Capítulo 1: De nuevo.

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Asomándose por las paredes del castillo, JiMin dio un par de miraditas de un lado a otro asegurándose de que el terreno se encontrara libre y listo para que iniciara con su huida sigilosa. Vaciló en sus primeras pisadas y cuando creyó conveniente, se permitió relajar y continuar su caminata silenciosa hacia las puertas traseras del palacio mientras acomodaba distraído su larga capa café que alcanzaba a cubrir sus ropajes y parte de su cabello dorado también.

Hoy estaba dispuesto a salir de nueva cuenta al pueblo, o lo intentaría...

—¿Va a salir joven JiMin? — el nombrado se sobresaltó sobre su lugar al escuchar la voz del alfa guardián que se acercaba a pasos firmes detrás de él.

Pasó saliva nervioso y dio media vuelta para encararlo. 

— Sí coronel Kim. — hizo una pequeña reverencia con su cabeza sintiendo sus mejillas colorearse. 

— ¿Se podría saber a dónde príncipe JiMin?— preguntó con un tinte de diversión alzando una ceja y cruzando sus brazos por sobre su pecho.

JiMin rodó los ojos y maldijo al alfa por ser tan sarcástico. Era claro que él ya lo sabia.

— Solo iré al pueblo a por-

— Coronel Kim. — el nombrado como el mismo JiMin movieron su cabeza hacia la persona que los había interrumpido encontrándose con un guardia beta que traía consigo un par de mantas bien dobladas con el símbolo de Daegu sobre sus antebrazos.  — La reina Park ordenó que su hijo no saliera, al parecer sigue castigado por llegar tarde la semana pasada, además de que debe de estar listo para la reunión que se realizará en unas horas.

JiMin maldijo de nuevo en voz baja apartando la vista de ambos guardias que se encontraban mirándolo. En sus adentros, él rogaba que el coronel Kim lo ayudara a salir de esta... como reiteradas veces lo había hecho...

— Oh, pero si el príncipe no iba a salir, solo irá a las jardineras, ¿No es así Joven JiMin? — inquirió el guardia alfa.

Joder ¡Si! 

En verdad debía de pagarle algún día esta y las demás cosas que el alfa había hecho por él.

— C-claro que sí, un poco de aire fresco no me vendría mal. — acomodó más su bolso entre las finas telas para así nadie viera que realmente si iba a salir.

Una vez dicho eso, trato de reprimir una sonrisa al ver que el beta se tragaba por completo la pequeña mentirita que el alfa había dicho.

— Está bien, pero el coronel Kim lo acompañará, son órdenes de la reina. — dijo el beta antes de retirarse por el mismo pasillo.

— No hay problema, andando Príncipe JiMin.

Se abrieron las puertas y JiMin sonrió. 

La luz del del hermoso sol y la leve ventisca golpeó su rostro llenándolo de energía al instante. El día era cálido, más no lo suficiente como para que le incomodara a JiMin el usar su larga capa. En la mañana había caído unas cuantas gotas de lluvia haciendo presencia en las hojas de las planta así como el característico aroma a tierra mojada se llegaba a oler en el patio trasero del castillo.

Una vez afuera en las jardineras de la aparte trasera del castillo, JiMin y el coronel  Kim NamJoon empezaron a abrir las hojas dónde se podía ver una pequeña salida y un camino que dirigía al pueblo.

— Muchas gracias Hyung.

— No hay de qué pequeño. —Revolvió los cabellos rubios del príncipe para darle una agradable sonrisa. — Regresa temprano, yo distraeré a los del castillo, recuerda que tienes una cena con los Jeon y los hijos deben estar presentes. Procura no tardarte mucho.

Vainilla y Fresas (YM, Omegaverse) PAUSADAWhere stories live. Discover now