Cap 14 Decepción

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Adara empujó la puerta de la habitación. Sin embargo, nunca nada la prepararía para lo que estaba por descubrir.


Bien acomodada en la cama de Hades se encontraba una chica, llevaba únicamente un camisón color vino, que se ajustaba de forma exquisita al espectacular cuerpo de la mujer. Era muy hermosa, su cabello era largo muy largo, de un color rojo oscuro, sus ojos de un color verde intenso acompañados de un brillo casi felino y para terminar el conjunto, sus largas piernas acomodadas en la cama en la que tantas veces demostró sus sentimientos al chico que muy claramente la engañaba.

Adara intentó salir del shock que le generó encontrarse con otra mujer en la habitación de quien pensó era suyo. Pero las lágrimas amenazaban con salir a borbotones y ella no se permitiría llorar y menos delante de la mujer que la miraba como si de un bicho se tratara.

—Así que eres tú. No esperaba conocerte tan...pronto _Habló la mujer, dejando en claro que ella conocía su existencia.

—Lo siento, pero no sé quién eres _logró decir la joven usando toda la fuerza que le quedaba para no echarse a llorar ahí mismo.

—Yo sí que te conozco y es que me han hablado tanto de ti, que hasta siento que te tengo algo de cariño. _Dijo la mujer obviamente burlándose de Adara.

—Pero debo decir que te imaginaba diferente. Eres demasiado, como decirlo... insignificante, para que Hades hubiera puesto su atención en ti y es que él es de gustos...mmm...menos simples. Sin ofender, nena y es que no tienes la culpa, lo conozco y sé la de cosas que puede inspirar ese hombre. _Profirió ella mientras se ponía de pie haciendo énfasis en sus palabras, ya que, la peliroja no era para nada simple.


las palabras de aquella desconocida lastimaron a Adara más de lo que estaba dispuesta a aceptar y eso, aunque suene masoquista le dotó de fuerzas para averiguar de una vez por todas quien era la intrusa y confirmar lo que por su mente pasaba.

—¿Quién es usted? _Indagó Adara mientras trataba de disimular el temblor en su barbilla enterrándose las uñas en las palmas, necesitaba agarrarse de lo que fuera para lograr aguantar la realidad que se le avecinaba.

—Pensé que nunca preguntarías, criaturita créeme que te admiro por tu valentía, otra en tu lugar ya estaría corriendo despavorida. Pero no te preocupes hoy me siento muy benévola y solo voy a responder a tus preguntas sin dañarte. _Dijo la mujer confundiendo a Adara, ¿de que hablaba con dañarla? acaso quería golpearla o algo por el estilo —Soy la compañera de Hades o para que comprendas mejor. Soy su pareja o como dicen aquí su esposa, aunque déjame decirte que lo que nos une es mas grande que eso.

Adara sintió como en ese preciso instante su corazón se partía en un millón de diminutos pedazos. El impacto de sus palabras no le permitía procesar con la rapidez que requería lo que estaba viviendo ¿Su esposa? Ella en serio dijo eso, acaso él no era muy joven para tener una esposa.

Miles de interrogantes cruzaban por su mente y en serio quería salir de allí lo antes posible, no era momento para averiguar si era muy joven o no, aquí lo realmente importante era que él la había usado, le había mentido y ya no pudo retener más sus lágrimas.


Esa era la explicación a su cambio y frialdad repentina, era claro que sabía que su verdadera novia, esposa o lo que esa mujer fuese llegaría pronto y él muy cobarde no fue capaz de decirle la verdad en la cara. Ella se tuvo que enterar de la peor manera y eso era algo que tal vez nunca sería capaz de perdonar, aunque dadas las circunstancias poco debía importarle a un cabrón como él el que ella le perdonara o no, es que logró lo que quería demostrar que podía llevársela a la cama con facilidad, que estúpida fue, desde un principio supo la clase de hombre que era y no dudó en caer en sus engaños.

Hades el Visitante del InframundoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant