12. Perdón

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Alba POV

-Lunes-

Estoy en mi despacho sin hacer nada.
Llevo así ya un par de horas. Aún me dura esta puta la resaca, las punzadas en la cabeza y las nauseas no me dejan pensar con claridad.

Pese a eso, aguanto el tipo como puedo, bajo una fachada de seriedad. Estoy en el trabajo y me tomo esto muy enserio.

Aún así, cada vez que pienso en la noche del sábado se me retuerce el estomago.

Esta vez me he prometido que no va a volver a repetirse. La noche de antes de ayer ha marcado un antes y un después en mi.

Lo único en lo que pienso ahora es en las disculpas que debo. En ese instante la persona que merece la mayoría de ellas aparece por la puerta.

— Buenos días

Noto en la voz de María su decepción y en su mirada hay desgana. Me duele muchísimo.

— María yo.. — Intento arrancar, sin éxito.

— Tranqui, déjalo, esta todo guay, ¿vale?

Sus palabras dirán eso pero su cuerpo no, así que no le hago caso y procedo.

— No María. Escúchame. Te debo mucho por lo de la otra noche, me descontrole y se me fue de las manos. Menos mal que estabas conmigo, como siempre. Pero se va a acabar. A partir de hoy mismo. Siento muchísimo haberte decepcionado.
Perdóname si alguna vez te he tratado injustamente, yo solo estaba atrapada en mi burbuja y no quería dejar entrar a nadie.

Hago una pausa para dejar que una bocanada de aire entre hasta mi pecho y intentar serenarme, estoy hablando demasiado rápido.

—Necesito volver a ser la que era antes de toda esta mierda. Y si, no puedo hacerlo sola, necesito que me ayudes.

Intento contener las lágrimas, nunca me ha gustado que la gente pueda notar en mi la debilidad, aunque no seria la primera vez que María me ve llorar.
Ella, que me conoce, nota lo que estoy sintiendo y me respeta, no dice nada, pero recorre el breve espacio que nos separa y me abraza. Enconces me rompo.
Pasan unos cinco minutos y María sigue teniéndome entre sus brazos. Me agarra fuerte, como si quisiera evitar que me desmonte.

Se aparta un poco de mi, me acaricia la cara con su mano, pasándola por mis mejillas para limpiarme las pocas lágrimas que aún caen y me deja un beso cariñoso en la frente.

— Vaya vaya inspectora Reche, al final vas a ser la blanda de la familia.

Me mira, sonriente. Me alegro de que su expresión haya cambiado tanto de la que tenia cuando entró.

— Calla tonta — digo entre risas.

Poco tiempo después ya consigo estar más tranquila. María decide ir a buscarme un ibuprofeno para mi dolor de cabeza pero justo antes de salir por la puerta se gira suelta:

— Creo que hay alguien más a quién le debes una disculpa.

Asiento con la cabeza mientras la veo marcharse.

***

Natalia llega puntual. Son las 9 de la mañana y ya puedo escuchar el ruido de sus pasos entrando en el despacho que esta pegado a este.

Me debato entre si esperar a que venga al mio como suele hacer, pero pensando en lo que pasó la última vez que nos vimos, o mejor dicho, la ultima vez que me vio, no creo que quiera acercarse a mi.

Finalmente me decido a ser yo la que vaya en su búsqueda.

Pico a su puerta del mismo modo en que lo hace ella en la mía y aguardo fuera hasta que viene a abrirme.

 Calibre 25 // AlbaliaWhere stories live. Discover now