de unos árboles que la cubren.

No digo nada y caminamos hacia allá. La capilla mientras nos acercamos cada vez se hace más grande. Es sencilla pero muy elegante y bonita. Se alzan dos enormes torres donde tiene colgadas dos campadas. Una en cada una. La entrada es altísima y tan solo estar parado enfrente de ella se siente el aire frio que sale y se mezcla con el aire cálido de afuera. Una alfombra roja empieza desde el centro de la puerta y llega hasta la otra punta hasta llegar el pequeño altar. En cada lado de la alfombra hay hileras de bancas.

—Hay que sepáranos. Tú te vas de aquel lado y yo de este—señalo las dos puertas que están de lado opuesto.

—Pero...

—así las encontraremos más fácil—sentencio. Cada quien se va por su lado

No entiendo que gana "M" haciendo todo esto. Haciéndonos perder el tiempo jugando a este estúpido juego. ¿En verdad tendrá un propósito de hacer todo esto o simplemente es una persona con una mente retorcida que no tiene otra cosa que hacer? ¿Alguna vez veré a "M" en persona?

No Confies En NadieWhere stories live. Discover now