CAPÍTULO 20

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LIAM

—No te vayas de mi... — mi voz apenas logra ser audible; las palpitaciones de mi corazón aumentan al sentir como su aroma invade mis fosas nasales y mis manos empiezan a mostrar temor —No me dejes nunca, Natalie.

Una sonrisa estiba sus labios a la vez que sus ojos adquieren el brillo tan característico que llevan adherido a ellos.

—No, Liam. —voltea su rostro y queda a tan sólo unos milímetros de mi rostro —No es necesario que me vaya, yo no me iré de tu vida, pero debes aprender a vivir sin mí, aunque yo esté contigo.

La irritación en mis ojos se hace insoportable, mis ojos arden y el líquido salado está tan solo a la puerta de ellos. Sus palabras son como un golpe bajo del que no me pude librar... Un golpe que dejó herido el corazón.

—Pe-ero... —mi lengua se hace pesada haciendo que mis palabras se conviertan en balbuceos poco entendibles — No quiero vivir sin ti, no me imagino un mundo en el que tu estés lejos de mí, en el que esté solo en esto, Natalie.

Veo cómo cambian las facciones de su rostro en tan sólo mili segundos; sus ojos se muestran fríos dejándome totalmente atento a cada movimiento que realiza, a cada gesto de su rostro.

Sus labios se abren sin salir una sola palabra de ellos.

—Tú lo eres todo, eres absolutamente todo para mí... —mis palabras son interrumpidas por las suyas.

—Déjame ir, y solo así serás feliz, Liam. —sus palabras salen pronunciadas con la mayor frialdad y calidez, sus ojos son muy expresivos, se pone en pie sin apartar sus ojos de los míos —A veces quien creíste que era el amor de tu vida tan solo solo es un trampolín para tu verdadero amor. Nos involucramos en grandes tormentas y nos vemos comprometidos en ellas, pero cuando logramos salir de la tempestad podemos ver la felicidad en uno de sus máximos puntos, está en ti recibirla —sonríe dulcemente —ahora la tienes en tus manos, Liam... No la dejes ir.

Siento mis mejillas completamente mojadas. Sus palabras son frías como el hielo, y tan cálidas como su sonrisa.

—Tú eres lo que quiero —digo.

—Sé feliz, Liam Williams.

Miro a todos lados, no logro hallarla por ningún lugar.

—¡Nat! —la desesperación empieza a ganarme, mis pies aceleran su paso rápidamente hasta correr.

—¡Liam! ¡Liam! —escucho una voz llamarme desesperadamente y casi en forma inmediata siento mi cuerpo ser sacudido con fuerza.

—¡Liam! ¡Despierta! —la voz de Alex logra salvarme.

Una pesadilla. Siento el sudor recorrer mi cuerpo y mi respiración acelerada a causa de la impresión; respiro profundo intentando normalizar mi descontrolada respiración. Necesito agua, siento mi garganta seca y mis fosas nasales arden por el aire caliente que sale de mí.

—¡Liam! ¡Calma! —veo como desabrocha su cinturón y grita buscando ayuda —¡Señorita! ¡Necesito ayuda!

Respiro profundo; Uno... Dos... Tres, respiro.

Mis respiraciones empiezan a controlarse; sin embargo, veo a la azafata acercarse rápidamente con un vaso de agua en sus manos. Uno... dos... tres.

—Liam, respira profundo... —susurra cerca de mi oído; intento hacer lo que dice y consigo calmar mi estado de crisis, no entiendo por qué esta vez me afectó tanto cuando he tenido peores pesadillas sin sufrir un ataque.

Un amor en las estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora