El emo tenía razón en eso... eso le daba ganas de pintarse las uñas de negro otra vez, como cuando a los doce le robó el esmalte a la novia de su hermano y anduvo dos semanas con uñas de color negro, diciéndole a todo que le preguntaba que "mis uñas reflejan la profundidad del dolor que vive en mí."

Bill Kaulitz fue tan buena influencia para él, el emo y la colegiala. 

¡Los riesgos son lo que nos hace crecer! ¿Cómo quieres vestir Gucci si compras pirata? ¡¿Cómo quieres que nos cojamos a Taehyung sí éste idiota es más lento que perezoso con sueño?!  Hay que correr riesgos si queremos vestir bien o ser bien cogidos.

A veces olvidaba lo cruel que podía ser su colegiala. Así como a veces olvidaba lo sensible que era el emo que ahora entrecerraba los ojos y miraba con rabia y un puchero. 

¿Cómo es que podía tener a ambos en su cabeza? A lo mejor era esquizofrénico, nunca lo había pensado, debería de preguntárselo al doctor Choi cuando lo vea. O, según San Google, también podía ser un desorden de personalidad. 

¿Cuántos Jungkook vivían en su interior? ¿Tendrían nombres diferentes?

Tendría que ponerles nombre cuando supiera cuántos eran. El emo y la colegiala no tenían, ellos simplemente habían estado ahí y él prefiere no asociar su aparición con momentos trágicos de su vida. No quería acordarse de cuando su mamá mostró las fotos de él desnudo a sus amiguitos de la primaria y sintió lo que era la traición. 

La traición de quien te llevó en su vientre, de quien no quiso amamantarte porque se le iban a caer los senos, de quien dejó que tu papá te alimentara sólo con papas fritas por una semana que se fue de viaje de aniversario sola, de quien te leía la sección de chismes de las revistas para que te fueras a dormir. 

¡¿Cómo no creer que el mundo no lo quería cuando había sido traicionado de esa forma?! El emo le había acompañado en su llanto de media hora en el baño, antes de que su hermano entrara a orinar con él sentado al lado.

Y luego... aquel día en que una compañera de clase le dijo que él no luciría bonito con una falda sólo porque había querido presentarse en la obra escolar para el papel de Julieta. 

¡Jungkook luciría bonito con cualquier cosa encima, perra! Gritó por primera vez su colegiala y meneando el dedo en el aire, se dio media vuelta y se fue, digna como era ella, perra como ninguna y siendo todo lo que Jungkook quiso ser. 

No mujer, eso no (le gustaba su pene, era lindo)... pero si perrísima. 

Así que la colegiala y el emo siempre habían estado ahí. Dándole ánimos, destruyéndoselos, dándole ideas, diciendo que eran estúpidas, eligiendo el porno que verían y luego acompañándolo mientras se daba amor a sí mismo. Ellos solían pelear, gritarse e insultarse con palabras que Jungkook prefería no repetir para no ensuciar su inocente boca; pero siempre permanecían a su lado. 

¡Y al fin lo veía! 

Cómo no lo había entendido antes; por eso era bueno pensar mientras se bañaba. 

¡Ellos se amaban! Estaba más que claro... la colegiala y el emo... ¡Emiala! 

Jungkook eres tan inteligente; se alabó. 

No, eres un imbécil; acotó la colegiala, dándose aire con la mano mientras se cruzaba de piernas, muy digna. 

Coincido con ella, imbécil; mencionó mirándose las uñas el emo. 

Pero a Jungkook no le importó. Al fin estaba claro para él; además sería tan bonito si la colegiala y el emo se casaban el mismo día que él y Taehyung. ¡Una boda doble significaba doble amor! A Jungkook le gustaba el amor, que la gente se amara y además, sería interesante ver cómo tenían su noche de bodas ellos... 

¡No queremos casarnos! ¡No podemos casarnos!¡SOMOS TÚ! 

Imbécil. 

Pero habría que diferenciar las bodas, Jungkook quería adornos que sólo estuviesen en la suya. Algo muy exclusivo y elegante, unos centros de mesa bonitos y unos aperitivos que no se viesen en ninguna otra boda: a lo mejor algo de palitos de zanahoria con ají o estofado de pata de cabra. Algo así. 

.- Sería tan bonito... - murmuró soñador. 

Había utilizado muy bien su tiempo en la ducha ese día; nada mejor que planear su futura boda y de paso, la de sus lindos compañeros espirituales en su camino al éxito y el sexo seguro. 45 minutos muy bien empleados, incluso sí la cuenta del agua llegaba un poco más cara de lo normal y, nuevamente, se había olvidado de meter algo más que el pie izquierdo bajo el chorro. 

Es que estaba TAN fría. 

Escribo a veces cosas tan extrañas, en serio

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Escribo a veces cosas tan extrañas, en serio. 

Aún así, espero que les haya gustado un poquito. 

Del resto, les dejó a la colegiala y al emo, ambos enojados porque -como cosa rara- Jungkook los ignora. 

Conozcanlos y denles amor. 

Cole... COLE... ¡COLEGIALA!

Nota: No le gustan las fresas ni la leche de plátano

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Nota: No le gustan las fresas ni la leche de plátano. Iug. 

E... E... ¡EL EMO!

Nota: Escucha My Chemical Romance antes de dormir

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Nota: Escucha My Chemical Romance antes de dormir. Su ídolo es Bill Kaulitz, el del 2008.



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