Love to hate you [Yoonmin] ©

😚

Todo estaba calmo y en silencio. Yoongi caminaba por los pasillos luego de haber salido del ascensor para poder volver al estudio de Jimin, en donde últimamente había estado trabajando para concentrarse mejor. Según él, porque el ambiente le favorecía a la hora de prestar atención a sus cosas e inspirarse, pero sólo él sabía que había algo más. Tal vez, esa inspiración venía de otro lado.

De pronto, escuchó unos pasos detrás de él. Ni bien volteó, vio a Jimin, quien ya se encontraba más que cerca y que se trepó a él como si fuera un koala. Torpemente, Yoongi lo rodeó con sus brazos, con miedo a que se cayera.

—¿Qué es esto? ¿Un nuevo paso de baile?

—Buenos días, hyung —besó su nariz— ¿Cómo estás?

—Confundido... —lo bajó— ¿Qué es todo esto? ¿Incorporaste demasiado azúcar a tu desayuno?

—No. Sólo quería verte.

—Oh... —volvió a caminar, siendo seguido por el otro joven— ¿Y no podías decirlo así, nada más?

—¿Por qué? ¡Ambos sabemos que nos gustamos! ¿Por qué no podemos mostrárselo al mundo?

—Tal vez el mundo no esté listo para esto.

Yoongi ingresó al estudio. Jimin entró con él y cerró la puerta. Juntó sus manos a la altura de su estómago y mordió su labio inferior ante lo que acababa de escuchar.

—¿A qué te refieres?

—Jimin, apenas nos hemos dicho que sentimos algo por el otro. Aún tenemos cosas que descubrir entre los dos, ¿Por qué tanto entusiasmo por mostrar algo que no empezó?

—¿No estás emocionado con esto?

—Es... lindo saber que ambos sentimos lo mismo, pero todavía hay mucho que no conocemos del otro. Puede que descubras algo que no te gusta y--

—Entonces, quiero hacerlo.

—¿Qué?

—Quiero conocerte ¿Podemos tener una cita?

—En cuanto termine con el trabajo.

—¡Genial! Buscaré un buen lugar para--

—Que sea un lugar tranquilo y para nada concurrido, por favor.

—Veo que te gusta la soledad.

—Me gusta la privacidad. No quisiera que ningún fotógrafo entrometido nos tome una foto y ande sacando conclusiones que después tengamos que salir a explicar.

—Lo entiendo. Sin embargo...

—¿Qué?

—Si empezamos a salir... ¿Podemos compartirlo con los demás?

—¿Para qué necesitas hacer eso? ¿No sería suficiente para ti que tengamos algo entre nosotros?

—Pues... sí, lo sería.

El menor de los dos se sentó en una de las sillas que tenía frente a él. Yoongi hizo lo mismo, pero la ubicó frente a su computadora para empezar a trabajar.

—Desde que debuté como cantante, nunca tuve algo como esto. Nunca me gustó nadie ¿Y sabes? Se siente muy bien —sonrió—. Es hermoso, ¿No lo crees? Vivimos escribiendo canciones de desamor en donde no somos correspondidos. Ahora que estamos viviendo lo contrario, lo pude sentir. Me parece genial que me guste alguien a quien también le gusto. Es casi como si fuera suerte.